Cómo afrontar psicológicamente los daños de una DANA: «Que a ti y a los tuyos no les ha ocurrido nada»
«Si te entra o no te entra nada de agua por estas tormentas, pero justo se resbala un familiar y le sucede algo grave, ¿qué más te da tener la casa bien?», dice el psicólogo Manuel Espada
«Es una situación de indefensión absoluta, absoluta, porque lo pierdes todo sin anticipar nada», opina su colega Ana María Ángel Esteban
Ana rompe a llorar al contar por teléfono que la primera DANA de septiembre ha destrozado una gran parte de su casa. Como ella, muchas personas en España han perdido enseres, viviendas, negocios, huertas o coches, arrasados por las riadas de agua y barro. Es el caso también de Mario: «La casa está peor que un pasaje del terror». Sin daños personales, tus muebles, tus álbumes de fotos, tus pequeños recuerdos o tu sustento se han ido por la ventana.
¿Cómo se puede afrontar estos daños, estas situaciones dramáticas, dantescas en muchos casos, desde el campo de la psicología? «La única forma de racionalizar esas pérdidas es pensar que ni a ti ni a los tuyos les ha ocurrido nada», opina el psicólogo Manuel Espada. Recuerda un programa de televisión en el que un norteamericano hablaba después de pasar un huracán por su zona . «Decía que no tenía casa, pero su mujer y sus hijos estaban bien, y su mascota estaba viva. Decía que por muy bien que estuviera su casa, si no estuviesen su mujer y sus hijos no podría vivir. Entonces, cuando racionalizas si por lo menos a los míos no les ha pasado nada, esto tiene solución», añade. «Un golpe de chapa en el coche tiene solución, lo malo es que te pase algo. Y sobre todo pensando y racionalizando que a ti y a los tuyos no les ha ocurrido nada», insiste.
«La gente que ha salido airoso del covid dice que por lo menos a él no le ha pasado nada. O los que han salido vivos de Afganistán : 'Estoy en España y puedo vivir con mi familia'. Cuando el terreno personal sale ileso, el resto se puede racionalizar», pone como ejemplos.
«Si te entra o no te entra nada de agua por estas tormentas, pero justo se resbala un familiar y le sucede algo grave, ¿qué más te da tener la casa bien? -se pregunta-. Lo importante es que la vivencia personal, la estructura familiar, esté intacta y esté bien. Y eso es lo que ayuda a la gente a afrontar. Si tu casa está intacta, pero a alguien de tu familia le ha pillado y muere, fíjate lo que supone». Manuel habla de una «situación de indefensión» y también de empatía hacia las personas que, como Ana o Mario, han sufrido el duro golpe de la primera DANA de septiembre.

Su colega Ana María Ángel Esteban habla también de «una situación de indefensión absoluta, absoluta, porque lo pierdes todo sin anticipar nada. Tanto a nivel emocional como material». «Independientemente de que tengas dinero o no para afrontar los daños, el mazazo emocional es durísimo -continúa-. Pierdes un montón de cosas asociadas y materiales que tienen un valor emocional para ti. Con lo cual eso es muy tremendo, sin la posibilidad de volver a recuperar», afirma la psicóloga.
Ana María Ángel dice «grosso modo» que, para recuperarse, lo primero es la aceptación por parte de los afectados: «Nada de repetirse por qué me ha pasado». «Y luego ver cómo se recupera», añade. «No tiene que ser exactamente lo mismo. Lo que hay que recuperar es la estabilidad emocional asociada a lo físico que podamos conseguir y hay que tener, entre comillas, paciencia y tolerancia. Las personas impulsivas son quienes lo van a pasar peor, porque ellas necesitan reponer o solucionar lo que sea a cualquier nivel», asegura, quien concluye: «Depende de los apoyos emocionales y económicos que tengas saldrás antes o después».
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