El BCE quiere dar masticadas las fusiones bancarias

Rebaja las expectativas sobre requisitos de capital y se ofrece como acompañante en las operaciones de adquisición y fusión

Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE REUTERS

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El regulador bancario europeo quiere facilitar las adquisiciones y fusiones de instituciones financieras. En la guía presentada hoy por Andrea Enria , a cargo de la supervisión bancaria del BCE, rebaja las expectativas sobre los requisitos de capital (Pilar 2) y prácticamente anima a las operaciones con criterio de sostenibilidad. Lo que Mario Draghi no consiguió a base de recomendaciones, Christine Lagarde , actual presidenta del BCE, parece dispuesta a lograrlo a base de facilidades. «Esta guía llega para ayudar al BCE a hacerse entender, para hacer la función supervisora más predecible y para evitar errores de juicio», ha dicho Enria, que prevé a partir de ahora «expectativas más prudentes que beneficien a todos».

El BCE explica en este documento a las entidades qué espera de ellas en proyectos de fusiones o adquisiciones. Su vicepresidente, Luis de Guindos , ha sido el último cargo de Frankfurt en animar al recorte de costes y a operaciones de fusión, como una de las herramientas para responder a situaciones derivadas de la crisis sanitaria. Esta guía muestra el camino y abunda en la percepción del sistema bancario europeo como una realidad astillada, además de criticar que los bancos europeos vayan por detrás de sus competidores en EE.UU., tanto en términos de valor de mercado como de beneficios. El sistema bancario español es uno de los que más presión recibe en este sentido, dado que en nuestro país se percibe un «tempo» especialmente relajado en las operaciones y un número de entidades excesivo para el tamaño del mercado.

La guía, elaborada tras un proceso de consulta que concluyó el 1 de octubre, ofrece pautas generales, como la utilización del «badwill», la diferencia entre el valor en los libros y el precio que paga el que adquiere la entidad, como parte del capital final combinado, en lugar de repartir dividendos antes de que todos los elementos de la fusión hayan llegado a ser viables. Pero igualmente reconoce que no hay dos fusiones iguales y admite que no habrá supervisión de «talla única», e insiste en que examinará y apoyará cada una de las operaciones de forma individual, «caso por caso».

El análisis de cada operación estará basado, por otra parte, en la proporcionalidad respecto a los principios básicos expuestos en esta guía y utilizará las herramientas de supervisión «para facilitar proyectos de consolidación sostenibles» y basados en un proyecto «creíble» de actividad que respete los estándares de gobernanza y gestión de riesgos. Los requisitos de capital del Pilar 2 (P2R) y Orientación del Pilar 2 (P2G) «serán establecidos en principio de acuerdo al promedio ponderado de los niveles aplicables a las dos entidades antes de la consolidación», dice el documento, y serán ajustables después en función de la evaluación de cada caso, teniendo en cuenta factores como la sostenibilidad del modelo de negocio o su perfil de riesgo.

Pero todo este proceso no tendrán que hacerlo los bancos a ciegas. Apenas comuniquen su intención de adquisición o fusión recibirán indicaciones concretas de los niveles de capital a mantener en el negocio combinado, de manera que contarán con objetivos previos muy marcados. La intención del BCE es que los bancos confíen en el supervisor y le habiliten a involucrarse en la operación como acompañante de garantías. «Esto permitiría al BCE aportar una retroalimentación preliminar sobre cada proyecto», dice la guía.

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