Un BCE en punto muerto en la reunión de enero
Los mercados, por tanto, no esperan que Lagarde actúe a pesar de esta crítica situación, más allá de extender el PEPP hasta 2022 y recargarlo con 500.000 millones de euros
![La presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una imagen de archivo](https://s3.abcstatics.com/media/economia/2021/01/21/lagarde-previa-bce-kRB--1248x698@abc.jpg)
Siguiendo la hoja de ruta del BCE, el Consejo de Gobierno no tomará este jueves decisión alguna . La reunión se centrará más bien en el análisis de los resultados de las decisiones ya tomadas, sus efectos colaterales y posibles ajustes futuros. «El Consejo de Gobierno del BCE se reúne el jueves y no esperamos ningún cambio en la configuración de la política monetaria. El BCE está en hibernación, con el piloto automático. La autoridad monetaria evaluará cómo se desarrollan las condiciones macroeconómicas en los próximos meses y responderá a cualquier endurecimiento material de las condiciones de financiación con el programa de compras de emergencia para pandemias (PEPP), en línea con su marco de control laxo de la curva de rendimiento (LYCC)», dice Konstantin Veit , Portfolio Manager European Rates. Pero desde la última reunión del consejo hasta hoy se ha producido un cambio considerable en la situación económica europea. Hemos pasado de ver la luz al final del túnel de la segunda ola a sumergirnos en la doble recesión con que amenaza la tercera.
Por eso cada palabra de Christine Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo será cuidadosamente medida y sopesada en busca de reacción . Se espera que el BCE siga utilizando la flexibilidad incorporada en el PEPP para controlar la curva de tipos, con el fin de preservar las condiciones de préstamo fáciles para todas las jurisdicciones de la zona del euro durante la duración de la pandemia. La toma de posesión de Joe Biden ha supuesto sin duda la eliminación de uno de los puntos de incertidumbre que se cernían sobre la economía global, la senda de continuidad que ha tomado en Alemania la CDU de Merkel infunde también confianza y las vacunas han comenzado a distribuirse. Ya solo queda la recesión. Pero en las actas de la última reunión del consejo se dejan entrever posturas incómodas con los eternos tipos cero , cierto escepticismo con la estrategia de la deflactación de la deuda, y este jueves se tomará el pulso al nivel de consenso en el consejo. Mientras unos se preguntan hasta dónde está dispuesto a llegar el BCE con la respiración asistida a los gobiernos del euro, otros son conscientes de que no hay vuelta atrás y no creen que quede demasiado margen de maniobra. A Lagarde solo le queda el derecho al pataleo y recordar la importancia de las políticas fiscales.
«A medio plazo, el BCE probablemente espera que la primera mitad del año no requiera decisiones importantes de política monetaria y que las condiciones permitan un enfoque intenso en la revisión de la estrategia en curso. Una vez que se hayan neutralizado suficientemente los efectos relacionados con la pandemia en la senda de la inflación mediante medidas de política temporales como el PEPP y las agresivas TLTRO, creemos que volverán a cobrar importancia los instrumentos de compra de activos más habituales para afinar la postura de la política monetaria posterior a la pandemia a partir de 2022, mientras que los recortes de los tipos de interés quedarán en un segundo plano. El BCE tendrá que seguir siendo muy complaciente en los próximos años y, en todo caso, las conclusiones de su revisión estratégica probablemente se inclinen hacia la política acomodaticia por más tiempo», prevé Veit. «La estrategia para el 2021 se configuró el mes pasado. La verdadera prueba de fuego llegará más tarde, una vez que la economía se haya estado normalizando durante varios meses, cuando el BCE tendrá que decidir cómo amortiguar el impacto en el mercado de la eliminación del PEPP», aporta por su parte el economista jefe de la gestora de fondos Axa Investment Managers, Gilles Moëc.
Los mercados, por tanto, no esperan que Lagarde actúe a pesar de esta crítica situación, más allá de extender el PEPP hasta 2022 y recargarlo con 500.000 millones de euros. Pero sí esperan escuchar lo que el BCE podría hacer si las condiciones económicas siguen deteriorándose y repelen cualquier alusión a la eventual retirada de las ayudas . Solo cuando se hayan neutralizado suficientemente los efectos relacionados con la pandemia en la senda de la inflación mediante medidas de política temporales como el PEPP y las agresivas TLTRO, «creemos que volverán a cobrar importancia los instrumentos de compra de activos más habituales para afinar la postura de la política monetaria posterior a la pandemia a partir de 2022, mientras que los recortes de los tipos de interés quedarán en un segundo plano», calcula Frank Dixmier , director de Inversiones global de renta fija de Allianz Investors, lo que aparentemente deja al BCE en punto muerto durante un semestre. Dixmier cuenta incluso con que las conclusiones de su revisión estratégica probablemente se inclinen hacia la política acomodaticia por más tiempo.
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