La cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe se conjura para que los crímenes contra la humanidad no queden impunes
Zapatero se muestra convencido de que la capacidad de crecimiento económico y de impulsar políticas sociales "está en la apertura, en la liberalización y no en las fronteras"
MADRID Actualizado: GuardarCon asistencia de dirigentes de sesenta países de Europa y de América Latina y el Caribe se ha celebrado en Madrid la VI Cumbre UE-ALC, con un mensaje de unidad para afrontar una recuperación económica global con el multilateralismo como bandera. Una cita en la que han sellado su alianza para afrontar de forma conjunta retos como la crisis económica y el cambio climático, y profundizar en una relación que aún consideran que tiene un enorme potencial.
El presidente del Gobierno español, Jose Luis Rodríguez Zapatero, que ejercía como anfitrión ya que es el presidente de turno de la UE, ha subrayado en el acto inaugural que América Latina y Caribe y la Unión Europea son "socios en la agenda global", lo que exige concertación política en el ámbito internacional a través de una asociación estratégica y ha mostrado su convencimiento de que la capacidad de crecimiento económico y de impulsar políticas sociales "está en la apertura, en la liberalización y no en las fronteras". Zapatero ha ratificado el compromiso europeo y español con un continente joven que crece económicamente, camina hacia el desarrollo y debe, ha dicho, incrementar sus esfuerzos para superar las desigualdades.
Por su parte, el presidente de Perú, Alan García, ha reclamado "alzar una nueva voz en el mundo", que a través de la cooperación biregional "reordene positivamente la multipolaridad que hay ahora en el planeta". "Nos une algo más que un negocio comercial", ha dicho García, quien ha abogado porque ambas regiones descubran juntos los nuevos mundos de la justicia, la igualdad y la solidaridad, ha afirmado. García ha señalado que la Cumbre de Madrid lanza un "mensaje de democracia", con el criterio de "prensa libre, partidos políticos libres y de elecciones libres en nuestros pueblos".
Mientras, la presidenta argentina, Cristina Fernández, ha hecho una defensa de la reconstrucción del multilateralismo "que tanto necesitamos en el orden político y económico mundial", al tiempo que ha abogado por evitar el proteccionismo "en todas sus formas". También ha hecho un llamamiento a evitar "sanciones y conductas discriminatorias" contra la emigración, a pesar de la crisis internacional, y de una "economía realista" basada en el bienestar de los pueblos. "Todos tenemos que entender la necesidad de redefinir conceptos, comportamientos y conductas" en el orden global, porque "es hora de cambiar y todos tenemos esa responsabilidad". Los países con más responsabilidad en los organismos multilaterales son los que más responsabilidad tienen, ha subrayado la gobernante argentina. Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, también ha hablado de la importancia de un partenariado estratégico de la UE con América Latina y Caribe, que reúnen a más de mil millones de habitantes y son la cuarta parte de los estados que forman el sistema internacional.
Intensa jornada de reuniones
Minutos antes de que comenzara la inauguración que ha dado paso a las sesiones plenarias, Zapatero ha saludado a todos los asistentes al encuentro. Una de las primeras en llegar ha sido la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y ha habido un abrazo especialmente efusivo entre Zapatero y Néstor Kirchner, quien ha llegado poco después que su esposa y que ha participado en la cumbre en su condición de presidente de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur).
Los líderes reunidos en Madrid han afrontado una maratoniana jornada repleta de sesiones, encuentros bilaterales y almuerzos de trabajos. La intensa actividad diplomática se ha reflejado en los encuentros anunciados, como el del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, centrados en el contencioso internacional por el programa nuclear de Irán. Se ha celebrado un almuerzo de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno y otro paralelo de los ministros de Asuntos Exteriores, además ha habido una tercera comida encabezada por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, con presidentes de países candidatos a adherirse a la UE y con los representantes de una veintena de organismos internacionales invitados a la Cumbre, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y la Organización de Estados Americanos.
La cita ha llegado después de la Cumbre UE-México celebrada en Cantabria el pasado domingo y otras tres que se desarrollaron ayer en Madrid: UE-Chile, UE-CARIFORUM (los países del Caribe) y UE-Mercosur. En esta última se pactó el reinicio de las negociaciones entre ambas partes para llegar a un acuerdo de asociación, un objetivo acogido con reticencias por parte de una decena de países europeos encabezados por Francia. Mañana se cerrará la serie de reuniones entre representantes de la UE y de países latinoamericanos con sendas cumbres con Centroamérica y los países andinos.
En la Cumbre UE-ALC ya clausurada, los estados se ha comprometido a combatir en todos y cada uno de los países de estas regiones la impunidad de los delitos y, en concreto, los incluidos en el Estatuto de la Corte Penal Internacional, como los crímenes contra la humanidad. La declaración final de la cumbre, suscrita por todos los líderes europeos, latinoamericanos y caribeños, sale a la luz coincidiendo con el debate existente en España en torno a la impunidad de los crímenes del franquismo y la actuación del juez Baltasar Garzón que ha provocado su suspensión como magistrado de la Audiencia Nacional.
El documento hace también una apuesta destacada en favor de la igualdad entre hombres y mujeres y la condena de la violencia de genero, dos cuestiones que son prioritarias para la presidencia semestral española de la UE. Además, la cumbre UE-ALC defiende trabajar en común para combatir la crisis económica y para hacer frente al cambio climático, además de abogar por el multilateralismo, la reforma de la ONU, el respeto de los derechos humanos, la moratoria en la pena de muerte y el desarme nuclear.