Así están las negociaciones entre PP y Ciudadanos en Galicia, País Vasco y Cataluña

Después de la reunión entre Casado y Arrimadas, Galicia es la región donde más complicado sería un acuerdo transversal entre ambas formaciones

Casado y Arrimadas, en el Congreso de los Diputados ABC/ ATLAS

Galicia: Rechazo definitivo a la coalición; sí a listas con dirigentes de Cs

El PP gallego dio el pasado domingo su no formal y definitivo a la coalición electoral con Cs para las autonómicas del 5-A. Se lo trasladó personalmente el número dos de Feijóo, Miguel Tellado, al secretario de la gestora naranja, José Manuel Villegas, durante un discreto encuentro que mantuvieron el domingo en Benavente (Zamora), y a instancias del barón gallego. Los populares consideran que esta fórmula está ya zanjada, y ni siquiera van a entrar a valorar la carta que el presidente de la gestora de Cs envió ayer a Feijóo, en la que se incluía un acuerdo de coalición firmado y previamente redactado. «Regresan a un punto que ya está superado», apuntaron a ABC fuentes del PPdeG.

No obstante, el PP gallego deja expresamente abierta la puerta hasta el próximo 1 de marzo a la posibilidad de incorporar a dirigentes de Cs en sus candidaturas, «en calidad de independientes y sin exigirle militancia en el partido», planteamiento que Tellado ofreció a Villegas pero que este ni siquiera llegó a valorar porque «vino con la encomienda de o coalición, o nada». A pesar del tono cordial del encuentro, se saldó con la previsible falta de acuerdo. En el PP gallego se asienta la convicción de que el rechazo de Cs está marcado por las tensiones internas de cara a su proceso congresual. «No somos nada soberbios, todo lo contrario», reiteraron, «pero no pueden pedirnos que liquidemos las siglas de un proyecto que nació en Galicia de la mano de Manuel Fraga».

La sintonía del PP gallego con la dirección nacional del partido en Génova «es total». Núñez Feijóo es consciente de la necesidad de impulsar un proceso de reunificación del centro-derecha en España que pueda convertirse en alternativa real a Pedro Sánchez, y de ahí su disposición a abrir las listas de su partido a personas de Ciudadanos, pero no a cualquier precio. «No tiene sentido que Cs plantee una coalición entre iguales en un territorio donde el PP tiene 41 diputados y más del 45% del voto, y ellos nunca han tenido representación, ni siquiera han estado cerca». Las últimas encuestas alejan todavía más a Cs del 5% de votos que necesitan para entrar al reparto de escaños en Galicia.

País Vasco: «Sí» a la alianza pero respetando el proyecto del PP

Nadie en el PP vasco esconde el interés que existe en aunar las fuerzas de centroderecha de cara a las elecciones de abril. La de Cs es la única opción que contemplan los populares, que rechazan de pleno integrar a dirigentes de Vox en las listas de esa hipotética coalición de «Vascos Suman» de la que se viene hablando desde el Congreso de septiembre. Pero incluso en lo que respecta a la formación naranja incluyen ciertos matices.

Desde el partido que lidera Alfonso Alonso hablan sin tapujos de «líneas rojas» a la hora de aliarse con Cs: «Estamos abiertos a explorarlo siempre y cuando se respete el proyecto del PP», afirman las fuentes consultadas, que recuerdan que el partido naranja solo obtuvo el 1,1% de los votos en el País Vasco en las pasadas generales. Rechazan además cerrar un acuerdo «global» que afecte también a Cataluña y Galicia al considerar que «las circunstancias no son las mismas en cada sitio».

En cualquier caso, el propio Alonso ha exteriorizado públicamente su deseo de aglutinar fuerzas con el partido que dirige en el País Vasco Luis Gordillo para ser más «fuertes» de cara al 5-A. «Hay un índice de coincidencia muy alto y algunos problemas que se pueden resolver», deslizó en una reciente entrevista en TVE. Los populares vascos ya tantearon esta posibilidad en las pasadas elecciones , y según dirigentes de ambos partidos los contactos estaban muy avanzados.

La tardanza de la dirección nacional para confirmar la candidatura de Alfonso Alonso a lendakari ha ralentizado en parte los contactos a nivel autonómico, y los plazos se acaban. En el País Vasco, la fecha límite son las 00.00 horas del próximo sábado, lo que obligará a ambas partes a llevar a cabo una negociación a contrarreloj. Nadie se atreve a hacer pronósticos: fuentes de PP y Ciudadanos reconocen que de momento «no hay avances» sustanciales, aunque en modo alguno cierran la puerta a que la situación dé un giro de 108 grados en las próximas horas.

Cataluña: Solo un candidato que no sea militante permitirá un acuerdo

La situación política catalana tiene algunos aspectos diferentes y singulares a los de Galicia y País Vasco. El más determinante y que complica la negociación del centro-derecha constitucionalista es que, tanto Cs como el PP, están implantados en las instituciones autonómicas, locales y provinciales. En Galicia y el País Vasco, un partido, el PP, figura en mejores condiciones para la negociación -sobre todo en Galicia donde además gobierna-, pero en Cataluña, los dos partidos tienen representantes y, por lo tanto, distintos intereses a corto plazo.

Además, el partido con más escaños en el Parlamento de Cataluña, Cs, está sufriendo un desgaste demoscópico que, de confirmarse en las urnas, dejaría de ser la formación más votada por los catalanes. En paralelo a este descenso en las encuestas, el PP ve mejorar sus expectativas electorales. Una situación (de futuro) que añade complejidad a la negociación. Ahora mismo, sin la premura de la cita del 5-A, solo una operación a nivel nacional (Pablo Casado e Inés Arrimadas) podría hacer que la singularidad política catalana quedase en un segundo plano. Pero, aunque no hay premura sí habrá elecciones autonómicas este año, en principio, según anunció Quim Torra.

En las últimas semanas ha sonado el nombre de Nacho Martín Blanco, diputado autonómico y militante de Cs, como posible figura de consenso para liderar la hipotética lista electoral bajo la marca Cataluña Suma. Pero fuentes de la dirección del PP catalán, consultadas por ABC, no ven con buenos ojos que una coalición Cs-PP la lidere un miembro de la formación naranja. Otra cosa sería encontrar un candidato de consenso y sin militancia.

De todas formas, la última experiencia de una coalición electoral, en Cataluña, no obtuvo el éxito esperado por sus promotores. En 2015, CiU y ERC unieron sus fuerzas, junto a las entidades y personajes de relevancia secesionistas, para formar Junts pel Sí. No consiguieron la mayoría absoluta, que pretendían, y en 2017, ya separados, consiguieron más escaños e incluso más votos.

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