Coronavirus Santiago

Crónica de un paseo por Santiago: calles semivacías, supermercados llenos e intranquila normalidad

El mercado sigue con sus ventas con cierto temor; las tiendas de souvenirs están vacías y algunos productos faltan en el súper

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Mercadona en Santiago ABC

David Gómez / Estefanía D. Carruébano

Menos gente por las calles, algunos guardando cierta distancia de seguridad y una tensa tranquilidad: así se encuentra la zona vieja de Santiago de Compostela y el centro de la ciudad por el coronavirus. Tampoco hay peregrinos, una estampa habitual entre las calles empedradas de la ciudad y la Catedral , cerrada «hasta nuevo aviso» favorece una menor afluencia de turistas.

El efecto del coronavirus ya se deja ver en la capital gallega, aunque de manera progresiva. Los turistas entienden que ha sido un mal momento para llegar a Santiago , pero creen que aún pueden visitarlo: «Es una pena, es una ciudad preciosa. Hemos salido a dar un paseo, venimos desde Francia. Volveremos, seguro, cuando todo esto pase, ahora necesitamos actuar con la mayor precaución posible», reconocía Pierre, un ciudadano de Lyon que lleva tres semanas recorriendo Galicia.

Los santiagueses, por su parte, entienden la gravedad del asunto pero admiten que, de momento, «seguimos actuando con normalidad, he hecho la compra del día, aunque sí que he visto mucha gente con bolsas muy grandes y mucha comida», reconoce Carmen Vázquez, vecina de Santiago.

Efectivamente, las ganas de acumular alimentos de los ciudadanos hacen que algunos supermercados vivan cierto desabastecimiento. Es el caso de un Mercadona en la zona del Ensanche compostelano, con secciones como el agua o las compresas ciertamente vacías . También el atún o los congelados, además de la carne, ven las estanterías más vacías de lo habitual. Hay estrés entre los trabajadores, que esperan a la reposición de alimentos para la tarde del viernes . Productos hay, pero los camiones disponibles no dan abasto para repartir. La gente compra, sin demasiados agobios, pero llenando los supermercados.

Por su lado, el Mercado de Abastos continúa con la normalidad, aunque los dueños de los puestos sí notan menos afluencia de gente. Las tiendas tienen existencias, aunque no saben lo que les depara los próximos días: «Nos da miedo que de repente nos manden a casa y cerremos, porque ya tengo la mercancía comprada» , apunta Rosi Dacosta, dueña de un puesto de conservas y bacalao en salazón. También admite, no obstante, cierta escasez en las fábricas. «He preferido comprar de más ahora, y guardarlo por lo que pueda pasar», apunta. Reconoce, eso sí, que las ventas han ido aumentando durante la semana: «Es raro. Antes era imposible vender una caja de cinco kilos. En Navidad tal vez, pero en esta época del año nunca lo he visto», explica Dacosta. Sin embargo, asegura que aunque ahora son buenos días en cuanto a ventas, está temerosa por lo que pueda pasar, aunque se mantiene expectante a lo que pueda suceder en las últimas horas. En alguna pescadería de la ciudad, se acumulaban las bolsas llenas sobre el mostrador.

Las tiendas de souvenirs, no obstante, se llevan la peor parte. «No hemos vendido nada en las últimas horas, necesitamos que esto pase pronto», apunta con cierta angustia Juana . Ella regenta una tienda de recuerdos de Santiago y ve como se vacía, ante la ausencia de peregrinos en la Catedral. «Esto está afectando a todos los niveles», reconoce. Lo cierto es que tiene razón. Los locales de alimentos aún tienen gente, parece que generan compras; los demás negocios están vacíos.

Leticia Padal trabaja en una tienda de ropa también de la zona vieja de la Santiago. «Tú misma puedes verlo», respondía al ser preguntada por la afluencia de gente. No había nadie en la tienda, «y así lleva toda la mañana», añade. No van a cerrar porque aún no les ha llegado la orden, pero las ventas son escasas o inexistentes para este tipo de negocios.

Un gimnasio del centro de Compostela apenas contaba con deportistas, mientras que por las calle se podía apreciar a un par de «runners». Necesario para coger unas pesas, utilizar la cinta o la bicicleta estática en este recinto deportivo: usar antes gel desinfectante. También se aprecian ciudadanos con maletas, pero ni una sola mascarilla por el centro de la ciudad. Los locales de alimentación contaban con mayor afluencia , mientras que otros como bares estaban bastante vacíos. Parece que, de momento, la petición de aislamiento social se cumple. Por el bien de todos, continúen con él.

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