Prevén que la economía castellanomanchega crezca casi un 5% en 2022 y 2023 pese a la inestabilidad
BBVA Research ha presentado este miércoles el informe ‘Situación Castilla-La Mancha’, que vaticina unos 86.000 nuevos empleos entre 2021 y 2023, lo que permitiría reducir el paro hasta el 12,3%
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Aunque la inestabilidad política y la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, la economía no parece que se vaya a ver afectada. Esto es, al menos, lo que dice un el informe 'Situación Castilla-La Mancha' que elabora BBVA Research , cuyas previsiones apuntan a un crecimiento del 4,8% en 2022 y un 4,7% en 2023 en la comunidad autónoma.
El control de la pandemia , la utilización del ahorro embalsado por las familias castellanomanchegas, el impulso en la ejecución de los fondos europeos Next Generation EU (NGEU) y una elevada capacidad productiva sin utilizar favorecerán la recuperación. De cumplirse estas previsiones, Castilla-La Mancha crearía, en promedio, unos 86.000 nuevos empleos entre 2021 y 2023, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 12,3%.
El sesgo a corto plazo dependerá del impacto de la realización de riesgos geopolíticos y de la progresión de los contagios. Empiezan también a tomar importancia los riesgos asociados a una mayor inflación. Además, es necesario acelerar la implementación de los fondos relacionados con el NGEU. A medio plazo, el sesgo dependerá de las reformas que se adopten en los próximos meses .
Según los datos del informe, presentado este miércoles por Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, y Juan Carlos Hidalgo, director de la Territorial Centro de BBVA , el crecimiento de la economía castellanomanchega en 2021 habría alcanzado el 4,9%. «El dinamismo de las exportaciones regionales de bienes, del consumo y del empleo apoyaron esta favorable evolución», afirman los responsables de la entidad financiera, que creen que «Castilla-La Mancha podría recuperar los niveles de actividad precrisis a lo largo de este semestre, mientras que para el conjunto de España se espera que este objetivo se alcance a finales de 2022 o principios de 2023».
El fin del estado de alarma y el levantamiento de las restricciones, ha indicado Miguel Cardoso, impulsaron el gasto en ocio, restauración, transporte y alojamiento, favoreciendo también el turismo nacional. Así, desde junio de 2021 el consumo de los españoles no residentes en la región se ha mantenido por encima de los niveles de 2019 en todas las provincias. Sin embargo, a finales de año, la sexta ola de la pandemia frenó este avance. Así, la aceleración del gasto con tarjeta en 2021 en la región es inferior a la vista en el conjunto de España. Algo que contrasta con el gasto turístico, que habría crecido intensamente aunque por debajo del conjunto de España.
Asimismo, el avance de las exportaciones de bienes y del mercado residencial en la comunidad contribuyeron de forma destacada a la recuperación de la economía castellanomanchega. En las ventas al exterior, la recuperación se apoya principalmente en las semimanufacturas. De hecho, los datos disponibles reflejan un crecimiento generalizado de las exportaciones de bienes castellanomanchegas, que superaron en un 20% (en términos nominales) los niveles precovid. Sin embargo, la mejora del sector industrial también es menor que la observada en el conjunto nacional.
Finalmente, la oferta de vivienda nueva también se comportó mejor que en 2020. Hasta noviembre, los visados de obra nueva en Castilla-La Mancha fueron casi un 63% superiores a los del mismo periodo en 2020 y casi un 50% superiores a los de 2019 . En este escenario, el mercado laboral castellanomanchego habría continuado su avance en 2021, con una recuperación más dinámica que la del conjunto de España. Con ello, la afiliación a la Seguridad Social en todas las provincias de la región recuperó los niveles precrisis prácticamente a finales del primer trimestre del año pasado. Por territorios, destaca el crecimiento del empleo en Toledo, que habría superado el nivel de 2019 antes de finales de 2020.
Tal y como informa el economista jefe para España de BBVA Research, «en el inicio de 2022, la actividad en Castilla-La Mancha y España se habría desacelerado por diversos factores». Por un lado, explica que el deterioro de los indicadores sanitarios por la variante Ómicron habría frenado el avance del consumo debido a las nuevas restricciones. Por otro lado, los cuellos de botella y la interrupción de las cadenas de suministro condicionan la actividad industrial. Además, el encarecimiento de los precios energéticos y de las materias primas incrementan los costes de producción y los precios de exportación, lo que podría afectar a la competitividad tanto a corto como a medio plazo.
Para los próximos trimestres, BBVA Research prevé una aceleración del crecimiento de la economía de Castilla-La Mancha. El control de la pandemia, la utilización del ahorro embalsado por las familias castellanomanchegas, la mayor ejecución de los fondos NGEU y una elevada capacidad productiva sin utilizar podrían compensar los efectos de los cuellos de botella y del encarecimiento de la energía, y favorecer la recuperación.
Cardoso indica que las convocatorias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de Europa previstas para el primer semestre de 2022 doblan el importe de 2021, lo que supone «una oportunidad para las comunidades con empresas más capaces de gestionar los fondos y mayor capital humano». En Castilla-La Mancha la asignación de los fondos europeos se ha destinado principalmente a programas para impulsar la transición verde en la región.
En este contexto, el Servicio de Estudios de BBVA prevé para 2022 un crecimiento elevado del PIB castellanomanchego (4,8%), y del 4,7% en 2023. De cumplirse estas previsiones, la economía castellanomanchega crearía, en promedio, unos 86.000 nuevos empleos entre 2021 y 2023, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 12,3%.
Factores de incertidumbre
No obstante, el escenario de recuperación previsto para los próximos trimestres podría verse afectado por el retraso en la ejecución de los Fondos NGEU, así como de las inversiones asociadas. «El reparto de los fondos europeos en buenos proyectos transformadores y su uso son esenciales para alcanzar una recuperación inclusiva», asegura. En particular, en Castilla-La Mancha la distribución de fondos a programas de protección social, digitalización y educación ha sido algo menor que en el conjunto de España.
Por otro lado, el aumento del coste de la energía limita en mayor medida la recuperación de las zonas industriales y supone un reto para su competitividad, aunque en Castilla-La Mancha los precios de exportación de bienes se aceleran menos que en el conjunto de España. Asimismo, el fuerte aumento de la inflación general y subyacente suponen un riesgo, principalmente para regiones muy expuestas a la competitividad exterior. En Castilla-La Mancha la inflación general superó en más de un punto la española en enero, y por tanto, los riesgos son ahora mayores .
En todo caso, Cardoso considera que «el sesgo sobre estas previsiones dependerá, a corto plazo, del impacto de la realización de riesgos geopolíticos y de la progresión de los contagios. Empiezan a tomar importancia los riesgos asociados a una mayor inflación y a la respuesta de los bancos centrales. Además, es necesario acelerar la implementación de los fondos relacionados con el NGEU. A medio plazo, el sesgo dependerá de las reformas que se adopten en los próximos meses.
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