Crimen de Cristina Martín

Psiquiatras sobre José Rafael: «La depresión no le mermó su juicio de la realidad»

Las especialistas que lo tuvieron como paciente meses antes del crimen de Cristina Martín aseguran que sabía lo que hacía

José Rafael entra en la Audiencia de Toledo el primer día del jurado EFE

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Las dos psiquiatras que tuvieron como paciente a José Rafael García meses antes del crimen de su mujer, Cristina Martín, declararon este jueves que la depresión que pudiera tener el día de los hechos no le mermó su juicio de la realidad. Por tanto, el acusado sabía lo que hacía cuando asestó a su esposa dos puñaladas, una en el corazón y otra en el pulmón izquierdo, en el chalé familiar de Mora el 5 de febero de 2017.

Una de las especialistas siguió su caso entre el 15 de febrero y el 2 de marzo de 2016, el periodo que José Rafael estuvo ingresado en un clínica madrileña dedicada a patologías psiquiátricas. El hombre contó que estaba agobiado por la situación económica y familiar que estaba pasando. Pero, cuando la evolución de su cuadro psíquico fue favorable, le dieron el alta, medicación y pautas.

Meses más tardes, entre julio y noviembre, fue atendido por una psiquiatra del Complejo Hospitalario de Toledo porque hubo un empeoramiento después de su salida de la clínica madrileña. «Tenía una depresión, pero sin alteración del juicio de la realidad», dijo la especialista en la cuarta y breve jornada del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia de Toledo.

«¿Es habitual que una persona depresiva mate a otra de su círculo más íntimo?», le preguntó Rafael Pérez-Moreno , abogado de la familia de Cristina. «En este caso, la depresión no le mermó su juicio de la realidad», repitió la psiquiatra, quien aseguró que tampoco es «típico» el carácter agresivo en este tipo de pacientes.

La especialista reveló también que ofreció a José Rafael ingresar, pero él dijo que no porque iban a operar a su mujer. «Y ya no volvió a contar conmigo», añadió.

Antes habían declarado los médicos que atendían a Cristina cada tres o cuatro meses. «Una ráfaga de viento podía provocarle dolores extremadamente intensos», dijeron. Y pusieron otro ejemplo sobre el delicado estado físico de esta mujer de 39 años: le pinchaban anestesia general para aprovechar a lavarle y cortarle el pelo, «hacíamos de esteticistas», porque hasta las costras que se le formaban en el cuerpo le causaban un «dolor insoportable».

La sesión, en la que hubo varios fallos en las videoconferencias, se cerró con una curiosa imagen. Debido a otro problema técnico, todos los miembros del jurado tuvieron que levantarse de sus asientos, en los bancos destinados al público, y acercarse a la televisión de la sala para poder escuchar un audio. Se trataba de la llamada de Pilar, la hermana de Cristina, al servicio de emergencias 112 el día del crimen.

Este viernes las partes leerán sus informes antes de que el jurado se retire para deliberar.

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