Dani Moreno y Purito Rodríguez tienen varias cosas en común. La primera de ellas es que son dos corredores con una larga trayectoria en el mundo profesional que incluye el paso por muchos equipos, todos ellos diferentes entre sí. El ganador en Valdepeñas de Jaén también se impuso en la etapa que acabó en en el Fin del Mundo, en Fisterra, la cuarta de la Vuelta, y se vistió además de líder por un segundo de ventaja sobre Nicolás Roche.
El madrileño está conociendo sus mejores años de profesional después de un largo peregrinaje que se inició en formaciones como Relax, Caisse d'Epargne, Lotto o Katusha. La vida como ciclista de Dani Moreno ha ido creciendo poco a poco, de forma lenta pero segura, consiguiendo temporada a temporada triunfos cada vez más relevantes. Media un abismo entre el Dani Moreno que este domingo volvimos a ver deslumbrar entre olivos y el que dio sus primeros pasos en profesionales con Máximino Pérez. El mismo, salvando las distancias, que existe entre el Purito Rodríguez que debutó con la Once y el que lidera Katusha.
Los dos dejaron la estructura de Eusebio Unzue para no tener que estar supeditados a Alejandro Valverde. Los tres, Dani, Valverde y Purito, salvando también las distancias, guardan cierto parecido.
Ayer, sin ir más lejos, la estrategia de Katuska, que realizó un descenso temerario del alto de Los Frailes por medio de Paolini, resultó de manual. Atacó Moreno, Purito se puso a rueda de Valverde y al líder de Movistar le tocó trabajar. Si cogía a Moreno, le remachaba Purito, al que le costó pegarse a la rueda del murciano.
Mover dos corredores para una clasificación general tiene sus ventajas, siempre y cuando haya buena relación entre ellos y las cosas estén muy claras en los momentos decisivos, en los que se jugará todo.
Siempre que se lo preguntan, Dani contestalo mismo : «Purito es el líder». Y a Katusha le viene muy bien ese juego. Los demás equipos tienen que jugar con una sola opción.
Desarrollo lento
A Moreno y a Purito les van ese tipo de finales explosivos en los que hace falta mucha fuerza, coger unos metros y ser capaz luego de mantenerlos. Los dos han aprendido a gestionar los triunfos de forma escalonada. Para cuando Dani Moreno ganó la etapa de la Vuelta a España de 2011 en Sierra Nevada, ya sabía lo que era vencer en Alcobendas, Alentejo, la Vuelta a San Luis o Chihuahua. Comenzó desde muy abajo y esa victoria en la montaña granadina le abrió un mundo nuevo: Giro del Piamonte, dos etapas del Dauphiné, Vuelta a Burgos y quinto en la Vuelta a España. Las victorias eran de más calidad.
Es un camino que ha seguido creciendo en 2013 con la Flecha Valona, dos etapas en la Vuelta a España y el maillot rojo en esta prueba, de momento. A los dos les va mejor la Vuelta que el Tour, pero también han ganado carreras en Francia.
Dani Moreno sabe hasta dónde puede llegar y se aprovecha de tener a su lado a Purito Rodríguez. Con muy poco peso, 59 kilos, maneja muy bien los tiempos. También es cierto que para poder hacer eso hay que tener piernas.
Desde el modesto Relax, que se desarmó antes de iniciarse la temporada 2008, acabó en el Caisse d'Epargne y allí aprendió una de las verdades de este deporte: hay que trabajar para los líderes y si en algún momento se presenta una posibilidad de ganar, aprovecharla. Nadie se acuerda del segundo, ni del protagonista de una etapa, si no termina ganando.
Acabó en el Lotto belga, donde se hablaba flamenco y la comunicación no era muy fluida. No acabó de cuajar. Purito gestaba una guardia pretoriana a su alrededor y se lo llevó al Katusha, donde ha terminado de explotar como ciclista. Comparte habitación con su líder. Los dos son vivos como corredores.
No hizo falta que hablasen en la parte final de la etapa jienense. «Nos conocemos muy bien desde hace años, no hace falta ni que hablemos. Nos basta con mirarnos. Cuando he atacado, Joaquim ya sabía lo que tenía que hacer. Al final, he tenido que apretar en la recta que llevaba a meta. Creía que no llegaba. Se me ha hecho un poco larga», explicó Moreno después de su victoria.
Si le preguntan por la Vuelta, afirma que «esto es muy largo, hay que ir paso a paso. Nunca había estado de líder en una grande y ya lo he conseguido». Katusha está aprovechando sus posibilidades. Movistar trabaja para un Valverde que no termina de estar fino. No se puede decir que esté mal. ¿Cuándo ha llegado Alejandro en malas condiciones a una prueba? Pero le falta algo.