ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Del tiempo y sus caminos (27): El perdón en la etapa final de la obra shakesperiana
«Las últimas obras de este período están marcadas por lo que podríamos llamar un final feliz»
Poeta y dramaturgo, escritor de comedias, tragedias y drama histórico, William Shakespeare es, bien es sabido, todo un clásico, una presencia literaria permanente , por su profundo conocimiento de la psicología humana, por su hondura filosófica y metafísica, por lo sublime de su expresión poética. Su obra se mantiene en plena vigencia en cada época, A él, junto con otros grandes, le aplico gozosamente mi aforismo: «siempre joven y vivo, como un clásico».
Dada la abundancia de su producción literaria, escrita a lo largo de toda su vida, la obra de Shakespeare se asienta en diferentes etapas. Una de ellas, la que viene marcada por la gran abundancia de tragedias, se conoce como «The dark period» , la «Etapa oscura». A esta etapa pertenecen, entre otras, las archiconocidas tragedias Macbeth, King Lear, Othello, Coriolanus, Julius Caesar y Hamlet . Una etapa oscura que, a la vez, yo llamo «brillante» por la grandeza literaria que estas obras poseen.
El panorama desolador de la llamada «Etapa oscura» cambia sustancialmente en la etapa que corresponde a los años finales del autor inglés. Las últimas obras de este período están marcadas por lo que podríamos llamar un final feliz, u n orden después del caos, una justicia reestablecida, y el perdón como agente esencial de todo ello en muchos casos. La lucidez de Shakespeare no le impide ver el dolor, la traición, la falsedad, la ambición desmesurada, el crimen: también en esta etapa, como en las anteriores, lo muestra abiertamente. La gran diferencia está en el orden reestablecido. Un gran ejemplo de esto es La Tempestad . Aquí Shakespeare no deja de mostrar hasta qué punto la ambición hace a un hermano ser verdugo de su hermano, cómo Próspero, duque de Milán, es puesto en un barco, con su pequeña hija Miranda, a merced de las olas marinas para que su usurpador hermano pueda tener el ambicionado ducado. Próspero y Miranda, afortunadamente, logran arribar a una isla donde pasan doce años. Próspero es un mago y podrá vengarse ¿se vengará? Conjura una tempestad al saber que su usurpador hermano y su cómplice, el rey de Nápoles, junto con otros personajes, viajan en un barco ¿para que naufraguen y se ahoguen? No: para que, con su mágica ayuda, lleguen a la isla donde él y su hija se encuentran. Y, una vez reunidos, perdonarlos. El perdón viene unido al arrepentimiento y a la reconciliación . Y a la feliz boda de Miranda con Ferdinand, hijo del rey de Nápoles. Y todos vuelven juntos a casa.
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