entrevista
Rafael Louzán: «En estas municipales hay dos opciones: el PP o el caos»
Contundente, siempre claro, pone sobre la mesa la necesidad de abordar una reforma del mapa municipal y radiografía la situación en Vigo
—¿Cómo ha cambiado Pontevedra a lo largo de estos veinte años?
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—Dos décadas son claves para la evolución de una provincia. En infraestructuras, ha avanzado mucho, con pequeños proyectos para los vecinos que llevaban años demandando, no sólo de comunicación, sino también deportivas y culturales. Ha cambiado la dinámica de lo que la gente reclama. Prácticamente mantenemos la población, con la salvedad de algunos municipios de interior. Para resumirlo, en esta provincia hay calidad de vida.
«El papel de las diputaciones debemos reflexionarlo»
—¿Es hoy más necesaria que entonces la Diputación?
—Es la pregunta recurrente en la disputa política, por parte de algunos partidos que piden su desaparición para crear otros entes supramunicipales como las comarcas. El papel de las diputaciones y del resto de administraciones debemos reflexionarlo todos los partidos. Y si hubiera que reducir diputaciones, se reducirán, porque primero están los ciudadanos. En la Unión Europea, instituciones intermedias las hay en todos los países avanzados similares a las diputaciones.
—¿Han cambiado su papel las diputaciones con la crisis?
—Es probable, y el Gobierno del PP ha marcado la pauta de lo que se necesita y lo que debe hacer cada administración. En este país había indefinición y solapamientos. Ahora, las diputaciones somos las garantes en la prestación de servicios públicos en pequeños concellos. Tenemos los recursos humanos y económicos para firmar acuerdos que posibiliten servicios sociales mejores.
«Tenemos un mapa insostenible. Es el reto de la próxima legislatura»
—¿Sobran concellos?
—Es un tema a abordar a corto o medio plazo. En otros países se han llevado o se están llevando procesos de racionalización de municipios. No es un problema de Galicia, sino de España. Tenemos un mapa insostenible. Después de las elecciones municipales deberemos tratarlo. Es el reto de la próxima legislatura. Necesitamos acuerdos para una nueva planta municipal. Primero están los ciudadanos, y después otras coyunturas partidarias.
—¿Por qué hay reticencias a las fusiones municipales?
—Porque Galicia es localista. Lo vemos por desgracia día a día. Un localismo que nos ha generado perjuicios. Y la culpa es de los dirigentes políticos. Ha permitido a los discursos demagógicos que tengamos tres aeropuertos, siete campus o siete recintos feriales sin que hubiera una distribución sensata. Ahí tenemos a Vigo apelando a localismos trasnochados para arañar votos. Es la ciudad más importante de Galicia y debe tener aquello que merezca, pero no olvidar que se configura en una comunidad. El último ejemplo lo ha dado Vueling al reducir las frecuencias desde Vigo a Madrid por falta de demanda a pesar de las subvenciones del alcalde. Se le está cayendo el tenderete.
«Los ayuntamientos no deberían subvencionar vuelos»
—¿El error era subvencionar líneas?
—El error es no hacer lo que le corresponde a cada uno. Y los ayuntamientos no deberían estar para subvencionar vuelos. No es su competencia. El Gobierno debe tomar medidas. Lo hablaré en la Convención del PP, porque no tiene sentido que los concellos hagan cooperación internacional. ¿Qué pintamos ahí concellos o diputaciones? Eso compete al Estado. Eso me vale para los vuelos. Los concellos deben dedicar sus recursos a los servicios públicos.
—Pero también los subvencionan ayuntamientos del PP.
—Claro, me da igual del color que sean. Eso debe delimitarse. Es una competencia que debe ser del Gobierno del Estado o, en su defecto, de la comunidad autónoma. Ese marco hay que regularlo para que no sigamos cometiendo errores. ¿Queremos seguir equivocándonos? Los políticos que usen la demagogia para reclamar infraestructuras que suponen gasto y escasa rentabilidad deberían ser castigados en las urnas. Porque ellos se van, pero los ciudadanos siguen pagando. Ahí tenemos el nuevo aeropuerto de Santiago, ocupado en un tercio, y la antigua terminal no sabemos qué hacer con ella.
