Condenado a 18 años y medio de cárcel el asesino de Mònica Borràs

Jaume Badiella tendrá que indemnizar con 95.000 euros a la familia de la víctima, su expareja, cuyo cadáver escondió en el patio de casa

La confesión del asesino de Mònica Borràs: «Le pegué con lo primero que encontré»

Jaume Badiella, tras ser detenido por los Mossos d'Esquadra / EFE

Elena Burés

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La Audiencia de Barcelona ha condenado a 18 años y medio de prisión a Jaume Badiella, asesino confeso de su expareja, Mònica Borràs , en agosto de 2018 en Tarrasa (Barcelona). El veredicto del jurado consideró probado que el individuo la golpeó al menos once veces con un hacha en la cabeza, y otras tres en la zona cervical, causándole la muerte.

El ataque se produjo en el domicilio común, aprovechándose de la relación de confianza con la víctima -por eso el magistrado ha considerado el agravante de parentesco-. Badiella perpetró el crimen de forma sorpresiva, cuando ambos se encontraban solos en la vivienda.

Era 7 de agosto. Mònica, de 49 años, contestó al teléfono por última vez un minuto antes de las diez de la mañana, y el móvil permaneció apagado hasta esa tarde, cuando volvió a emitir señal, pero nadie volvió a verla. Fue B adiella quien denunció la desaparición .

Ella no había cogido su móvil, ni su bolso, ni su documentación personal y tampoco su coche , lo que hizo sospechar a la policía que alguien podía haberla retenido en contra de su voluntad. Se difundieron carteles con su imagen y datos, pero fue diez meses después cuando los Mossos d'Esquadra localizaron el cadáver de la mujer, enterrado en el patio de su vivienda , en la calle Volta del municipio barcelonés.

Solo entonces su expareja confesó el crimen. La había matado a hachazos, indicó el informático de 54 años a los investigadores, asestándole golpes hasta que cayó al suelo. Durante la celebración del juicio, éste relató que habían discutido y que, en un «momento de desesperación«, la atacó.

Según su versión, presa del pánico , decidió enterrar el cadáver de Mònica en el patio de la vivienda que compartían y allí permaneció hasta que los Mossos lo localizaron diez meses después. Pese a la confesión, el jurado rechazó el atenuante de colaboración con la Policía porque simuló su desaparición, no ayudó a la localización del cadáver y se negó a entregar el móvil y el ordenador de su expareja a los investigadores.

Además de la pena de prisión, Badiella tendrá que indemnizar a la familia de la víctima con 95.000 euros -70.000 a la madre y 25.000 al hermano- en concepto de responsabilidad civil. El fallo, fechado el pasado 25 de febrero, no es firme y contra éste cabe interponer recurso de apelación.

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