Coronavirus
«Si el Gobierno tuvo información antes, y no me cabe en la cabeza, el error sería mayúsculo»
El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa (PSOE) aplaude la propuesta de la Junta, con la que dice haber mantenido un contacto fluido, de desescalar únicamente las zonas básicas de salud sin casos
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![El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, frente a la sede del Ayuntamiento](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2020/05/08/alcalde-U4063211578803H--1248x698@abc.jpg)
Se autodefine como una persona «centrada» dentro del PSOE y así lo ha demostrado durante toda esta crisis. Entiende e incluso aplaude la propuesta de la Junta, con la que dice haber mantenido un contacto fluido, de desescalar únicamente las zonas básicas de salud sin casos, aunque albergaba esperanzas de que su ciudad y la provincia podrían haber avanzado el lunes a la fase 1. El alcalde de Burgos también considera necesario el mando único que ostenta el Gobierno, aunque no duda en señalar errores cometidos por el Ejecutivo de Pedro Sánchez al tiempo que critica que la oposición, en especial el PP, no vea sus aciertos. Consciente de que el futuro pinta complicado, agradece «el comportamiento excepcional» de sus vecinos.
Nos situamos en el 12 de marzo. Ante el aumento de casos, la Junta declara su ciudad como zona de contención reforzada y usted decide, entre otras medidas, cerrar los centros públicos. ¿Cómo fue aquél día?
Recuerdo una conversación determinante a la hora de tomar medidas aquella mañana. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, me pidió que me tomara muy en serio lo que podía producirse, que esos contagios que se producían en Madrid de forma importante iban a llegar a la Comunidad y sobre todo a la ciudad de Burgos y a Miranda de Ebro, donde ya teníamos algunos infectados. Ante esa llamada, no lo dudé. Lo único en lo que pude acertar y mi único mérito es que supe escuchar y ser determinante.
¿Ese «movimiento» le dio ventaja frente al resto grandes ciudades y pudo evitar el colapso de Burgos en las jornadas posteriores?
Tuvo su importancia, pero sobre todo destaco dos factores. Lo primero, el extraordinario equipo médico y sanitario que tenemos en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU). En segundo lugar, que los burgaleses asumieron desde el primer día el llamamiento a la responsabilidad y la solidaridad y se han comportado en términos generales excepcionalmente.
Han pasado casi dos meses desde entonces. ¿Cómo ha vivido personalmente el alcalde de Burgos estas semanas y cómo ve la situación ahora?
Ha sido una mezcla de emociones. Uno no elige ser alcalde en estas circunstancias, pero tiene que saber estar a la altura. Ha habido momentos muy duros como cuando se amenazaba esa capacidad del hospital para acoger más enfermos en las UCI. El sábado 14 de marzo, horas antes de que el Gobierno decretara el estado de alarma, viví una de las reuniones más impactantes de mi vida. Acudí al HUBU y un jefe de servicio, de intensivo e epidemiología, se me echó a llorar diciéndome que lo que estábamos viendo en Italia iba a pasar a en España. Me pidió algo que tengo grabado a fuego. ‘Por favor, cierre la ciudad de Burgos y meta a la gente en sus casas’. Y lo hicimos.
Estamos a punto de llegar a la denominada fase 1 de desescalada ¿No cree que la Junta está pecando de excesiva prudencia y que eso lo pueden llegar a pagar los castellano y leoneses con un mayor impacto económico para esta tierra?
Sinceramente, no. Están actuando con el mejor de los criterios posibles desde su mejor saber y entender y asesorados por los profesionales. Si ha tomado la decisión de trasladar al Gobierno que la Comunidad aún no está preparada, me parece lo correcto. Matices puede haber y quizás algunas comarcas en concreto también podrían abrir ahora, pero a mi no me preocupa esperar un par de semanas para avanzar con más garantías. Al contrario, se lo agradezco si es ese el planteamiento.
Sobre el 14 de marzo: «Un jefe de Intensivo y Microbiología del HUBU se me echó a llorar y me pidió por favor que cerrara la ciudad y metiera a la gente en sus casas»
Usted mismo llamó hace unos días a «pecar de precavidos», pero a la vez estaba convencido de que su ciudad e incluso la provincia iban a llegar a la fase 1 el día 11 de mayo...
El deseo es evidente porque todos queremos seguir avanzando y al tener esa estabilidad en el tiempo en los contagios en Burgos en las últimas semanas, sospechaba que tal vez la Junta pudiera estar pensando en nosotros como una de esas provincias que podía avanzar el lunes. No hay una ciencia cierta ni una varita mágica.
¿Y si el Gobierno «tumba» los planes de la Junta y obliga a hacer una desescalada mayor?
Cada uno tenemos en nuestro ámbito la capacidad para trasladar a la autoridad competente, que sin duda es el Gobierno de España, cómo creemos que se tiene que evolucionar hasta la llamada nueva normalidad. Pero es el equipo del Ministerio de Sanidad el que toma la decisión definitiva y habrá que aceptarla con datos que a lo mejor a otros se nos escapan. La Junta tendrá que respetar lo que diga el Gobierno, lógicamente.
Sobre el proceso de desescalada: «No me preocupa esperar un par de semanas más para avanzar con garantías»
¿Teme que si otros territorios del país pasan a una nueva fase aquí pueda producirse un incumplimiento por parte de los ciudadanos e incluso cierta revuelta social?
