Juan José Padilla: un héroe con patillas de bandolero
El torero de las 39 cornadas, convertido en fenómeno mediático y social, congrega a más de 300 personas en las XX Jornadas Taurinas de Villaseca de la Sagra
Juan José Padilla (Jerez de la Frontera, 1973) es un héroe con patillas de bandolero. Un hombre con 39 cornadas en el cuerpo al que la muerte se le ha arrodillado varias veces, saliendo siempre trasquilada: «No es no». Retirado en el año 2018, este miércoles estuvo en las XX Jornadas Taurinas de Villaseca de la Sagra, colgando el «no hay billetes», en un salón de actos abarrotado con más de 300 personas. Fue un «día histórico», según el Ayuntamiento.
El mismo torero lo ha reconocido en alguna entrevista: «Son los renglones torcidos de Dios. Si no me hubiese cogido ese toro, todo habría sido distinto». Se refiere, claro, a Zaragoza, al 7 de octubre de 2011, cuando a la salida de un par de banderillas, resbaló, cayó al suelo y el toro le metió el pitón por el ojo izquierdo. España en vilo, conmocionada con unas imágenes que ilustran mejor que un millón de palabras lo cruda que a veces puede ser la fiesta.
Padilla contó en Villaseca sus inicios con Rafael Ortega en Cádiz , así como su etapa de novillero y los tentaderos y tapias compartidos con maestros como Paquirri, Ruiz Miguel o José María Manzanares. En 1994 tomó la alternativa en Algeciras y desde el principio se le encasilló con las corridas más duras: Miura, Victorino, Palha, Baltasar Ibán, Cebada Gago...
Esto le hizo pagar un tributo muy caro en forma de cicatrices. En el año 2001, por ejemplo, la parca le saludó dos veces con sendos navajazos en el cuello en las plazas de San Sebastián y Pamplona . Se le consideraba ya, pues, un hombre de inmenso valor, pero lo de Zaragoza diez años más tarde lo elevó a la categoría de héroe.
Nadie esperaba que volviera a pisar un ruedo después de perder un ojo, pero vaya sí lo hizo. Se convenció «cuando decidí matar a dos hermanos de 'Marqués', el toro que me cogió, ante mi familia y mi círculo. Llamé a la ganadería de Ana Romero y quise torear un par de la misma camada. Para ahuyentar fantasmas, con el mismo traje de luces».
Y entonces el sector se lo agradeció ofreciéndole siete temporadas adicionales de vida torera, las últimas y a la vez las más bonitas de su carrera. Las figuras le hicieron un hueco en los mejores carteles, la Maestranza de Sevilla le abrió su Puerta del Príncipe y Padilla, convertido en un fenómeno mediático y social, correspondió a tales honores siendo líder del escalafón tres años (2013, 2014 y 2017).
El «Ciclón de Jerez» estuvo acompañado en Villaseca por el abogado Joaquín Moeckel y el periodista David Casas. Moeckel cree que Padilla «debe servir de espejo para todas las personas» e insistió en «la necesidad» tanto de «conservar los valores de la tauromaquia» como de darla a conocer «más allá de la esfera estrictamente del sector».
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