Psicología
¿Somos nosotros los que creamos nuestros propios monstruos?
Debemos preguntarnos el porqué de nuestros temores, no el quién
Monstruos S.A. es una de las películas más famosas de Píxar. Parte de la peli tiene lugar en Monstruópolis, una pequeña ciudad poblada por monstruos cuya principal fuente de energía proviene de los gritos de los niños. Su mayor proveedor de energía es Monstruos S.A., la fábrica que enseña a los monstruos a asustar a los niños.
En la vida real hay disparidad de opiniones sobre si «monstruo se nace o monstruo se hace» . Curiosamente esas opiniones están muy relacionadas con las preguntas que nos hacemos ante un acto que consideramos malo, que básicamente pueden ser dos: ¿Quién es el responsable? o ¿Qué es lo responsable?
Si la pregunta empieza por «quién», poco podemos hacer, pero si nos preguntamos qué… ahí hay muchas respuestas…
Y una de esas respuestas son las películas que vemos. Y es que aunque veamos las películas solo como una forma de entretenimiento, la realidad es que también son una fuente de información. Cuando vemos una peli, de alguna manera también n os vemos a nosotros en ella y aprendemos a través de esta , de lo que nos gusta y de lo que no. Pero desafortunadamente la mayoría de pelis que vemos basan su argumento en combatir malos, no miedos... Y así nos va, que nos pasamos la vida buscando culpables y no remedios.
¿Puede ser que seamos nosotros los que creamos nuestros propios monstruos?
La búsqueda de un enemigo
Y es que cuando algo se rompe, tendemos a buscar un enemigo. Y eso no tendría ningún inconveniente, si no fuera que todo enemigo necesita una víctima y esa víctima al final acabamos siendo nosotros mismos… Al buscar enemigos en nuestras historias nos convertimos en nuestras propias víctimas.
Además si la culpa es del otro, yo estoy a su merced y no le puedo cambiar… ¿Y si en lugar de crear monstruos nos dedicamos a encontrar héroes? El truco es muy sencillo. Ante algo que ha pasado en vez de buscar la culpabilidad en el otro, podemos tratar de encontrar lo que hay de responsabilidad en nosotros , ya no le damos el poder a nadie, nos lo quedamos para nosotros, y podemos aprender y tener más referencias ante una situación así… Y si no podemos evitar una situación parecida, al menos nos enfrentaremos a ella con más recursos.
Quizá por eso, uno de mis superhéroes favoritos es Batman. Aunque de alguna manera le sobra lo de super, ya que no nació con una genética especial, sí lo hizo con un don particular: el de enfrentarse a sus miedos. Y es que Batman decide llamarse así porque de pequeño cayó en un pozo seco lleno de murciélagos que le atacan, así que, como símbolo de que no hay nada que dé más poder que enfrentarse a los propios miedos, decidió utilizar como nombre a lo que más temía.
Cada uno elige el final de su cuento, yo me quedo con el de un niño que viendo Caperucita Roja en un teatro se levantó, dio un abrazo al lobo y le dijo que ya no podía ser malo porque él le quería. Fin. Porque lo contrario del miedo es el amor, siempre. Amar es de valientes.
La autora
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Diana Orero, especialista en identidad y estrategia narrativa, es autora de «Todo cuenta. Descubre cómo contar(te) historias mejores». Además es profesora y directora de Stellium.es.
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