La nueva 'Mona Lisa'
cuadro más caro de la historia al venderse por 114 millones de euros
Actualizado: GuardarAdele Bloch-Bauer no pudo imaginarse las vueltas que daría el retrato que Gustav Klimt le pintó en 1907 por encargo de su esposo, un empresario judío. El lienzo fue requisado por los nazis, estuvo colgado en un museo de Viena durante 60 años, fue reclamado por sus descendientes, que viven en Estados Unidos, ganaron un pleito histórico y ayer se conoció que lo acaban de vender por 135 millones, 114 millones de euros, o cerca de 19.000 millones de pesetas. Es el cuadro más caro de la historia, ya que con esa cifra desbanca al Chico con pipa de Picasso, que se vendió en 2004 por 88 millones de euros.
El comprador del lienzo, Ronald S. Lauder, lo llamó ayer «nuestra Mona Lisa». Magnate de los cosméticos y uno de los más tenaces coleccionistas del mundo, Lauder sabe que detrás de ese cuadro hay tanto misterio como en el de Leonardo. Para empezar, algunos historiadores han puesto de relieve el gesto esquivo de la mujer en el cuadro, y han sugerido que era la amante del pintor.
Pero no todo termina en esa anécdota, pues el destino de la obra condensa el sufrimiento de cientos miles de personas en la primera mitad del siglo XX. La mujer del cuadro murió de meningitis en 1925, a los 43 años. Su marido, que se había hecho rico refinando azúcar, huyó de su país, Austria, cuando entraron los nazis en 1938, y murió en Suiza en 1945. Lo que vio durante la Segunda Guerra hizo que cambiara el testamento, según el cual las obras de arte de Klimt, cinco en total, hubieran sido donadas al Estado austríaco. En vez de este deseo de su mujer, decidió que sus posesiones, por muy requisadas que estuvieran, eran legítima propiedad de su familia.
Una de sus sobrinas, Maria Altmann, se instaló con su marido en Los Ángeles en 1942. A sus 90 años, ella ha sido la que más ha trabajado para que todas las posesiones robadas por los nazis a su familia -pinturas, porcelanas, palacios y la empresa azucarera- les fueran devueltas. En 2000 denunció al Estado austriaco y, tras una batalla legal que marca un poderoso precedente, consiguió que le devolvieran lo que era suyo.
Según contaba Maria Altmann, Ronald. S. Lauer le ha estado apoyando en todo el proceso. El multimillonario fundó hace cinco años la Neue Galllerie en la Quinta Avenida de Nueva York, dedicada al arte alemán y austriaco, y ella le parece el sitio perfecto para que se exponga el cuadro. Las otras cuatro obras de Klimt que poseen también saldrán a la venta. Pero juntas sólo valen 100 millones de dólares.