—Esta discusión no se la plantee al alcalde de Santiago...
—El alcalde se ha encontrado con esa infraestructura, ¿y qué hace ahora con ella? Cuando estás volando, valga la metáfora, sólo puedes seguir volando o aterrizar. Y a veces aterrizar es más doloroso que seguir. Pero tenemos problemas añadidos. Las frecuencias con Madrid y Barcelona son las mismas en los tres aeropuertos. Si las hubiese escalonadas, podríamos elegir. Con un único aeropuerto, habría muchas más frecuencias y sería más beneficioso. Oporto tiene 57 frecuencias con distintos destinos, Galicia apenas tiene seis o siete destinos. Algo estamos haciendo mal. Pongamos sentido común.
—¿Vive Vigo de espaldas al resto de la provincia?
—Vigo no, su alcalde, enfrentándose a todo el mundo con el perjuicio que supone para la ciudad. Una pelea constante y diaria con todas las administraciones. No ya con la Diputación, sino también con los alcaldes que circundan Vigo, con los que no se ha reunido nunca. Su modelo debía ser el de cooperar con el área metropolitana y lograr mejores fórmulas de cooperación para sus ciudadanos. Por el contrario, busca el enfrentamiento para lograr un rédito político. Es lo peor que te puedes encontrar en política. La suerte es que, por encima del alcalde, está la colaboración de la Diputación y la Xunta con los colectivos ciudadanos, sociales y económicos de Vigo, que nunca falta.
—Pese a ello, las encuestas no le son contrarias a Caballero. ¿Qué falla?
—Sólo hay una encuesta válida, el 24 de mayo. Y no es una afirmación recurrente. Los ciudadanos son inteligentes y saben que ese enfrentamiento constante no es el que interesa a Vigo, sino la política de la cooperación. Los resultados dirán en las urnas que este señor, que gobierna sin haber ganado nunca unas elecciones, no les representa.
«Caballero es un provocador nato que perjudica a los vigueses»
—Su relación con el alcalde de Vigo no ha mejorado, por lo que se ve.
—No, no, mi relación con los alcaldes de la provincia es buena, diría que con la practica totalidad, de todos los partidos. Excepto con un alcalde que quiere visualizar enfrentamientos constantes con el PP. Se equivoca, porque con cooperación y diálogo debería incitar a que Vigo obtenga lo que en justicia merece. Es un provocador nato que perjudica a sus ciudadanos.
—¿Es José Manuel Figueroa el mejor candidato para Vigo?
—Ha hecho una magnífica labor. Se están barajando varias opciones y el PP va a poner encima de la mesa la que más le interese a los vigueses. Chema Figueroa ha desarrollado un papel nada fácil estos años. Pero entramos en otro escenario, la nominación del candidato para alcalde, o alcaldesa. Tenemos un magnífico banquillo en el PP.
—¿Pero Louzán tendrá un preferido?
—Claro, pero no es cuestión de buscar nombres. El Comité Electoral del PPdeG debe buscar a la persona que sea capaz de aglutinar mayorías de gobierno.
—¿Tan difícil es hacerle oposición a Caballero?
—No es que sea difícil, es que el alcalde sólo busca un objetivo, cómo obtener rentabilidad electoral de cuestiones banales, en cualquier circunstancia, aunque perjudique a Vigo. El PP ha hecho una oposición constructiva, marcando la pauta. Gracias a nosotros, Vigo tiene un presupuesto, porque el partido que hizo alcalde a Caballero, el BNG, lo dejó a la deriva. Vigo, pese a no tener alcalde ni gobierno, funciona sólo por su entramado empresarial, sus colectivos sociales y una ciudadanía activa.
«Figueroa ha realizado un papel nada fácil. Pero entramos en otro escenario»
—Hay gente en su partido que no entendió el pacto con Caballero para aprobar los presupuestos.
