Psicología
Las dos palabras que explican por qué unos triunfan más que otros en el trabajo
Bruno Moioli, doctor en psicología y psicoterapeuta, explica cuál es el conjunto de competencias que marca la diferencia entre unos trabajadores y otros
¿Recuerdas la última vez que te enfrentaste a una entrevista de trabajo? Es probable que durante ese encuentro te preguntasen por tus habilidades, tus conocimientos, tus fortalezas, tus debilidades o incluso por tus objetivos. Quizá saliste bien parado de la entrevista y lograste el empleo (si tu perfil encajó con el puesto). Pero, ¿qué hubiera pasado si hubieses tenido que hablar de tus sueños, de tu propósito en la vida o de tus valores? Tal como explica el psicólogo Bruno Moioli , si uno no construye y trabaja previamente ese relato sobre «lo que uno es» y sobre «lo que espera ser» es probable que se quede fuera de juego . La clave está, según explica, en que no estamos acostumbrados a mirar dentro de nosotros y sacar todo eso para fuera en nuestro beneficio.
En un entorno de cambios tan rápidos y tan profundos, lo que marca la diferencia entre unos trabajadores y otros no es que se tengan más o menos conocimientos técnicos sino la capacidad para gestionar mejor los recursos personales . «Aquellos que tienen una alta inteligencia emocional son los que marcan la diferencia en un trabajo», explica Bruno Moioli.
De hecho, los descubrimientos realizados por Daniel Goleman en el Consorcio para la Investigación sobre Inteligencia Emocional en Organizaciones («Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations») revelan que la inteligencia emocional es el factor de éxito más importante en cualquier carrera, más que el Coeficiente Intelectual o las habilidades técnicas. Estos estudios revelan, según recuerda Bruno Moioli, que la inteligencia emocional es la responsable de entre el 85% y el 90% del éxito de los líderes en las organizaciones.
Entre los beneficios que conlleva la inteligencia emocional en la empresa figura una mejora en la cohesión de los equipos , el clima laboral y el sentimiento de pertenencia; un aumento de la productividad , descenso del estrés , disminución de la alta rotación de los profesionales, reducción de las bajas laborales y aumento del compromiso con la empresa.
Y esos beneficios tienen que ver con esas dos palabras a las que se hace referencia en el título de este artículo: inteligencia emocional. Lo cierto es que, tal como explica el psicólogo, «todo el mundo tiene inteligencia emocional, pero no siempre somos conscientes de ello». Por eso Bruno Moioli aclara que este conjunto de competencias que engloba el concepto no solo «se puede entrenar» sino que «se debe entrenar» , puesto que, a diferencia de lo que sucede con la inteligencia «pura» y la personalidad, que presentan un componente prefijado más claro, la inteligencia emocional se refleja en competencias de la persona hacia sí misma y hacia los demás que pueden ser entrenadas, mejoradas y ampliadas a lo largo de toda su vida.
Cómo se entrena la inteligencia emocional
¿Por dónde se empieza? Básicamente se construye, según argumenta Moioli, sobre dos grandes pilares: intrapersonal e interpersonal. El primero tiene que ver con la persona individual, con su autoconocimiento y con la gestión de sí misma y el segundo está relacionado con la conexión con los otros , el conocimiento de los otros y las relaciones con ellos.
Para trabajar el primer pilar es importante que una persona conozca cuáles son sus fortalezas y sus áreas de mejora , que sea consciente de sus emociones y que sepa identificarlas y que además experimente lo que los psicólogos llaman «metacognición», es decir que tenga claro lo que piensa acerca de sus pensamientos. El siguiente paso en este sentido sería la gestión personal de esa información, es decir, el modo en el que esa persona gestiona esas creencias y las encauza para perseguir sus objetivos y el modo en el que gestiona esas emociones para construir un sentido en su día a día...
El segundo pilar se trabaja preguntándose cómo nos relacionamos con los demás , si tenemos más o menos facilidad para conectar y entender sus emociones y necesidades o si tenemos más o menos capacidad para influir positivamente en el crecimiento o en la consecución de metas de las personas de su entorno.
Para Bruno Moioli la inteligencia emocional es la llave que permite abrir la puerta a la construcción de una vida con sentido y plenitud en una época en la que, fruto de la evolución, nos planteamos cuestiones esenciales como «qué quiero ser», «cómo quiero vivir mi vida», «qué herramientas necesito para ello» y «cuál es el camino que quiero recorrer».
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