Sánchez intenta reconectar con el independentismo para mantener vivos los dos caminos a los PGE
Plantea de nuevo la reforma del delito de sedición, habla con Quim Torra para volver a reunir la mesa de diálogo y se plantea contactar a los cuatro diputados del PDECat si se confirma su escisión de JxCat
Pedro Sánchez permanece ajeno a los llamamientos de ERC y Ciudadanos para que elija definitivamente entre uno de los dos como socio para sacar adelante las cuentas. Al contrario, el presidente del Gobierno no quiere descartar a nadie y sigue jugando con varias barajas la partida clave para consolidar su mandato. Pese a tener en estos momentos buena sintonía con la formación de Inés Arrimadas , el Gobierno dio pasos en el día de ayer para abrir la puerta a un entendimiento con fuerzas que sitúan en el nuevo «independentismo pragmático».
Una estrategia que pretende abaratar el precio de la negociación y trasladar la idea de un acuerdo amplio. El segundo punto de ese planteamiento consiste en un señalamiento con el que situar al PP entre una minoría con la que no se pueden llegar a acuerdo y que para La Moncloa solo engloban Vox, los dos diputados de la CUP y los cuatro diputados de Junts per Catalunya leales a Carles Puigdemont y al nuevo partido. Los socialistas han arrancado el curso con gran dureza en su crítica al PP y quieren utilizar la voluntad de negociación del resto de grupos como imagen de contraste con Pablo Casado .
Ayer, en una entrevista en Televisión Española, el presidente del Gobierno aseguró que pretende armar una mayoría por encima de los 176 escaños. Para ellos aspira a consolidar su nuevo entendimiento con Ciudadanos, y hacerlo compatible con ERC y con los cuatro diputados del PDECat en el Congreso de los Diputados que debaten su futuro después de que Puigdemont abandonase la formación. Sánchez confirmó que contactará con estos cuatro diputados «si se produce la escisión» con JpC. Teniendo esto en cuenta, en los cálculos de La Moncloa existen hasta el entorno de 200 diputados si se tiene en cuenta aquellos con los que el Gobierno ha podido alcanzar acuerdos recientes o existen vías de comunicación en estos momentos.
Las cuentas, para cuya aprobación en el Gobierno son muy optimistas, no saldrán con todos esos apoyos, pero el Gobierno tensa la cuerda buscando sumas a priori imposibles antes de la crisis sanitaria. «No es gratis para nadie levantarse de la mesa de negociación en esta crisis» , resume un alto cargo del Gobierno que cree que Cs ha dado muestras de «desear» aprobar las cuentas como para echarse atrás. Hay confianza en las posibilidades y por eso el Gobierno explora todas sus opciones.
Sánchez llama a Torra
Hasta el punto de que ahora se pretende hacer compatible la nueva relación con Ciudadanos con no renunciar a ERC ni a esos cuatro diputados del PDECat. Y en ese sentido ayer Sánchez hizo dos movimientos para ampliar su base de apoyo del independentismo, algo que incomoda obviamente a Cs:por un lado poner en marcha la mesa de diálogo entre Gobierno y la Generalitat y por otro anunciar su propósito de reformar el delito de sedición, lo que favorecería la situación penal de los condenados por el 1-O.
Respecto a la mesa, Sánchez llamó por la tarde al presidente de la Generalitat, Quim Torra, y los gabinetes de ambos ya trabajan en la confección del orden del día. En una nota, el Govern aseguró que el presidente Torra «ha dejado claro a Pedro Sánchez que por parte catalana el orden de día debe incluir el derecho a la autodeterminación y la amnistía, porque es en estas cuestiones donde está el conflicto político». Mucho después de que lo hiciera la Generalitat se confirmaba esta llamada por parte de La Moncloa. Poniendo en valor que se había producido a iniciativa de Sánchez y que en la cita «se retomará la Agenda del Reencuentro», el texto que Sánchez entregó a Torra en febrero en su reunión en Barcelona. Un hoja de ruta que se basa en el diálogo político y la mejor financiación como recetas del Gobierno para superar la crisis territorial.
El gobierno apuesta por este movimiento después de meses queriendo centrar la cuestión en la respuesta política a la crisis económica derivada por la pandemia. Hace apenas unos días la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuestionaba que esa mesa de negociación fuese ahora una prioridad porque los ciudadanos «no están para juegos florales».
Sánchez realizó esta llamada después de haber dado más pasos en la dirección de reconstruir lazos con las fuerzas independentistas. Porque por la mañana había reiterado que «sigue firme» el compromiso para la reforma del Código Penal para revisar el delito de sedición , que podría derivar en la revisión de las penas a los artífices. «Tenemos que ser empáticos, sensibles, y mirar a Europa, que en algunas de las sentencias ha dicho claramente cuáles son los déficits que tiene nuestro Código Penal cuando estamos hablando de este tipo de delitos (...) Es un compromiso de investidura que voy a mantener », insistió Sánchez.
Los movimientos tácticos de Sánchez se producen en Cataluña en un contexto preelectoral, lo que explica la reacción de las distintas fuerzas. El caso de Junts es notorio. Torra por ejemplo camina a rastras hacia una mesa de diálogo que tampoco es la suya, en tanto que su creación fue una concesión del PSOE para ganarse el voto de ERC en la investidura, y lo vuelve a ser ahora para los PGE.
El contexto de la investidura y el de ahora en Cataluña no son el mismo, y las dificultades de ERC para sumarse a una negociación presupuestaria son notorias mientras desde la órbita de Junts se sigue castigando a los de Junqueras precisamente por el flanco de su colaboración con el PSOE. Aunque la última encuesta publicada (La Vanguardia) consolida la ventaja de ERC sobre Junts, e incluso da al independentismo un voto popular por encima del 50%, en Esquerra temen que Puigdemont les vuelva a pasar por delante.
En parte por ello, ERC sigue sin ver claro un acercamiento al PSOE en los PGE, y ayer alertaba de que no podrían sumar si las cuentas se arman con Cs y el PDECat, partido este último ya emancipado de Junts y nuevo actor invitado en el baile de la política catalana.La dirección y los diputados de este partido se reunieron ayer para reivindicar su tradición ideológica frente a Junts. «Es hora de centrar el país», aseguran.