—No fue un pacto con Caballero, sino con Vigo. Porque si no, no iban a tener presupuestos. Insisto, el BNG puso a Caballero y le dio la espalda. La inestabilidad de estos pactos de coalición es altísima. Por eso digo que, ante el reto de las próximas elecciones municipales, sólo caben dos elecciones: o el PP, o el caos. Esto se ve en Vigo y en todas las ciudades donde gobiernan coaligados. Se hacen mal gobierno y oposición. Por eso reivindiqué tanto una reforma electoral para que gobierne siempre el más votado y que quien pierde, esté en la oposición. ¿Hay algo más legítimo que la voz mayoritaria de un pueblo sea la que gobierne? No, no lo hay.
—¿Por qué se frenó esa reforma?
—La prioridad era otra. Había un país en quiebra y había que enderezarlo. Lo hicimos. Confío en que, antes de que remate la legislatura estatal, el Gobierno del PP pueda reconducir esta cuestión. Estamos demasiado próximos a unas municipales y no daría tiempo. Sí lo da en este mandato, para asentar bases sólidas que sirvan para que las mayorías sean respetadas. Ahora no lo son.
—¿Se lo ha dicho a Rajoy?
—Muchas veces, y a micrófono abierto. Es un presidente que ha afrontado la situación más difícil de nuestra democracia, pasando días ingratos, y le queda un año de gobierno por delante con margen para esa reforma y alguna más.
—¿Hay preocupación por Podemos?
—Queda constancia de que prometen una cosa, pero ahora dicen la contraria. El «efecto Podemos» utilizaba el drama de la dificultad en que vive parte de los ciudadanos para atacar a la clase política, de la que ellos ya forman parte. La imagen de lo que quieren para España es Venezuela. No se cortan, aunque ahora se callan. Conozco aquello, y sé lo que pasan los gallegos en Venezuela. No lo quiero para España.
—¿Jacobo Moreira será candidato en Pontevedra?
—Es la persona que ha asumido la responsabilidad de portavoz, joven, con conocimientos, que lleva ocho años en la oposición y creo que es lo que la ciudad de Pontevedra pide. Falta que el Comité Electoral lo ratifique, pero reúne todas las condiciones para ello.
—¿Ve a Feijoó en Madrid?
—El presidente de la Xunta tiene preparación, capacidad y trayectoria para estar en Galicia al frente del gobierno gallego o en el Gobierno de España. Fuera de Galicia se valora muchísimo su figura. Allí donde decida estar, el PP le va a respaldar siempre porque es uno de sus activos más importantes.
«Fuera de Galicia se valora muchísimo a Feijóo»
—¿Serán suficientes las reformas legales contra la corrupción para que el Partido Popular recupere la confianza perdida de los ciudadanos?
—Espero que sí. Otros partidos hacen mucho ruido, pero las reformas las acomete este Gobierno. Hace un mes se ponía en marcha el Portal de la Transparencia. Acabamos de reformar el Código Penal endureciendo los delitos de corrupción, y aun hay más reformas pendientes. El PP no ha mirado a otro lado y se ha puesto manos a la obra. Quedan cosas por hacer, pero erradicaremos la corrupción.
—¿Qué espera de la «operación Patos»?
—La Justicia nos pidió colaboración, la dimos con total normalidad y responsabilidad. Una vez que conozcamos todos los datos opinaremos. En lo que se refiere a la Diputación, y hasta donde conozco, es una institución modélica.
—El conflicto de las preferentes ha marcado esta legislatura municipal. ¿Cómo se ve desde la perspectiva que da el tiempo?
—Se ve que hubo políticos que dimos la cara, y el Partido Popular la dio en todo momento. La Xunta, los alcaldes y mismo esta institución. Hoy podemos decir con satisfacción que se ha resuelto en gran medida un gravísimo problema. Aquí teníamos a mucha gente que tenía los ahorros de su vida y veía que se quedaba sin nada, por actuaciones irregulares de los bancos. Se generó una enorme preocupación y teníamos que entender a los ciudadanos. Otros partidos intentaron servirse de las miserias de las personas para ganar votos. Y les salió mal.
—¿Cree que puede haber castigo por esta cuestión en comarcas como Morrazo, Val Miñor o Baixo Miño?
—Al contrario. El único aliado que tuvieron los afectados fue el PP, y lo saben. Empezando por el presidente de la Xunta y acabando por el último alcalde. Fue una gran batalla que hemos librado y ganado todos juntos.