Enrique Martín Arranz, el último revolucionario

Este martes estuvo en Villaseca de la Sagra un personaje clave para entender la tauromaquia de las últimas décadas: impulsor de la Escuela Nacional, apoderado de Joselito y José Tomás y dique de contención frente al acoso anti a la Venta del Batán

Enrique Martín Arranz con el periodista José Luis Cárdenas este martes en Villaseca de la Sagra José Luis Cárdenas
Juan Antonio Pérez

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Este martes estuvo en Villaseca de la Sagra un personaje clave para entender la tauromaquia de las últimas décadas: Enrique Martín Arranz. Hay varias razones para asegurarlo: fue uno de los impulsores de la Escuela Nacional de Tauromaquia, fue apoderado de toreros como Joselito o José Tomás y ahora es uno de los últimos diques de contención en el empeño de algunos políticos en cerrar la Venta del Batán.

La segunda charla-coloquio de las XX Jornadas Taurinas estuvo conducida por el periodista Óscar Castellanos, llenó el salón de actos municipal y acabó en «una cerrada ovación» a un protagonista de indudable carisma.

La Escuela Nacional de Tauromaquia, que abrió sus puertas en la Casa de Campo de Madrid durante el otoño de 1976, supuso una revolución. Una transición, si se quiere, por establecer una similitud con la situación política del momento. El paso de los maletillas, que se forjaban a sangre y fuego en las durísimas capeas de los pueblos, a una educación reglada en las aulas que iba mucho más allá de lo taurino.

Martín Arranz estuvo al frente de la escuela, junto con Manuel Martínez Molinero, y todos los que pasaron por ella coinciden en la disciplina espartana que imponía. A lo largo de su historia, más de 100 chavales de la escuela han acabado siendo matadores de toros, entre los que destaca alguna figura como El Juli. O como José Miguel Arroyo « Joselito», cuya relación con el maestro trasciende lo profesional : tuvo una infancia dificilísima, quedó huérfano de adolescente y fue adoptado por Martín Arranz, convertido a la vez en su apoderado.

A finales de los años 90 llegó la segunda revolución de Martín Arranz, cuando José Tomás desechó a todas las grandes familias que controlan el negocio taurino y se fue con él. La pareja Joselito-José Tomás generó un revuelo importante en el año 2000 cuando se quedaron fuera de las grandes ferias porque exigieron negociar sus derechos de imagen directamente con la televisión.

En los últimos tiempos la controversia ha venido desde la oleada anti. La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ordenó cerrar la Venta del Batán , sede de la escuela. Y aunque ahora el Batán está abierto, ya no se hacen los imprescindibles tentaderos invernales.

Además, Martin Arranz denunció la pasividad del sistema taurino para encontrar soluciones al problema de los altos costes de las novilladas, lo que ha provocado su reducción drástica. Un asunto en el que el alcalde de Villaseca, Jesús Hijosa, también es muy crítico, por lo que ha impulsado el Foro de Promoción, Defensa y Debate de las Novilladas.

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