Cartas a los ministros
Feijóo aumenta la presión para que el Gobierno asuma la «agenda gallega»
Ofrece «colaboración leal» y diálogo al gabinete PSOE-Podemos, a la vez que reclama que actúe de la misma forma. Transmite también las prioridades de la Comunidad a Pedro Sánchez, a quien emplaza a una legislatura útil
Dejó muy claro Alberto Núñez Feijóo tras el Consello del pasado jueves que sus interlocutores en el Gobierno central son el presidente y sus ministros; en ningún caso, rangos inferiores como un delegado en la Comunidad. Dicho y hecho. Esta misma semana, según desveló este sábado la Xunta, de San Caetano partieron 22 cartas, una para cada ministro -vicepresidentes incluidos- de la abultada nómina del gabinete PSOE-Podemos, con copia también al propio Pedro Sánchez. El motivo: reclamar que se cumpla la denominada «agenda gallega» , el paquete de prioridades de la Comunidad largamente desatendido. A cambio, Feijóo ofreció diálogo y «colaboración leal». Una actitud que espera sea recíproca, presidida por el «respeto», en «esta etapa del Gobierno de España en sus relaciones con las comunidades autónomas».
El tándem Sánchez-Iglesias, expresó el mandatario autonómico, «deberá dar respuesta desde el compromiso con la recuperación económica, el sostenimiento de los servicios públicos y, en general, la mejora de la calidad de vida de todos los españoles». Y ahí no puede quedar soslayada Galicia, que, recordó, ha venido trabajando desde la lealtad y el cumplimiento de los objetivos de gasto público pactados en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, «sin acudir a la ayuda del Gobierno de España para pagar nuestras facturas y siempre desde el respeto al marco normativo establecido por la Constitución y el Estatuto de Autonomía».
Feijóo entiende que se ha perdido demasiado tiempo durante la etapa de bloqueo del Gobierno en funciones. Ya constituido, no caben excusas. Cada ministro tiene sobre su mesa las líneas maestras de lo que les urge a los gallegos .
Deuda, AVE y AP-9
A la flamante nueva portavoz, y de nuevo ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se le acumulan las misivas remitidas desde Santiago. Insiste Feijóo en que, pagadas al fin las entregas a cuenta, Galicia aún sufre los efectos de un agujero de 370 millones de euros . A saber: mensualidad del IVA pendiente de 2017 e incentivos por cumplir las reglas fiscales. El de la financiación, o más bien su desatención, fue el gran caballo de la Xunta con Moncloa en 2019, y promete seguir por los mismos derroteros también en 2020. Aunque para piedra en el zapato, la del AVE . A José Luis Ábalos, responsable de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (antes Fomento), le aplica el mismo antídoto contra la mala memoria justo cuando la Comisión Europea ha dejado las vergüenzas del Gobierno al aire: no habrá alta velocidad, por lo menos, hasta enero de 2022.
En su misiva, el presidente de la Xunta le traslada su preocupación por no disponer todavía de un calendario cierto para el final de las obras de un servicio esencial, especialmente cuando se acerca el Año Santo, «tras años de retrasos acumulados». Adicionalmente, le pide concretar la aprobación de la transferencia de la AP-9 , la supresión del peaje entre Vigo y Redondela, la rebaja de peajes en dicha autopista y en la AP-53 y el remate de las autopistas pendientes.
Alerta industrial
Si preocupa en San Caetano el maltrato a la financiación y las infraestructuras, no lo hace menos la delicada salud de la industria, con 5.000 empleos en la cuerda floja y otras tantas familias desveladas por las incógnitas que se ciernen sobre unos futuros, cuando menos, inciertos. El de Teresa Ribera, titular de Transición Ecológica, premiada ahora con una vicepresidencia, es otro de esos nombres con mala resonancia en San Caetano. La pasada legislatura sus grandes decisiones resultaron lesivas para la Comunidad.
Pese a los malos precedentes e idénticos augurios, Feijóo insiste por carta: es fundamental una transición energética justa «que no suponga consecuencias irreparables». Ferrolterra y As Pontes, por Endesa, y la Mariña lucense, por Alcoa, son comarcas en alerta roja, recuerda el jefe del Ejecutivo gallego. Y no en menor medida por la ausencia, todavía, de un estatuto para las empresas electrointensivas . «Es más necesario que nunca hacer un esfuerzo para lograr medidas que no sean solo cosméticas y permitan lograr una estabilidad a estas empresas en el medio y largo plazo», escribe en este caso a la responsable de Industria, Reyes Maroto, de no mucho mejor recuerdo tras obviar a la Xunta en una de sus últimas visitas.
Otro sector con resfriado tendente a pulmonía es el naval. El recordatorio, en este caso, es para Margarita Robles (Defensa): Navantia, en la ría de Ferrol, necesita carga de trabajo en tanto no arranque la elaboración de las demoradas fragatas F-110. «Debería situarse entre las prioridades del Gobierno», apela Feijóo.
Una nueva década
Avanza el calendario y el Xacobeo 2021 sigue huérfano de dotación del Gobierno . Se recuerda su inminente celebración tanto a Maroto, por sus competencias en Turismo, como a José Manuel Rodríguez Uribes, nuevo pope cultural, en su caso para hacer hincapié en lo «referido a acciones de promoción cultural» y en las de «cuidado y conservación del patrimonio histórico-artístico vinculado a los Caminos de Santiago».
El gran evento-escaparate simboliza la ilusión de la nueva década, que lleva aparejados, no obstante, retos peliagudos que comparte Feijóo con el Gobierno para que no caigan en saco roto. El aldabonazo es para varias carteras, desde Sanidad -a Salvador Illa se le deja constancia de que es perentorio atender las necesidades más inmediatas de personal en especialidades como pediatría o medicina de familia, cuya cobertura está provocando dificultades- a Reto Demográfico, pasando por la vicepresidencia de Derechos Sociales y Agenda 2030 de Pablo Iglesias. Para Galicia resulta vital acometer el envejecimiento y el descenso de la población, la cronicidad de las enfermedades, la conciliación y la atención a la dependencia; esta última, aquejada de un desequilibrio en la factura de la que Galicia asume el 75%, lo que agrava la «carga» para dar unos «servicios de calidad».
Más reclamaciones
En cuanto al resto de Ministerios , Feijóo, desde el espíritu de la colaboración, reclama un pacto por la educación, «más necesario que nunca»; apoyo a las personas con dificultades y unas pensiones sostenibles y viables; incidir en éxitos como las cotas de pesca negociadas en Bruselas; ampliar los mercados de las empresas gallegas y captar inversiones foráneas; impulsar la innovación y mejorar la competitividad; facilitar el acceso a las nuevas tecnologías; promover un sistema universitario de calidad; más medios para la Policía, incluida la comisaría de Lugo, y para los servicios judiciales; y concluir el proceso de transferencias, «sin que existan privilegios en función del territorio».
El desconocimiento de los problemas de Galicia no podrá ser una excusa en La Moncloa. De su atención dependerá que la legislatura sea de «utilidad para afrontar los retos» que hay por delante, como le transmitió Feijóo a Sánchez la semana previa.
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