Cavendish (i) se impone en la llegada del pelotón./Bogdan Cristel (Reuters)
Sky, a pesar de todo el trabajo que ha realizado, sigue teniendo corredores capaces de meterse en una escapada, como el noruego Boasson Hagen, al que da la impresión de que la fuerza se le va a borbotones por los poros.
Decíamos, cuando empezaron a controlar el pelotón de la carrera en los inicios de la prueba, que podrían acusar cansancio con el paso de los Alpes, de los Pirineos. Una apreciación que han desmentido con lo que se ha visto en la carretera. A dieciséis kilómetros de la meta seguían trabajando para intentar ganar con Mark Cavendish.
¡Y lo consiguieron! ¡Cómo para no hacerlo! Teniendo en cuenta que antes del último kilómetro trabajó Bradley Wiggins, al que seguía Boasson Hagen, con Mark Cavendish a su rueda.
Una rueda cotizada. Iban pegados a ella Sagan, Goss y Greipel. Lo de Cavendish no resultó ninguna aparición. Wiggins hizo lo mismo que estaba acostumbrado a hacer en la pista, cuando lanzaba a Cavendish en la prueba de madison (americana) y le preparaba la llegada. Así ganaron un título mundial en 2008.
Si teníamos dudas del estado físico del campeón del mundo después de pasar los Pirineos y los Alpes, el sprint que realizó despejó todas las incógnitas. Dio la impresión de que en vez de dar pedales arrancaba una moto. ¡Vaya forma de ganar! Los Campos Elíseos ya tienen un favorito: Cavendish. En la etapa que llegó a Peyragudes, a tres kilómetros de la meta, se le enrolló una bandera inglesa entre los radios de la rueda trasera y se cayó. Ya se ha visto que mucho daño no se hizo.
Conseguía su triunfo de etapa número 22 en el Tour, igualando a André Darrigade y Lance Armstrong. Está cerca de André Leduc (25) y de Bernard Hinault (28) y muy lejos de Eddy Merckx, que logró 34 etapas. Los datos en Cavendish, el gran favorito para ganar el oro olímpico son llamativos: recorre 32.500 kilómetros al año, entre carreras y entrenamiento.
Tiene tres 'maillots' de campeón del mundo, el de carretera, logrado el año pasado, y dos de pista, en la prueba de madison (americana), con Robert Hayles (2005) y Bradley Wiggins (2008). Se calcula que cuando arrancó podía ir a 80 kilómetros por hora.
Sky tiene una forma de correr, de entender el ciclismo, avasalladora. Desde el Tour que ganó Contador con Astana, en 2009, el equipo de la temporada siguiente no tenía nada que ver con el del último año en activo de Lance Armstrong, no ha habido una formación tan fuerte en la carrera como este Sky. Incluso alguno de los equipos que arropó al americano era inferior a lo que hemos visto en un grupo que sin sus dos velocistas, Cavendish y Eisel, podría haber conseguido un nueve espectacular.
Polémica con victorias
Una contrarreloj de 53,5 kilómetros, para mayor gloria de Bradley Wiggins y de Chris Froome, que también tendrá que disputarla para conservar su segundo puesto en la general, es lo que le queda al Tour 2012 para llegar a París.
Sin que la carrera haya finalizado hay mucha gente que ya ha comenzado a pensar en la prueba del próximo año. Hasta el maillot amarillo, que es bastante comedido, se ha atrevido a decirle a Froome que no es lo mismo hacer segundo en una carrera de tres semanas corriéndola sin ninguna responsabilidad que teniéndola desde que se pone en marcha la temporada, en el mes de febrero. «Hasta aquí, Froome ha realizado dos grandes carreras de tres semanas, sin tener ninguna responsabilidad. Veremos como soporta la presión desde el mes de febrero si le dicen que va a ser el líder del equipo en el Tour». La frase del maillot amarillo no tiene desperdicio.
La diferencia entre Wiggins y Froome es también importante en el apartado de la edad. El maillot amarillo tiene 32 años y Froome, sólo 27, es decir cinco años menos, lo que da a entender que el futuro debe de ser suyo. Esa será una de las cuestiones que tendrá que solucionar el equipo Sky cuando conozca los recorridos de la carrera, que ya se anuncia que puede volver a Alpe D´Huez.
Para añadirle todavía más sal a la herida entre los dos ingleses, que de momento parece que no supura, la novia de Froome, Michelle Cound, ha vuelto a liarla por Twitter. Después de la etapa con final en Peyragudes dijo: «Sinceramente, no tengo muchas ganas de ir el domingo a París... sabía cuánto quería ganar esa etapa Chris. Me pueden criticar lo que quieran».
Lo cierto es que el aprendizaje que está teniendo Froome al lado del maillot amarillo es un bagaje que no se puede despreciar. Ha confirmado que seguirá en su actual formación, también está muy cerca de confirmar su participación en la Vuelta a España, como líder único, para enfrentarse a Alberto Contador. Después del Tour sólo correrá la prueba en línea de los Juegos Olímpicos.
El Sky es primero y segundo en la general, llevan ganadas cuatro etapas (dos con Cavendish, una con Wiggins y otra con Froome) y todavía les quedan dos posibilidades de aumentar esa cuenta: en la contrarreloj y en los Campos Elíseos. Sobran los comentarios.
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