El BCE estudiará banco por banco si pueden pagar dividendos

El organismo levanta el veto a los dividendos de los bancos con el límite del 15% del beneficio, aunque pide a los bancos europeos que no repartan dividendos a sus accionistas al menos hasta el 30 de septiembre de 2021

Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE REUTERS

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Christine Lagarde -al paraguas de su Consejo de Supervisión, presidido por Andrea Enria- abre un poco la mano, pero con muchas condiciones y adelantando que dará el permiso tras supervisar el proyecto de dividendos de cada una de las entidades. Solo por debajo del 15% de los beneficios acumulados y solo si no superan el ratio de capital de máxima calidad sobre los activos ponderados por riesgo en 20 puntos básicos. Estos son los dividendos que el Banco Central Europeo (BCE ) permitirá pagar a los bancos, para dar un paso hacia la normalidad de la economía que, sin embargo, dista mucho de una situación solvente. Si los bancos disponen de margen para pagar dividendos es solamente gracias a los gigantescos programas de compra de deuda corporativa y de las líneas de crédito blando que el BCE pone a disposición de los bancos.

Por decoro, Christine Lagarde había prohibido el pago de dividendos y cede ahora a las presiones. Aún así el BCE pide a los bancos europeos que no repartan dividendos a sus accionistas al menos hasta el 30 de septiembre de 2021, alegando la incertidumbre sobre el impacto económico de la pandemia. Si los bancos europeos guardarán o no el decoro, es otra cuestión. Ellos también están presionados por la competencia de las firmas internacionales, no sujetas a la prohibición.

«Los bancos que tengan la intención de pagar dividendos o recomprar acciones deben ser rentables y contar con trayectorias de capital robustas», dice el comunicado del BCE, y añade que deberán contactar con el equipo supervisor de Frankfurt para justificar que cumplen las condiciones y discutir si los dividendos que quieren repartir son prudentes.

Varios bancos españoles están seguros de superar ese paso de supervisión. Santander y el BBVA , por ejemplo, insisten en que cuentan con un colchón de capital suficiente para premiar al accionista por medio de dividendos o recompras de acciones sin que eso suponga quedar expuestos al peligro de insolvencia una vez sean retirados los estímulos públicos y aumenten las quiebras de empresas no rentables. Para que Lagarde diese su brazo a torcer, los bancos habían amenazado con reducir el flujo de crédito si no se les permitía pagar dividendos a sus inversores, lo que les perjudica abiertamente en su cotización en bolsa.

En 2019 la banca española repartió algo más de 8.000 millones de euros en dividendos, pese a los recortes que algunas entidades realizaron al estallar la crisis sanitaria. El Santander canceló un dividendo a cuenta de 2019 y CaixaBank redujo a la mitad el dividendo que iba a entregar sobre los beneficios de 2019. Bankia también anuló un dividendo extraordinario de 2.500 millones con el que quería retribuir a sus accionistas, sobre todo el Estado que controla el 62% de las acciones, tras conseguir un alto exceso de capital.

El permiso parcial que otorga ahora el BCE no dará lugar a un nivel semejante al de los dividendos del año pasado y no todos los bancos estarán en condiciones de pagarlos, por lo que algunos corren el peligro de quedar estigmatizados frente a los que sí consiguieron el visto bueno de los supervisores. Porque en el sector este veto ha sido criticado en multitud de ocasiones y lo han culpado de lastrar las cotizaciones bursátiles, algo que podría agravarse para los que no puedan remunerar a sus accionistas .

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