Las 10 últimas maravillas de Madrid

La Comunidad abre de forma virtual los Bienes de Interés Cultural (BIC) que ha sumado a su catálogo recientemente

María Magdalena en el desierto, de Alonso Cano ABC
Nacho Serrano

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Conocer el patrimonio cultural es el primer paso para aprender a cuidarlo y por eso la Comunidad de Madrid ha querido impulsar la pedagogía con los Bienes de Interés Cultural (BIC) de la región, acercándoselos a los madrileños durante el confinamiento provocado por la crisis del coronavirus. Para ello, ha reunido en un una web diez de los últimos BIC declarados por el Gobierno regional, desde el pasado mes de septiembre de 2019 hasta ahora, que abarcan desde obras del barroco pictórico, con pinturas de Zurbarán, Alonso Cano y Velázquez, a fortificaciones de la Guerra Civil o destacados ejemplos de arquitectura religiosa, desde el siglo XI al siglo XX.

Esta iniciativa permite maravillarse con el cuadro de San Francisco, de Zurbarán, uno de los pintores más sobresalientes del Siglo de Oro español . Sin fecha ni firma, está considerada obra autógrafa, siguiendo una tipología y una temática franciscana habitual en Zurbarán, pero escasamente representada en las colecciones públicas españolas. Otro de los BIC, el conjunto de Alegoría del fuego y Alegoría de América de Guillermo de Anglois, son dos modelos o cartones para sendas colgaduras de la tapicería del dormitorio de Carlos III en el palacio Nuevo de Madrid, que formaban parte de la cama e incorporan una serie de motivos decorativos que hasta ese momento no se habían utilizado, a base de grutescos, roleos de flores, animales y pájaros. Realizados en lana, oro, plata y seda, se conservan en los almacenes del Palacio Real de Madrid.

María Magdalena en el desierto , atribuido a Alonso Cano , muestra un planteamiento alejado de cánones tradicionales, de gran belleza, intuición compositiva y excepcional tratamiento pictórico, en el que destacan la composición apaisada, los valores cromáticos y el tratamiento de la luz. Otra de las piezas más importantes es Retrato de un clérigo, atribuida a Diego Velázquez . Se trata de una obra de destacable calidad técnica y artística, un claro ejemplo del tipo de retrato que se se desarrollaba en torno a la corte en el siglo XVII. La atribución viene dada por semejanzas de calidad y de técnica con obras velazqueñas de la década de los veinte, entre 1623 y 1629.

La escultura también tiene su representación en este grupo de BIC con La Inmaculada, del escultor granadino Pedro de Mena . Pertenece al Real Monasterio de Carmelitas Descalzas de Santa Teresa y constituye uno de los escasos bienes ligado a la historia del primitivo monasterio, de más de trescientos años de historia. Es una obra pequeña, propia de clausuras o devoción doméstica, cuyo ingreso en el convento probablemente se debió a la donación de un protector o devoto.

Arquitectura

Monasterio de La Cabrera

Como arquitectura, dentro de la categoría de bienes catalogados destaca el Blockhaus 13 , en Colmenar de Arroyo. Constituye la máxima expresión de la arquitectura militar del periodo de la Guerra Civil en la Comunidad de Madrid y, de hecho, ya fue declarada Zona de Interés Arqueológico el 3 de diciembre de 2019. Está incluido en el Plan de Fortificaciones de la Guerra Civil de la Comunidad de Madrid. Con un estilo muy diferente, el Convento-Monasterio de San Julián y San Antonio de La Cabrera es el testimonio de lo que fueron estos conjuntos monásticos y su función desde un punto de vista histórico, social, arquitectónico, económico y cultural. Está formado por una iglesia, numerosos restos de diferentes dependencias que se fueron construyendo a lo largo del tiempo y por una zona de terrazas dedicadas a huerta y jardín, dotados a su vez de un sistema hidráulico de riego.

Blockhaus 13, en Colmenar de Arroyo

Entre los conjuntos arquitectónicos más importantes figura también el Convento, Teologado e Iglesia de San Pedro Mártir de los Padres Dominicos en Madrid. El complejo ha preservado a lo largo del tiempo la concepción arquitectónica original de la construcción, manteniendo sus valores originales intactos. La Iglesia parroquial de Santa María la Blanca , en Canillejas, constituye un sencillo ejemplo de arquitectura religiosa rural de los siglos XV y XVI. Sin embargo, tiene el enorme interés de conservar dos techumbres de madera con decoración de lazo de tradición mudéjar, de mediados del siglo XVI, que sobresalen tanto por su buena técnica como por su valor artístico.

La Iglesia de Santa María la Blanca, en Canillejas

Siglo XX

El último de los BIC, la Casa de Lucio Muñoz , en la localidad de Torrelodones, fue construida en 1962. Constituye una de las primeras obras del arquitecto Fernando Higueras y se hizo por encargo de sus primeros propietarios, los conocidos pintores Lucio Muñoz y su mujer Amalia Avia. Hicieron de ella uno de los más importantes ejemplos de vivienda unifamiliar de la segunda mitad del siglo XX.

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