Torra se aferra al cargo público y exaspera a ERC y el Gobierno
Ambos apuntan a Torra como culpable de que no haya mesa de diálogo
Solo unas horas antes de que el Tribunal Supremo estudie hoy su recurso tras la condena por desobediencia, Quim Torra reiteró, ayer, en el Parlamento de Cataluña su intención de seguir como presidente de la Generalitat el mayor tiempo posible. Se aferra así al cargo, dejando en stand by todo tipo de negociación con el Gobierno de España, que desde las filas de ERC, sus socios de gobierno, le exigen para poder sacar rédito electoral y político de la mesa de diálogo entre los dos ejecutivos. «Mi compromiso es y será siempre servir a mi país hasta las últimas consecuencias y hasta el último minuto de mi presidencia», señaló Torra en su comparecencia durante el debate de política general celebrado este miércoles en la Cámara catalana.
El presidente autonómico centró su intervención parlamentaria en la gestión de la Generalitat durante el último año, pero también de toda la legislatura, lo que sonó, evidentemente, a despedida, ante la posibilidad de que el Supremo ratifique en los próximos días la condena que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le impuso y que supondría su inhabilitación para ejercer cargo público.
Los grupos de la oposición le exigieron a Torra que convocara ya elecciones anticipadas, cuyo margen acaba en diciembre de 2021, y ERC, su socio de gobierno, le pidió que liderase la coordinación de la iniciativa que los grupos independentistas deben llevar a cabo si, finalmente, se produce su inhabilitación.
La actitud de Torra dejando la legislatura catalana en una vía muerta está contrariando tanto al Gobierno central como a sus socios de ERC. Y ambas partes parecen empezar a acercar posturas sin esperar a las maniobras del actual presidente de la Generalitat y dando por amortizada su figura.
En La Moncloa tuvieron claro desde comienzos de año que la mesa de diálogo con la Generalitat de Cataluña no tendría resultados prácticos hasta que Torra no abandonase la presidencia. Por eso intentaron a finales de enero frenar su constitución, cuando Quim Torra anunció que plantearía el adelanto electoral. Entonces solo fue la presión de ERC la que fomentó la puesta en marcha de este espacio que, a causa de la pandemia, solo se ha reunido una vez.
ERC, que logró en su acuerdo de investidura el compromiso para crear este foro, sigue demandando que este espacio funcione porque su argumento electoral es «sentar al Gobierno a negociar». Sin embargo, varias fuentes socialistas y gubernamentales consultadas creen que ERC no va a poner como contrapartida para apoyar los Presupuestos que se reúna este foro porque saben que la culpa de que la mesa no se haya celebrado ya es de Torra. «Está en sus manos que se celebre o no», apunta un ministro consultado. En Moncloa también apuntan a las ganas de protagonismo de Torra como un problema, ya que recuerdan que en esta ocasión tocaría solo reunión de equipos negociadores, y que no estaba prevista la presencia de los presidentes. Y entienden que con esas condiciones a Torra no le interesa celebrar ese encuentro.
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