Es normal que haya cierta gente o un porcentaje de la población que, desde una posición más crítica, cuestione prácticamente todo, como se ve, por ejemplo, en las redes sociales, pero en general los ciudadanos saben aceptar las medidas que se toman.
Usted se ha reunido ya con el sector hostelero y comercial de Burgos. ¿Están dispuestos a abrir en las condiciones fijadas por el Gobierno?
Hay una cuestión que entiendo que critiquen. Lo que más reprochan es que se publiquen tan tarde las órdenes ministeriales que definen el retorno de las actividades. Yo he pedido al delegado del Gobierno que solicite que las medidas se publiquen algunos días antes y no casi en el último momento. Aquí en Burgos se han aprobado por unanimidad partidas por valor de 6,5 millones con actuaciones concretas dirigidas al comercio y a las hostelería. Hemos trasladado también que vamos a ser flexibles con las terrazas. Estamos barajando hasta dónde podemos ampliarlas para que puedan ocupar más y así compensar el limite del aforo marcado por el Gobierno.
¿Ha tenido como alcalde celos de que el peso de la crisis ha estado más en manos del Gobierno y de las comunidades y no tanto de los alcaldes y ayuntamientos?
Es un acierto que el Gobierno lidere el combate contra el virus. En absoluto sería más eficiente la gestión de cada comunidad en lugar de un mando único como existe. Sí me gustaría que los ayuntamientos tuvieran más protagonismo con el Gobierno de España porque, a veces, las autonomías sirven meramente de puente entre los recursos que llegan y los que van para las entidades locales. Pese a que la relación con la Junta es satisfactoria, me he dado cuenta de que el Gobierno regional se ha limitado a distribuir los fondos como ha querido cuando los ayuntamientos estamos adelantando gastos extraordinarios de una manera muy relevante. Sin las competencias, en Burgos nos hemos gastado 1,5 millones en este trimestre, que supone triplicar el desembolso normal.
¿También tendrá alguna crítica dirigida al Gobierno central?
Creo que el Gobierno finalmente ha reconocido que se han cometido errores. Que en este país, igual que en el resto de Europa, no le dimos la importancia de los datos que llegaron de China e Italia cuando se lo tuvimos que dar. Si en algo nos podemos autoinculpar, y yo el primero, es de haber tenido la información de las autoridades sanitarias competentes para haber podido reaccionar antes. Si la hubo, que no lo creo porque no me cabe en la cabeza, evidentemente el error es mayúsculo. No quiero pensar que fuera así. Creo que el Gobierno reacciona cuando aquellos que entienden de epidemias le trasladan la gravedad del asunto de una manera importante. Si actuó tarde, lo hicieron todos. No seamos hipócritas. Echo de menos en la oposición cierta empatía con aquellos que estamos asumiendo la responsabilidad en estos momento. De los aciertos no hablan. Me refiero sobre todo al Partido Popular y no tanto a Ciudadanos. A Vox no lo consideró un partido de Estado.
¿Cómo lleva que el Gobierno regional, gobernado por PP y Cs, le ponga a usted, alcalde del PSOE, como ejemplo de lealtad y destaque su gran trabajo durante esta crisis?
Fue un comentario del vicepresidente y también incluyó a la alcaldesa de Miranda y al secretario regional, Luis Tudanca. Lo agradezco. En estas circunstancias tenemos que ir todos a una. En general, un debate excesivamente brusco no es bueno. En mi caso, he tenido una comunicación permanente, especialmente intensa con el consejero de la Presidencia y puntualmente con Verónica Casado y Francisco Igea y con otros consejeros.
Pues el alcalde de Valladolid, compañero suyo de partido, negó que existiera ese diálogo.
Yo le hablo de mi experiencia y ha sido buena. Aunque también he tenido diferencias con miembros de la Junta. Lo que a mí no me gusta es trasladar a la opinión publica a través de los medios un clima de confrontación. Todo lo que yo tenga que hacer en clave de crítica, lo intento aclarar de manera personal. Cojo el teléfono y llamo. Si no se resuelve, tendré que acudir a otros canales.
¿Entonces no comparte la estrategia del alcalde de Soria, otro de sus compañeros del PSOE?
Carlos tenía motivos para hacerlo. Yo en su lugar o en el caso de Segovia también lo hubiera hecho. Tienen una escasez tan evidente de dotaciones sanitarias que la incidencia del coronavirus era incluso mayor que en Madrid. Nosotros, en cambio, tenemos una instalación privilegiada en Burgos. Entiendo que si el alcalde de Soria no obtuvo respuesta ni de la Junta ni del Gobierno cuando su población se estaba muriendo es lógico que recurriera a los medios para denunciarlo.
¿Daniel de la Rosa ha actuado en esta crisis más como alcalde o como miembro del PSOE?
Nunca hago esa diferenciación. Lo primero es mi ciudad. Eso es verdad. Más allá de las siglas. Pero soy socialista, y de carné. Siempre he sido leal a mi partido. He tenido mi posición y he sido crítico internamente cuando he tenido que serlo. Pero es perfectamente compatible defender como alcalde los intereses generales de toda la ciudad, que es lo que toca, con una base ideológica que para mí es fundamental porque es la manera de traducir los valores e ideas que a uno le definen. Sí que me he considerado siempre un hombre bastante centrado. Soy un progresista de los pies a la cabeza, pero no un radical. Soy como soy y así seguiré. Como dice la canción.
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