Llega una de las metas que el Tour de Francia y el ciclismo mundial tienen mitificadas, Alpe D´Huez, una de esas subidas, con sus 21 virajes y sus 13.800 metros de ascensión, que convierten la montaña de la carrera en todo un espectáculo.
Desde que Fausto Coppi coronase por primera vez en solitario Alpe D´Huez, en 1952, la gran cima alpina se ha alcanzado en multitud de ocasiones. La última de ellas en 2011, con victoria del francés Pierre Rolland. Fede Etxabe, en 1987, e Iban Mayo, en 2003, son los dos únicos corredores vascos que han triunfado allí.
Hay una leyenda que dice que quien sale de amarillo de su cima y gana una contrarreloj termina venciendo el Tour: en 1991, Indurain salió de amarillo, ganó una contrarreloj y se impuso en el Tour, al igual que en 1992, 1994 y 1995. En 1933, no se hizo esa etapa.
Cuando ganó Carlos Sastre en 2008, salió vestido de amarillo, no se impuso en ninguna contrarreloj, pero acabó ganando el Tour. No se cumplió la leyenda pero si llegó de amarillo a París. Froome debe de ser el siguiente corredor en entrar en ese selecto grupo de ciclistas que salió de amarillo de Alpe D´Huez y terminó imponiéndose en el Tour. Es conocida como la montaña de los holandeses por la cantidad de victorias de ciclistas de ese país. El primero que la logró fue Jop Zoetemelk, en 1976. Luego le siguieron Hennie Kuiper, en dos ocasiones, Peter Winen, en otras dos, Steven Rooks o Gert Jan Theunisse. En total ocho triunfos.
Desde 1989 no gana un corredor holandés en Alpe D´Huez, pero en ese país, esa ascensión causa furor. En la primera semana de junio, miles de aficionados holandeses se dieron cita en sus laderas, unos 8.000 cicloturistas, sin contar familiares y amigos, para un Telethon holandés en favor de la lucha contra el cáncer que el año pasado recaudó 32 millones de euros. En total se juntaron 20.000 personas.
Un aficionado decidió subir en 2006 seis veces con 66 de su amigos y le llamó 'L' Alpe s' Huzes'. Zes en holandés es el número seis. Esa iniciativa generó multitud de organizaciones. Cada participante en esa apuesta de la lucha contra el cáncer aportó el pasado 7 de junio 2.500 euros. De un hospital de Amsterdam se apuntaron cien personas.
Hoy se esperan miles de holandeses en Alpe D' Huez, que tienen un compatriota, Bauke Mollema muy bien clasificado. Es una de esas etapas que ha trascendido del ámbito deportivo para convertirse en una buena iniciativa económica que arrastra a mucha gente durante el verano.