Juicio contra el hombre que mató a su expareja a hachazos en Terrassa y escondió su cadáver en el patio

Era 7 de agosto de 2018. Mònica Borràs contestó al teléfono por última vez un minuto antes de las diez de la mañana. El móvil permaneció apagado hasta esa tarde, cuando volvió a emitir señal, pero nadie volvió a ver a la vecina de Terrassa (Barcelona) de 49 años. Fue su expareja, Jaume Badiella, con quien compartía piso, quien denunció la desaparición .

Ella no había cogido su móvil, ni su bolso, ni su documentación personal y tampoco su coche, lo que hizo sospechar a la policía que alguien podía haberla retenido en contra de su voluntad. Se difundieron carteles con su imagen y datos, pero fue diez meses después cuando los Mossos d'Esquadra localizaron el cadáver de la mujer, enterrado en el patio de su vivienda , en la calle Volta del municipio barcelonés. Solo entonces Badiella confesó el crimen. La había matado a hachazos, indicó el informático de 54 años a los investigadores, asestándole golpes hasta que cayó al suelo.

Lo hizo, según su versión, cuatro días después de una discusión en la que ella le dijo que tenía que abandonar el domicilio que compartían. Aquel 7 de agosto, ambos volvieron a discutir. Tras ello, la golpeó en la cabeza, al menos en once ocasiones, con el hacha. Otras tres más en la zona cervical, hasta que acabó con su vida , según indica la Fiscalía en su escrito de acusación.

Tras la localización del cuerpo y la confesión de Badiella, el Juzgado sobre Violencia de la Mujer de Terrassa decretó su ingreso en prisión provisional, donde se encuentra desde entonces. Este lunes se ha constituido el jurado en la Audiencia de Barcelona y está previsto que el acusado declare mañana. El Ministerio público solicita para él una pena de 24 años de prisión por asesinato con alevosía, mientras que la acusación particular solicita 27.