Holanda muere de calor
Durante la última ola de calor fallecieron 400 personas más que el promedio en una semana de verano
Holger Goossens no ha tomado vacaciones este verano. Tiene una furgoneta frigorífica de reparto en Amsterdam que en julio fue subcontratada por una funeraria para ayudar en los transportes. «Los traslados al crematorio y al cementerio los siguen haciendo los coches fúnebres, por supuesto, pero parte de la logística y las flores… de eso nos encargamos nosotros porque ellos están desbordados», explica a la televisión holandesa. Así es como el sector está sobrellevando el overbooking forzado por la ola de calor . En total, 2.964 personas murieron en los Países Bajos durante la semana que comenzó el 22 de julio, según ha informado la agencia nacional de estadísticas holandesa CBS. Esto supone alrededor de un 15% más que el promedio de una semana de verano, unas 400 muertes más. «No es que todas esas personas muriesen directamente a causa de la temperatura», aclara la portavoz, «sino que sus dolencias se vieron agravadas o su organismo no pudo seguir luchando contra la enfermedad que ya sufrían debido al estrés térmico».
Los once hospitales que hay en Amsterdam han reforzado su personal este verano y la radio aconseja llamar antes de acudir a urgencias para que el paciente sea informado sobre el tiempo estimado de espera antes de ser atendido. «No, no hemos llamado antes», reconoce una pareja de jóvenes a las puertas del BovenIJ ziekenhuis, «encontramos a una señora mareada en la calle y la trajimos al centro más cercano que señalaba el navegador». Aunque la afluencia a los servicios de urgencia de los hospitales sigue siendo intensa, está lejos hoy de alcanzar el nivel de la última semana de julio, que registró las temperaturas más altas sufridas nunca por los Países Bajos. El 25 de julio el termómetro marcó 40,7 grados en en Gilze-Rijen. De las 716 personas que murieron en esa semana extremadamente calurosa en Brabante y Limburgo, 415 tenían 80 años o más. «La tasa de mortalidad es más alta que en una semana normal de verano de cualquier otro año, pero más baja que durante la ola de calor en 2006, seguramente porque ha habido esta vez más campañas informativas y las personas mayores estaban mejor adiestradas para protegerse del calor», dice la portavoz local. Pero la estadística demuestra que las altas temperaturas están relacionadas con un aumento sin precedentes de la mortalidad en la zona.
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