Ley Celaá
La oposición estalla en gritos de «libertad» tras el debate de la «ley Celaá»
Simbólico duelo entre las bancadas de los partidos del Gobierno, en pie aplaudiendo, y las de la derecha, aunadas en la protesta
El debate de la nueva ley de educación, menos bronco de lo que acostumbra el Congreso , ha reflejado en su final, sin embargo, una clara división. Un abismo que aleja a la llamada «ley de Celaá» de todo consenso. El PSOE y Unidas Podemos se esforzaban por mantener una larga ovación al concluir la porfía parlamentaria, pero han recibido la firme respuesta de las bancadas de la derecha.
Numerosos diputados del PP , Vox y Ciudadanos se han puesto en pie y han palmeado sus escaños mientras coreaban al unísono gritos de «libertad» . Una libertad que el Gobierno, entienden, pone en jaque con su ataque a la educación concertada y especial . Pero el Ejecutivo de coalición, consciente de que hoy la Cámara Baja dará luz verde al controvertido dictamen, quería simbolizar el éxito parcial de la ministra de Educación, Isabel Celaá .
Le ha bastado su mayoría al Gobierno para cercenar el mérito académico, permitiendo aprobar el Bachillerato con suspensos en el expediente, y también para marginar al castellano y excluirlo de forma oficial como lengua vehicular en Cataluña . Es el asunto que más ha enfrentado hoy a los diputados en el uso de la palabra, aunque el tono ha sido mucho más comedido que el de las sesiones de control.
Solo al final, después de la intervención de la socialista Mariluz Martínez Seijo , se ha evidenciado la fractura del hemiciclo por la mitad. Izquierda y derecha divididas por una ley que no une a nadie. Solo la intervención de Meritxell Batet , que ha reclamado silencio a sus señorías para continuar con el pleno, ha puesto fin a un reto de varios minutos que amenazaba con eternizarse.
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