Ahora viene lo difícil
El retraso de la edad de jubilación no es que sea razonable, es que es imprescindible. Y eso que él dijo que la nueva frontera de los 67 años tan solo podría enderezar la mitad del déficit actual
El ministro Escrivá tenía las ideas claras desde mucho antes de asumir las responsabilidades de la Seguridad Social . Básicamente, su planteamiento de que el sistema era perfectamente sostenible se apoyaba sobre cuatro premisas. Una consistía en actualizar las pensiones con referencia a la subida de los precios . La segunda, retrasar la edad de jubilación hasta, por lo menos, los 67 años. La tercera, utilizar la totalidad de la vida laboral como base del cálculo de las prestaciones y, por último, recolocar las pensiones no contributivas en los presupuestos generales.
La primera idea era la más sencilla de implementar, pues todo consistía en manejar con celeridad el BOE , ese amasijo indoloro de papel que nunca protesta, por más que se le atropelle. Así que no fue ninguna sorpresa que el Gobierno empezase la reforma por lo más sencillo, a pesar de agravar el problema de su sostenibilidad, al aumentar los gastos sin inducir ni un solo euro nuevo de ingresos.
El primer consejo lo aprobó, pero el ímpetu propio de la juventud se desvaneció pronto. La UE tiró de las orejas al Gobierno por su inacción y forzó la aparición ayer del ministro. Se reafirma de manera rotunda en su pensamiento, pero ya verán cómo la próxima decisión será la de trasladar a los presupuestos generales del agujero de la SS. También esto es muy razonable, además de indoloro para la ciudadanía, pero no cura la enfermedad porque todo se resume en mover el agujero de sitio, no en reducirlo. Puros apuntes contables.
Por lo tanto, quedarán para el final las dos medidas más difíciles e impopulares. El retraso de la edad de jubilación no es que sea razonable, es que es imprescindible. Y eso que él dijo que la nueva frontera de los 67 años tan solo podría enderezar la mitad del déficit actual. Para colmarlo será necesaria una mayor audacia y llevarlo hasta los 70. Está decisión sí sana -más años cotizando y menos cobrando-, pero escuece . Desde luego no gustará al respetable afectado. Como tampoco lo hará la extensión de los años de computo para determinar la pensión de cada uno. Así que ¡ánimo ministro! Somos conscientes de sabe como arreglar el desaguisado, así que demuéstrenos que va a hacerlo... y que tiene el poder necesario.
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