El estrangulador de Lardero, ante el juez cinco meses después del crimen

Lo primero que pidió en prisión fue un cura, luego que le devolvieran las llaves de su piso y su coche

Francisco Javier Almeida se sentará ante el juez el 5 de abril EFE

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Francisco Javier Almeida , el individuo que el pasado 28 de octubre mató al pequeño Álex en Lardero (La Rioja) tras raptarlo media hora antes, se sentará ante el juez el 5 de abril, cinco meses después del crimen que conmocionó a toda España. Si decide declarar será la primera vez que lo haga, puesto que se negó a hablar cuando lo detuvo la Guardia Civil con el cadáver de la criatura en los brazos y tampoco lo hizo en sede judicial. Desde entonces está ingresado en la prisión de Segovia a la que se le trasladó para garantizar su seguridad.

Almeida, que ha pasado más de veinte años en prisión por dos agresiones sexuales y un asesinato, llevaba 18 meses en libertad condicional cuando mató a Álex , de nueve años. Nada más ingresar de nuevo en la cárcel pidió que le visitara el capellán. Inicialmente se le puso un preso de apoyo y se le aplicó el protocolo de prevención de suicidios. Se encuentra en régimen ordinario y hace vida normal en Segovia, según fuentes penitenciarias, alejado de los centros penitenciarios de El Dueso y Logroño.

Pese a su negativa a colaborar en los hechos, ha reclamado que le devuelvan las llaves del piso de alquiler de la calle Río Linares en el que vivía y en el que mató al pequeño, y las de su coche, una petición a la que se opuso la acusación y que el juez no acordó, según fuentes del caso consultadas por ABC. Sí se ha acordado que se le someta a una pericial psicológica , pese a que las dos que se le hicieron hace años concluyeron que no sufría ningún trastorno .

Además de su declaración están citados el padre de Álex y varios testigos durante los próximos días. Una abogada de la asociación Clara Campoamor, personada como acusación popular, ejerce también la acusación en nombre de los padres del pequeño. De su defensa se encarga un abogado de oficio, el segundo, puesto que el primero que se le asignó llevaba solo tres meses colegiado.

Le confundió con una niña

Almeida estranguló a Álex en su casa de Lardero, un moderno apartamento al que se había trasladado a principios de 2021. Había estado acechando en el parque al grupo de críos que jugaban y se lo llevó con engaño al confundirlo con una niña por el disfraz de la niña del exorcista , peluca incluida, que vestía el pequeño para celebrar Halloween junto a su familia y amigos. La autopsia confirmó, como adelantó ABC, que el presunto autor estranguló a la víctima posiblemente al descubrir que se había confundido de sexo (sus dos anteriores víctimas eran mujeres). No ha trascendido aún si además el crío sufrió algún tipo de abuso o agresión sexual aunque el depredador apenas dispuso de tiempo .

Los padres de Álex lo echaron en falta de inmediato en la fiesta que celebraban en un local junto al parque y, tanto ellos, como otros familiares, amigos y vecinos comenzaron a buscarlo puerta a puerta. Fue precisamente un vecino del edificio de Almeida el que se cruzó con el asesino cuando este llamaba al ascensor con el cadáver desmadejado del pequeño en los brazos. No había pasado ni media hora desde la desaparición . Su intención era bajar al garaje donde estaba aparcado su coche y deshacerse del cuerpo de la criatura.

El crimen de Almeida provocó una oleada de indignación . Depredador sexual de manual, había disfrutado de 39 permisos penitenciarios desde 2013 y se le había concedido la libertad condicional en abril de 2020 cuando faltaban tres años para que acabara de cumplir condena por el asesinato y agresión sexual de la empleada de una inmobiliaria de Logroño.

Desde abril y hasta que mató a Álex el centro penitenciario de la capital riojana realizó 16 actuaciones para velar por las medidas que había fijado el juez de Vigilancia Penitenciaria. Obtuvo un trabajo de limpiador en una empresa colaboradora de Prisiones en la inserción laboral de exreclusos y pidió permiso para trasladarse al piso de la calle Linares, enfrente de un colegio. Un funcionario en segunda actividad controlaba el cumplimiento de las medidas pero ni sus vecinos ni las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tuvieron noticia de ese cambio de domicilio (una circunstancia ajustada a las condiciones de su libertad pero que fue duramente criticada tras el crimen).

Los sindicatos de Prisiones aseguraron que podría haberse evitado porque no se le debió conceder primero el tercer grado y después la libertad condicional. Los profesionales de la prisión de El Dueso en la que cumplió buena parte de su condena alertaron de Almeida que no estaba preparado para vivir en libertad y apreciaron riesgo de reincidencia.

Interior argumentó que había tenido seguimiento desde que quedó en libertad, pero los funcionarios consideran que no fue «ni directo ni continuado» y que la figura del agente de la libertad condicional no está regulada. La familia del pequeño sobrevive a duras penas. Su abogada ya anunció que pedirá para el depredador la prisión permanente revisable.

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