Desarrollo personal
Cambia el cuento que te cuentas sobre tu vida y tu vida cambiará
Diana Orero explica en «Todo cuenta» que la forma en que nos relatamos afecta a cómo pensamos y a cómo nos sentimos
![La historia que contamos sobre nosotros mismos influye en cómo nos sentimos](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2020/01/08/historias-cuentan-3-kR2E--1248x698@abc.jpg)
«No es lo mismo contar una historia desde la herida que desde la cicatriz». Este mensaje cargado de esperanza es de Catherin Burns, experta en «storytelling» y es una de las numerosas citas que la especialista en identidad narrativa, creatividad y comunicación Diana Orero comparte en su libro «Todo cuenta. Descubre cómo contar(te) historias mejores» (Ed. Létrame). Su obra, a medio camino entre la novela y el libro de desarrollo personal, es el resultado de una investigación sobre cómo afecta a los pensamientos y los sentimientos la forma en que nos contamos lo que nos sucede.
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La autora explica además que cuantas más veces nos relatemos nuestra historia poniendo atención a diferentes detalles o contándola desde perspectivas nuevas y encontrando algo valioso a lo que pasó, más posibilidades tenemos de que esa historia que nos contamos «nos cure». La explicación está en lo que, según recuerda Orero, decía el superviviente del Holocausto Elie Wiesel, que dedicó toda su vida a hablar de forma esperanzada sobre los horrores que vivió: «Las personas se convierten en los relatos que escuchan y en los relatos que cuentan». ¿Y por qué esta frase puede llegar a explicar el poder curativo de las historias? Pues porque, como argumenta Diana Orero en su libro, «siempre podemos intentar contarnos una historia mejor y siempre hay una manera mejor de decir las cosas porque es ahí donde nos jugamos gran parte de nuestra felicidad y de nuestra capacidad de hacer felices a las personas que nos rodean».
![Cambia el cuento que te cuentas sobre tu vida y tu vida cambiará](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2020/01/08/historias-cuentan-1-kR2E--510x349@abc.jpg)
Así cuenta su historia
La historia personal que Diana Orero se cuenta (y cuenta) sobre su madre (se quedó huérfana a los 14 años) es que «todos tienen a su madre en casa» pero ella la tiene «en todas partes». Y la historia que se cuenta sobre su padre (murió cuando ella tenía 33 años) es que se fue en paz y se fue feliz porque siempre se esforzó para que sus hijos aprendiesen a vivir y fuesen unos «disfrutones». Se quedó huérfana siendo muy joven, ha trabajado para importantes proyectos de marca, ha escrito dos libros, ha montado tres empresas, ha formado parte de proyectos que estuvieron a punto de destruirle psicológicamente y ha estado varias veces a punto de arruinarse, pero también ha vivido éxitos sonoros en el mundo de la publicidad y la comunicación... Hay luces y sombras. Tristezas y alegrías. Éxitos y fracasos. Pero lo cierto es que cuando uno escucha cómo ella cuenta su propio relato de su vida la sensación que queda es que pareciera que siempre tuvo suerte en la vida. «A todos nos pasan cosas parecidas, pero no todos las vivimos igual, lo único que nos diferencia es la forma en que nos las contamos», asegura. Por eso en su obra explica con total convicción que las historias que nos contamos pueden cambiar la percepción que tenemos de la realidad y que incluso, al cambiar esa percepción, también cambiamos nosotros.
La vida es puro relato
Desde el «que viene el coco» de cuando éramos niños, a las fábulas de Esopo o las parábolas pasando por las series, las películas o los cotilleos... La vida es cuento y aprendemos a través de las historias. De hecho, tal como afirma Diana Orero, necesitamos historias nuestras y de los demás para dar sentido a nuestro mundo porque la forma en la que nos relatamos construye nuestra identidad y afecta a cómo nos pensamos y cómo nos sentimos. Y por eso, explica, es tan importante aprender a contar y a contarnos bien nuestra propia historia.
Y para ello lo primero es elegir bien al protagonista. «Mi novia no me quiere, mi jefe no me valora, mi hijo no me hace caso... ¿Eres realmente tú el protagonista de la historia que te cuentas o son otras personas?», pregunta Diana Orero. «A menudo dejamos nuestro estado de ánimo en manos de los demás , y este libro te invita a recuperarlo», indica. Una vez que tenemos claro que de verdad somos los protagonistas de nuestra historia es importante que demos valor a lo que ha sucedido, pero no al hecho en sí («¿Qué más da lo que te haya pasado?», insiste), sino a lo que hemos hecho con lo que nos ha pasado. Para ello la experta invita a jugar con las palabras, a nutrirse de ellas para dar sentido y valor a lo que ha pasado porque, según explica, cuando le das valor a algo, te liberas. Para dar valor hay que hacer cosas como cambiar el «por culpa de» por el «gracias a» y usar las palabras que ella llama «polares» («porque me orientan cuando me despisto») como «todavía», «¿para qué?», gratitud, liderazgo o perdón.
![Cambia el cuento que te cuentas sobre tu vida y tu vida cambiará](https://s2.abcstatics.com/media/bienestar/2020/01/08/historias-cuentan-2-kR2E--510x349@abc.jpg)
Y aquí es donde viene la explicación a la forma de usarlas... «¿Cuántas cosas de los que nos cuentan 'compramos' creyendo así a pies juntillas que algo está mal o está bien? ¿Y cuántas de esas cosas que nos cuentan nos contamos a nosotros mismos, totalmente convencidos de ello para bien o para mal?», pregunta la autora. El mejor antídoto frente a estas creencias es cuestionarse las cosas pues, tal como asegura, las historias no son reales y la realidad no es lo que pasa sino cómo vives lo que pasa. Por eso la autora invita a hacerse un proceso inspirado en el método «The Work», de Byron Katie que incluye los siguientes pasos. Lo primero que debemos hacer es preguntarnos: «La historia que me cuento, ¿me hace más o menos feliz?» Si me hace más feliz, me la quedo. Pero si veo que no me hace feliz, me tengo que preguntar, «¿esto es verdad?». Y después tengo que pensar: «¿Quién soy yo sin ese pensamiento?» para después ir hacia el pensamiento inverso, es decir, en lugar de pensar algo del tipo «Mi hijo no me quiere porque no recoge los calcetines» darle la vuelta pensando: «Yo no quiero a mis hijos porque no recogen los calcetines» y después preguntarnos: «¿Es eso verdad?». Y por último hay que hacer una reinversión para llegar a la conclusión de que «Yo no me quiero porque mi estado de ánimo depende de unos calcetines en el suelo».
En «Todo cuenta» Diana Orero aporta, a través de historias, las herramientas necesarias para relacionarse mejor con uno mismo, con las personas que le rodean y con lo que le sucede.