Ciudadanos subraya que el cese de Alfonso Alonso no afecta al acuerdo de coalición
La crisis de los barones refuerza a Inés Arrimadas frente a sus críticos

La semana pasada, el conato de rebelión de Alfonso Alonso no generó la más mínima preocupación en Ciudadanos (Cs). El secretario general del PP , Teodoro García Egea , y la mano derecha de Inés Arrimadas en el Congreso, José María Espejo-Saavedra , habían negociado con la máxima discreción el acuerdo de coalición en el País Vasco . El golpe encima de la mesa del barón popular, que vía Twitter tachó de «inasumibles» las concesiones a los liberales , ni les inmutó. La confianza entre las direcciones nacionales del PP y Cs es absoluta, y no hubo ni atisbo de duda: Génova cumpliría con su parte y se aseguraría del respeto íntegro de lo pactado entre los dos partidos.
Ayer, en la misma línea, las fuentes de Cs consultadas por ABC remitieron al PP tras anunciar Alonso, de nuevo a través de Twitter, que Pablo Casado le había comunicado que no será el candidato de la coalición. El partido no ha querido inmiscuirse en un tema que únicamente atañe a su socio de coalición, pero sí se remarca que la destitución de Alonso no cambia nada. Blanden como argumento el contenido del propio acuerdo suscrito con los populares, que en ningún momento especifica que Alonso iba a ser el líder de la alianza PP+Cs .
«El acuerdo establece que el cabeza de lista electoral de PP+Cs será designado por el Partido Popular y garantizará dos puestos de salida para Cs, tal y como ambas formaciones acordaron el día de ayer». Eso rezaba el comunicado conjunto emitido el viernes por ambas formaciones, y a eso se ciñen en Cs. El contenido del pacto revelaba ya la desconfianza latente hacia Alonso. En Génova le instaron a decidir si aceptaba lo acordado con Cs o si daba un paso a un lado, pero la voluntad del barón vasco de mantener el pulso con la dirección nacional desde el liderazgo de la coalición llevó a Casado a mover ficha.
PP y Cs ya pactaron que el candidato sería el «designado» por los populares
Cs ahora tratará de rentabilizar todo lo posible esos dos puestos de salida y hacerse, como anunció Espejo el jueves, con el número dos de Álava y el número dos de Vizcaya . Fue esa posición de máximos, como señalan en el PP, la que hizo estallar a Alonso hasta el punto de intentar dinamitar el pacto de coalición cerrado por Egea.
Las baronías
La negociación, emprendida por Cs como un acuerdo global a tres bandas en Galicia , el País Vasco y Cataluña , se ha saldado por el momento con la región vasca como único punto de entendimiento. Cs ha detenido las conversaciones en Cataluña, después de que otro barón del PP, Alberto Núñez Feijóo –esta vez con el aval de Génova–, cerrase cualquier resquicio a una posible coalición en Galicia.
Todo el proceso se observa también desde un prisma interno en Cs, inmerso en pleno periodo precongresual. La V Asamblea General de los días 14 y 15 de marzo, para bien y para mal, lo contamina todo. Y donde el sector crítico ve un error, las coaliciones con el PP , la gestora de Cs aprecia un acierto en el actual modelo de partido.
De fondo subyace el debate que encarniza la sucesión de Albert Rivera : si se mantiene el modelo de partido que caracterizó los trece años de mandato del único presidente de Cs hasta la fecha, o si se vira hacia una estructura más tradicional similar a la del PP y el PSOE . Rivera siempre defendió una formación con un discurso único en toda España, centralizado por el Comité Ejecutivo. Coinciden con él la gestora y Arrimadas, de momento única candidata a tomar su relevo.
El sector crítico, encabezado por Francisco Igea , es partidario de crear un sistema de contrapesos y de que los afiliados escojan directamente a sus comités autonómicos para que la ejecutiva nacional no ejerza un poder omnímodo. En la práctica esto constituye crear un partido con baronías, y después del «escollo» gallego y de la indisciplina de Alonso, en la gestora de Cs entienden que los hechos les dan la razón. Serán los afiliados, de aquí al 15 de marzo, quienes diriman.
Noticias relacionadas