ABC 20 años en GALICIA
Un mapa de ayuntamientos de intenso color azul
El PP acostumbra a gobernar dos de cada tres municipios de la Comunidad
La hegemonía política del PP en Galicia se sustenta, sin duda, en su poder municipal . Incluso en sus peores resultados, el centroderecha nunca ha bajado del cincuenta por ciento de los municipios y diputaciones provinciales. Y su estado natural, a la vista de lo que las urnas han ido arrojando en estos veinte años , es gobernar en dos de cada tres ayuntamientos, y casi en su totalidad a través de mayorías absolutas, dado que la PSOE y BNG no dudan en hacer pinza para aislar a las mayorías simples del PP.
La crónica municipal se escribe principalmente desde las ciudades, y el eje La Coruña-Vigo polariza el relato. En la ciudad del norte, la comarca más pujante de Galicia y el noroeste en la actualidad, se asistió al fin del «vazquismo». Francisco Vázquez , el gran modernizador de la urbe herculina en los años ochenta y noventa , entregó el testigo y, tras su marcha, el PSOE se hundió. El PP alcanzó la alcaldía con Carlos Negreira , abriendo una nueva etapa de modernidad, con proyectos clave de ciudad como la Smart City, la Tercera Ronda, la nueva Marina o la apuesta por la cultura y el turismo.
A tiro de piedra, Ferrol . La ciudad que nunca había visto una mayoría absoluta la tuvo con el popular José Manuel Rey Varela , que ha acometido un profundo proceso de actualización de la ciudad, instalada en una crisis cronificada derivada del ocaso del sector naval en la ría. Hoy, Ferrol vuelve a planificar suelo industrial para la captación de empresas, el levantamiento del veto de la UE a Navantia abre esperanzas de futuro en los astilleros, remoza sus barrios y se abre a la diversificación económica.
Compostela se ha visto envuelta en demasiados escándalos en apenas tres años de legislatura. Tras una larga etapa de gobiernos socialistas, iniciados con Xerardo Estevez y continuados por José Sánchez Bugallo, el PP daba la campanada en 2011 con Gerardo Conde Roa. Apenas un año después, dimitía por un problema con Hacienda durante su anterior etapa de promotor. Su sucesor, Ángel Currás, que nunca debió ser alcalde , aguantó dos años hasta que una sentencia inhabilitó a siete de sus concejales. Ahora, la alcaldía la ostenta Agustín Hernández, que en un tiempo récord ha conseguido agilizar proyectos pendientes para la ciudad y movilizar inversiones millonarias para obras estratégicas.
El PP controla también la Diputación de La Coruña , tras ocho años en manos del socialista Salvador Fernández Moreda. Diego Calvo , actual presidente, ha conseguido combinar el saneamiento financiero integral del ente provincial con un servicio de apoyo a los concellos. Suyo es el impulso para la primera fusión municipal en Galicia en casi medio siglo , la que tuvo lugar en 2013 entre Oza y Cesuras.
En Pontevedra , los populares mantienen con comodidad la Diputación Provincial desde hace tres décadas, y hoy gobernada por Rafael Louzán . La promoción turística de la marca Rías Baixas, el servicio de recaudación y las inversiones en infraestructuras aquilatan y vertebran una provincia pujante. Pero la hegemonía en la Diputación no tiene correlación directa con las dos grandes ciudades de la circunscripción.
En Vigo , tras una sucesión de alcaldes de todas las siglas, parece haberse hecho fuerte Abel Caballero , que sin ganar ninguna de las dos elecciones a que se presentó, consiguió el cargo gracias al BNG. Su discurso localista y de defensa de la ciudad frente a supuestas agresiones externas está calando junto con inversiones millonarias en aceras, mientras Vigo sufre el colapso de empresas señeras como Pescanova o su desaparecida caja de ahorros. El PP no acaba de recobrar el pulso.
En Pontevedra , el BNG ha afianzado a Miguel Anxo Fernández Lores , si bien el PP sigue siendo el partido mayoritario. La ciudad ha recobrado pujanza gracias a la recuperación de su casco histórico, premiado por la ONU .
Lugo se ha erigido en los últimos años como el bastión socialista , al gobernar concello y diputacion. En la capital, Xosé López Orozco suma ya quince años en la alcaldía , tras una larga etapa de gobiernos conservadores. En la institución provincial, José Ramón Gómez Besteiro , que también es el secretario general de los socialistas gallegos. La diputación ha puesto en marcha medidas para intentar paliar el envejecimiento y despoblación de la provincia , uno de los males endémicos de la Galicia interior.
Y en Orense, el apellido sigue siendo Baltar . José Luis Baltar, histórico barón que hizo de la provincia una de las que más porcentaje de votos cosechaba para el PP en toda España , abandonó la presidencia de la Diputación y del partido en 2012, retirándose de la actividad política. Tras su marcha, fue condenado por prevaricación por la contratación irregular de un centenar de personas en el ente provincial. Ajeno a esta cuestión, J osé Manuel Baltar mantiene el firme liderazgo popular en Ourense, como demostraron las autonómicas de 2012. Una de sus líneas estratégicas es el impulso de Orense, concello y provincia, como destino termal en España.
Un objetivo que comparte el alcalde de la capital, Agustín Fernández . Su ciudad ha sido una de las más golpeadas por la corrupción del «caso Pokemon» . De hecho, Fernández es alcalde después de que dimitiera su antecesor, Francisco Rodríguez, por su presunta implicación en esta trama corrupta.
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