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«Cuidado con el hueco»: 150 años de Londres suburbano, y sus curiosidades

Día 10/01/2013 - 18.50h
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El 10 de enero de 1863 se inauguraba oficialmente la línea Metropolitana del metro de Londres, los primeros seis kilómetros excavados de una red que abarca hoy 402 km

Cuando Charles Pearson, el diputado liberal y concejal de la City londinense considerado como el «padre» del metro de Londres, publicó su primer panfleto en 1845 en defensa de un tren suburbano para la capital británica, tenía en mente convoys atmosféricos, empujados por los túneles con aire comprimido. Su visionaria propuesta provocó risas en algunos de sus colegas de corporación, pero el diagnóstico era certero: le preocupaba la «sobrepoblación de la ciudad» y la «congestión que generan en las calles los omnibuses y carruajes que traen pasajeros de las distantes estaciones de ferrocarril del Norte de Londres».

Diez años más tarde, una comisión aprobó construir la línea Metropolitana entre Praed Street, en Paddington, y Farringdon en la City. Pearson murió de un edema en septiembre de 1862, apenas cuatro meses antes de la inauguración oficial —el 10 de enero de 1863, hace hoy 150 años— de la Línea Metropolitana, después de que la víspera el primer convoy uniera los seis kilómetros de túneles que separaban Paddington y Farringdon, en el cogollo del Oeste y del Este de Londres respectivamente.

1. Doce meses de celebraciones

Hoy, el «tube», como es conocido este medio de transporte imprescindible en una ciudad de larguísimas distancias como Londres, transporta a 1.100 millones de personas al año en una red compuesta por 270 estaciones repartidas en 402 kilómetros de vía. Siete líneas subterráneas y cuatro en superficie transportan a casi cuatro millones de pasajeros cada día.

«La llegada del metro fue realmente revolucionaria y todavía es admirado en todo el mundo», asegura estos días el siempre entusiasta alcalde de Londres, Boris Johnson. «Aniquila las distancias, liquida el tráfico y es el palpitante sistema cardiovascular de la mejor ciudad de la Tierra», afirma, elevando al cubo la visión originaria de Pearson.

Para conmemorar el 150 aniversario, Londres se prepara para doce meses de actividades, que comenzarán este domingo día 13 con el primero de dos viajes «vintage» para pasajeros con locomotoras de vapor de 1898 y vagones originales, retirados del servicio en 1905. A mediados de febrero, el Museo del Transporte de Londres inaugurará una exposición de carteles históricos del «tube».

2. Datos básicos –y curiosos– del metro por antonomasia

«Cuidado con el hueco»: 150 años de Londres suburbano, y sus curiosidades

Si enero de 1863 figura en los libros de historia como el inicio de una larga aventura subterránea, el 7 de julio de 2005 representa el horror bajo tierra y la gran cicatriz del «tube» londinense cuando Al Qaida asesinó a 39 pasajeros en las estaciones de Liverpool Street, Edgware Road y King's Cross. Entre ambas fechas, un impresionante desarrollo marcado por la apertura de la Línea Central en 1900, la Victoria en 1968 –con 25 años de retraso– y la Jubilee, la más moderna, en 1979. El famoso mensaje de «Mind the Gap» o «cuidado con el espacio entre el andén y el tren» fue introducido en la megafonía del metro en 1969.

El Metro de Londres tiene 19.000 empleados para atender 270 estaciones, 4.134 vagones y 1.100 millones de pasajeros anuales. Sus trenes circulan a una velocidad media de 33 km./hora. Curiosamente, solo el 45% de la red del metro discurre bajo túneles. En el primer viaje entre Paddington y Farringdon el 9 de enero de 1863 viajaron en el metro 40.000 personas. En seis meses ya transportaba a 26.000 personas cada día. Hoy el número de viajeros llega a casi cuatro millones diarios. Y solo en Waterloo, la estación más transitada de la red, pasan 57.000 personas en las tres horas punta de la mañana.

Cada día, más de 1.000 personas se dejan algo accidentalmente en el metro. Todos los objetos perdidos son enviados a una oficina situada en un sótano de la estación de Baker Street, en la que trabajan 40 personas. Entre los más extraños olvidados figuran espadas samurái, dentaduras postizas, tres murciélagos muertos y una barca de tres metros de eslora. Los artículos no reclamados al cabo de tres meses son subastados o entregados a organizaciones benéficas.

3. El «tube», estrella de cine

Como no podía ser de otra manera, el último Bond de «Skyfall» –toda una celebración cinematográfica de la capital británica– lleva al metro a sus dos protagonistas, el 007 Daniel Craig y el rencoroso «malo» Javier Bardem. En el género de acción, el «Ultimátum Bourne» o «Juego de Patriotas» tienen escenas rodadas en el «tube», aunque nada tan inquietante como las hordas de zombies de «28 semanas después» corriendo hambrientos de sangre humana por sus túneles. En la comedia «Un hombre lobo americano en Londres», un pobre viajero es atacado en la estación de Tottenham Court Road.

El metro de Londres alberga unos doce rodajes de largometrajes cada año, y tiene para ello una oficina específica para gestionar las demandas, con un coste medio de unos 600 euros por hora de rodaje. Para el rodaje de algunas de las secuencias de «Skyfall» en el metro movilizaron más de 400 personas entre «extras» y equipo técnico, por ejemplo. La estación más cinematográfica es la de Aldwych, en la Línea Central, ya fuera de uso, pero también se han usado las de East Finchley o Charing Cross.

Con motivo del 150 aniversario, Londres vuelve a estrenar «Underground», la primera película (muda) que usa el metro como localización, estrenada en 1928 por Anthony Asquith. Completan la saga «V for Vendetta» y varias películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial –cuando el metro se convirtió en el principal refugio anti-bombardeos de la capital–, como «En el límite del amor» (The Edge of Love), la biopic de Dylan Thomas, o «Expiación», basada en la novela homónima de Ian McEwan.

4. El reto de tocar por la gorra en el metro

Forman parte del paisaje cotidiano de cualquier metro. Y rellenan el denso aire de sus túneles con mejor o peor calidad. Los músicos callejeros están obligados, en el caso del suburbano londinense, a sacarse una licencia obligatoria y gratuita desde 2003. Pujan por los 37 puntos musicales oficiales existentes en 25 estaciones.

Pero la trampa es que, para hacerse con uno de estos preciados escenarios subterráneos, deben llamar a un número de teléfono de pago en el que se alargan los minutos –y el coste– si uno no tiene la fortuna de entrar en línea en el corte de las 9:30. El altavoz al mundo más codiciado es, sin duda, el bajo de las escaleras de la estación de Picadilly Circus, la más transitada por los turistas que visitan Londres, y que ofrece además una gran visibilidad para el músico que lo ocupa.

5. El más célebre nacido en el metro

El conocido presentador de televisión estadounidense, Jerry Springer, es probablemente el bebé más célebre nacido, literalmente, en el metro de Londres. El 13 de febrero de 1944, mientras los bombarderos nazis ponían a prueba el célebre espíritu de resistencia o «blitz» británico, su madre no tuvo más remedio que dar a luz en la estación de Highgate, al Norte de la capital británica. Sus padres eran emigrantes judíos huidos de la Alemania de Hitler.

Springer presenta el «Jerry Springer Show» desde su creación en 1991, uno de los programas más populares de la televisión de EE.UU. A lo largo de una amplia carretera en los medios –después de un corto paso por la política en los 70 como candidato demócrata– Springer ha presentado también otros programas, como el «America's Got Talent» de la NBC.

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