Feijóo se impone y Cs acepta cerrar la coalición con el PP solo en el País Vasco
Arrimadas emplaza al presidente de la Xunta a nuevos contactos, pero cierra la puerta a una integración que deje a su partido sin autonomía propia
El panorama se despeja. El PP y Ciudadanos (Cs) concurrirán en coalición en el País Vasco en las elecciones autonómicas del próximo 5 de abril . Finalmente, el «no» rotundo de Alberto Núñez Feijóo a copiar la fórmula en Galicia no pasará factura, al menos, a la negociación en la comunidad autónoma vasca; cerrada ayer por la tarde entre el secretario general del PP, Teodoro García Egea, y la mano derecha de Inés Arrimadas en el Congreso, José María Espejo-Saavedra.
Cataluña, a la espera de que se convoquen elecciones, esperará su turno. El PP no quiere meter prisa a Cs, y este optará ahora por analizar todo con perspectiva , después de que los populares le hayan dado un portazo en Galicia. Por la mañana, la portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas, marcó en su teléfono el número del presidente de la Xunta para tratar de convencerlo de que acepte una coalición con los liberales. Nada. Y no solo eso, sino que Feijóo dijo públicamente que una unión así en Galicia «resta».
La oferta de una coalición a tres bandas planteada por Cs decayó, pero eso no supuso el fin de los contactos para sellar un pacto en el País Vasco. Egea y Espejo se reunieron por la tarde, lejos de los focos del Congreso y de la parcialidad de las sedes de sus partidos, y pulieron los últimos detalles. Solo queda por acordar el nombre, pero el candidato será el líder del PP vasco, Alfonso Alonso.
El plazo para cerrar coaliciones en Galicia vence el jueves a medianoche, y todavía hay optimistas en Cs que mantienen su intención de hacer «entrar en razón» al jefe del Ejecutivo gallego . El PP no cederá en ningún caso. El País Vasco cuenta con un plazo de otras 24 horas, pero el documento definitivo debía incluir la rúbrica de las dos formaciones antes. El motivo: esta tarde hay convocado un Consejo General de Cs, máximo órgano entre asambleas, que ha de ratificar con obligatoriedad cualquier coalición electoral.
En ese consejo, además, los liberales modificarán la cláusula que impide que una de sus asambleas generales se celebre con menos de cuatro meses de diferencia respecto a las últimas elecciones en las que hubiere participado el partido. El adelanto electoral en Galicia y el País Vasco obliga a este cambio estatutario para no tener que aplazar la V Asamblea General, fijada los días 14 y 15 de marzo.
Combatir el nacionalismo
La frustración por el desencuentro entre Cs y el PP gallego se compaginó de forma paralela con los imparables avances en el caso del País Vasco. Allí ambos partidos están de acuerdo en la voluntad de sumar esfuerzos para combatir el nacionalismo, y coinciden en abrir las puertas a UPyD y a otros referentes de la sociedad civil.
El acuerdo para ir en coalición es total, pero ahora arrancan ramificaciones de las negociaciones, como la composición de las listas. Cs pretende conseguir el número dos de la coalición y colocar al menos a un diputado por provincia en puestos de salida. Fuentes del partido confían en que la coalición le suponga un rédito al centro-derecha en el País Vasco de al menos tres escaños extra . En el PP son mucho más cautos, y no creen que la coalición multiplique sus escaños como si fueran peces. Los populares están dispuestos a ser generosos, pero hasta cierto punto, ya que la presencia de Ciudadanos en el País Vasco es insignificante, se mire como se mire.
A mediodía, Espejo envió un documento con las bases del acuerdo al número dos del PP y, después de leerlas este, acordaron hablar la misma tarde de ayer para comprometerse a cerrar ya la coalición. Hoy, salvo sorpresa, un Consejo General copado de afines a la dirección interina de Cs dará el visto bueno al abrazo vasco.
La llamada entre Arrimadas y Feijóo, por la mañana, fue «cordial» , según ambas partes, pero mientras la portavoz liberal en el Congreso le insistió en las bondades de ir en coalición, este se limitó a ofrecerle una integración de algunos dirigentes naranjas en las listas del PP. Ambos, sin embargo, se emplazaron a «seguir trabajando para intentar llegar a un acuerdo» . Aunque Espejo rechazó en público cualquier fórmula que no pase por una coalición, otras fuentes de la gestora aportan ahora matices que no se habían escuchado anteriormente. Cs no llamará al PP gallego una vez se cierre el plazo para formar coaliciones, pero levantará el teléfono si Feijóo toma la iniciativa y plantea algo más ambicioso a los liberales.
Dirán «no» a una mera integración en las listas del PP, pero si los populares se comprometen a, después de las elecciones, que los dirigentes de Cs tengan absoluta autonomía e incluso puedan decantarse, respetando el acuerdo firmado con el PP, por irse al grupo mixto, habrá conversaciones. Nada de esto es una propuesta en firme, pero hoy está algo más lejos que ayer la posibilidad de que los gallegos deban escoger entre una papeleta azul y otra naranja . Cs, como solicitó Feijóo, incluso ha nombrado ya a una interlocutora gallega: la exdiputada por Pontevedra y candidata a las primarias de Cs en Galicia, Beatriz Pino.
«Hemos quedado en experimentar cualquier vía o cualquier posibilidad. ¿Para qué? Para tener un objetivo: sumar», dijo Feijóo, en relación a posibles fórmulas intermedias, informa Pablo Pazos.
El nuevo plazo fijado por los populares para las negociaciones es el 1 de marzo, día máximo para presentar las candidaturas electorales. Los contactos entre PP y Cs no se detendrán.
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