En EE.UU. critican la ligereza con la que se emplea el término fascista contra Vox

Los expertos consideran que es poco probable que el partido de Abascal se modere al pasar por las instituciones

El acto con el que Vox cerró la campaña electoral EP
David Alandete

David Alandete

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Según la profesora de Ciencia Política del Barnard College de la Universidad de Columbia Sheri Berman, España ha sido arrastrada por una corriente que había recorrido antes el resto de Europa: «Los días en que dos grandes partidos de centro derecha y centro izquierda se alternaban en el poder ya son cosa, desgraciadamente, del pasado en Europa, con la excepción de Reino Unido. Ahora vamos hacia un modelo de coaliciones, y lo que es más, de coaliciones en minoría que pueden lograr la investidura pero que tienen la gobernabilidad muy complicada y dependen de otros partidos para poder aprobar leyes, algo que va a resultar muy complicado».

Berman, que es autora de un reciente estudio titulado «Democracia y dictadura en Europa» (Oxford University Press), cree que en España se emplea con demasiada facilidad la palabra «fascismo» para criticar a Vox. « El término "fascismo" se refiere a un movimiento muy concreto y muy peligroso, enemigo de la democracia. Puede que Vox tenga unas características que a algunos les puedan parecer condenables, como su postura frente al régimen franquista, pero eso no quiere decir que sea adecuado acusarles de fascistas, porque los demoniza y sólo tiene la reacción de envalentonar a sus facciones más extremas. El fascismo es algo muy serio, es una palabra que no puede usarse a la ligera».

Opina la profesora Berman, una de las más reputadas expertas en el nuevo populismo, que del mismo que se pone de relieve la postura de Vox con el régimen franquista es legítimo confrontar a Podemos por su apoyo a los regímenes bolivarianos. «Es perfectamente legítimo llamar la atención sobre los miembros de Podemos que no admiten que tanto Hugo Chávez como Nicolás Maduro no han sido precisamente demócratas. Que esos dirigentes tomaran medidas contra la pobreza, como suelen decir los miembros de Podemos, no les exime de haber creado un régimen con posturas claramente antidemocráticas. Por lo tanto es lícito poner en evidencia que Podemos ha expresado simpatía también por esos dictadores», dice.

Algo que une a Podemos y Vox es su crítica a los medios de comunicación. La profesora Berman opina que se trata de un patrón común en las nuevas fuerzas populistas. «Es una postura del populismo contraria a las instituciones, al ‹establishment›, incluida la prensa, a la que acusan de haber quedado controlada por las élites. Esto es algo muy peligroso, porque deslegitimar al ‹establishment› suele tener unos efectos muy problemáticos para la democracia. De todos modos, en este momento, si Podemos va a entrar en el gobierno, como parece que va a hacer, va a tener que cambiar esa actitud y tratar a la prensa de forma diferente».

Cas Mudde, uno de los mayores expertos en el auge de la extrema derecha y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgia, opina que Podemos y Vox nacen de una creciente insatisfacción de la ciudadanía con los partidos convencionales, pero con pocas similitudes aparte de eso. «Podemos está claramente vinculado a problemas socioeconómicos y a la Gran Recesión, mientras que Vox está relacionado con problemas socioculturales, en particular el movimiento independentista catalán», asegura Mudde, autor del libro «La extrema derecha hoy» (Polity).

«Como partido populista , Podemos comenzó la tarea de romper un sistema de partidos cada vez más impopular pero bastante estable, y a centrar la atención en la austeridad, la generación perdida de jóvenes y el consenso neoliberal entre el PP y el PSOE. Ahora que podría ingresar en el gobierno, Podemos se ha alejado más del populismo y se ha acercado al comunismo, en parte debido a su lista electoral única con IU. Enfatizará principalmente temas clásicos de la izquierda socioeconómica».

Lo que Mudde no cree es que Vox cambie ni en el parlamento, ahora que tiene 52 escaños, ni en el gobierno, si llega a él: «Según la experiencia de otros partidos de derecha radical en Europa, es poco probable que Vox se modere tras su ingreso en el parlamento, o incluso si llega al gobierno. Los partidos radicales de derecha rara vez se moderan. Por el contrario, los partidos convencionales se radicalizan, tratando de recuperar votantes, lo que obliga a los partidos de derecha radical a radicalizarse un poco también, solo para poder destacarse del resto».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación