Si PISA no existiera, habría que inventarla
A España no le ha ido particularmente bien en esta última edición de PISA. ¿Qué quiere decir esto? Entre los que observan el detalle de subidas y bajadas y los que critican el que se reduzca la discusión sobre la calidad de la educación a un examen, ¿dónde debemos estar?
A España no le ha ido particularmente bien en esta última edición de PISA. ¿Qué quiere decir esto? Entre los que observan el detalle de subidas y bajadas y los que critican el que se reduzca la discusión sobre la calidad de la educación a un examen, ¿dónde debemos estar?
En efecto, cualquier cambio de posición relativo debe ser interpretado con cautela. El que Finlandia «baje» en las pruebas de lecura desde la última edición no supone que el modelo educativo finlandés se haya quedado de pronto obsoleto . Una bajada puntual puede ser un accidente estadístico (los exámenes PISA los hace una muestra pequeña de estudiantes) o puede ser fruto de diferencias en la administración (como apuntan las irregularidades detectadas en España). Además, PISA son unas pruebas anónimas, por tanto sin consecuencias directas para los alumnos ni sus profesores : en estudios recientes queda claro que PISA mide destrezas cognitivas pero también el esfuerzo que han querido dedicarle los alumnos a realizarlas o la insistencia de profesores y padres . Diferencias pequeñas en PISA pueden ser menos informativos de lo que aparentan.
Dicho esto, para la creación de riqueza la calidad de la educación, más que la localización geográfica o el acceso a las materias primas es cada vez más importantes. Medir el «capital humano» es tan importante como medir las reservas de petróleo. Y la prueba de que las mediciones que presenta PISA son útiles es que los investigadores han encontrado una relación causal entre hacer un buen papel en PISA y tener un mayor crecimiento económico en el futuro. PISA puede no medir todo lo importante pero mide cosas muy importantes .
Es fácil además olvidar que PISA proporciona casi los únicos datos objetivos, detallados e independientes por los que los ciudadanos pueden evaluar a sus gobiernos . No hay entre comunidades autónomas ni internacionalmente forma de comparar la calidad de la sanidad, las infraestructuras, o la policía. A pesar de sus limitaciones, exagerando solo un poco podemos decir que los exámenes estandarizados como PISA constituyen el avance tecnológico más importante en tiempos recientes en la mejora del sector público.
* Carlos Xabel Lastra Anadon es profesor de IE University, doctor por la Universidad de Harvard y ha sido investigador en la Universidad de Stanford
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