El apasionante Gran Premio de San Marino deparó una lucha espectacular entre dos campeones del mundo, Michael Schumacher, en siete ocasiones, y Fernando Alonso, una vez. Con la victoria del alemán y el segundo puesto para el español, con Juan Pablo Montoya en tercer lugar, el Mundial se va aclarando en lo que será la lucha hasta el final. Michael dependerá del rendimiento de sus neumáticos Bridgestone, que aquí rodaron perfectamente, McLaren ha de esperar a sus evoluciones de motor y chasis, que parece van a llegar enseguida, y Alonso como siempre, en el podio, constante y sin fallos, se convierte en el más sólido candidato al título.