Adele Bloch-Bauer no pudo imaginarse las vueltas que daría el retrato que Gustav Klimt le pintó en 1907 por encargo de su esposo, un empresario judío. El lienzo fue requisado por los nazis, estuvo colgado en un museo de Viena durante 60 años, fue reclamado por sus descendientes, que viven en Estados Unidos, ganaron un pleito histórico y ayer se conoció que lo acaban de vender por 135 millones, 114 millones de euros, o cerca de 19.000 millones de pesetas. Es el cuadro más caro de la historia, ya que con esa cifra desbanca al Chico con pipa de Picasso, que se vendió en 2004 por 88 millones de euros.