MAJESTUSOSO. El paso del Cristo de la Misericordia se dirige por el Campo del Sur hacia la Catedral seguido por la banda portuense Santísimo Cristo del Amor. / GONZALO HÖHR
LUNES SANTO || LA PALMA

La Viña corona a Las Penas abrigada por el Campo del Sur

La archicofradía de La Palma congrega a numerosos cofrades en la salida por su barrio en una tarde donde la meteorología, afortunadamente, no falló

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Desde las cuatro menos cuarto de la tarde, las campanas de la iglesia de La Palma redoblaban para anunciar la salida del Cristo de la Misericordia. En la calle, desde la plaza de la Cruz Verde hasta La Caleta, los vecinos del barrio aligeraban el paso para ver a su Madre cerca.

En el interior del templo viñero, los hermanos, cargadores -como el cantante Andy de Andy & Lucas y Miguel Nández- el director espiritual y el pregonero de la Virgen de Las Penas, el padre Marco Antonio Huelga, preparaban su salida procesional para hacer estación de penitencia en la Catedral.

Además, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, los concejales Francisco Carnota, Evelio Ingunza, José Loaíza, Ignacio Romaní, Juan Antonio Guerrero y Carmen Obregón -que acompañó a la Virgen de Las Penas en su caminar por las calles de Cádiz- no faltaron a esta cita obligada del Lunes Santo.

A las cuatro menos cinco la incertidumbre crecía entre la junta de gobierno de la cofradía: la banda de cornetas y tambores del Santísimo Cristo del Amor, de El Puerto de Santa María, estaba atrapada en el puente José León Carranza como consecuencia de un accidente de tráfico. Inmediatamente, el hermano mayor de la cofradía, Francisco Javier Lucero, comunicó a la alcaldesa el imprevisto. Amablemente, el Ayuntamiento dispuso para la cofradía una patrulla de la Policía Local para que abriesen paso al tráfico a la banda de El Puerto de Santa María y estuviese puntual a su cita con la hermandad.

Y a las cuatro de la tarde, las puertas de La Palma se abrieron a su barrio. Tras una maniobra brusca, donde el paso de misterio cedió al lado derecho, la imagen del Cristo de la Misericordia comenzó su andadura por las calles del barrio arropado por el calor de sus vecinos y devotos.

Minutos después, la cuadrilla de la Virgen, compuesta por 108 personas, preparaba el paso para su salida a la calle. Después de una complicada maniobra, donde los respiraderos rozaban el suelo, el paso estaba dispuesto para iniciar su camino hacia el primer templo de la ciudad.

El pregonero de la Virgen de La Palma, Marco Antonio Huelga, junto al directo espiritual de la cofradía, Rafael Fernández Aguilar, escucharon atentos las palabras que el capataz Ramón Velázquez transmitía a sus cargadores a través de los respiraderos: «vamos a llevar bien, que es la Madre de los viñeros!». Tras ese grito de ánimo, Velázquez dio con su martillo en el frontal del paso de palio e inició así su andadura.

Salida en el 2007



El hermano mayor de La Palma, Francisco Javier Lucero, comentó que este era un año especial, «porque el día 23 comenzamos el traslado a la iglesia de Santa Catalina y el día 8 de mayo comienzan las obras del templo», señaló. Una actuación de rehabilitación de la iglesia no se alargará más de ocho meses, según apuntó Lucero, quien adelantó que «si las obras cumplen el plazo previsto, para la Semana Santa del próximo año podremos hacer la salida procesional desde la iglesia de La Palma. Por entonces no habrá finalizado la actuación, pero sí se habrá rehabilitado la cúpula y la parte superior del templo, que es la parte más dañada. En cuanto arreglemos el exterior e interior del techo, nuestro problema estará solucionado».

De especial belleza fue el paso de la hermandad por el Campo del Sur. El sol de la tarde que se reflejaba en las aguas de la Bahía de Cádiz proporcionaba una luz especial a la imagen del Cristo de la Misericordia y María Santísima de Las Penas.

Cientos de personas se ubicaron a lo largo del Campo del Sur para ver por primera vez el paso de la hermandad por la parte exterior de la ciudad, mirando al mar. Una estampa única y extraordinaria digna de que vuelva a repetirse en próximas Semanas Santas. Como única era la maestría de ambos pasos por las calles de la ciudad, con su impronta viñera.