Las guarderías austriacas prueban un test Covid en forma de chupete
El proyecto piloto se está llevando a cabo en cinco jardines de infancia y es «tan sencillo como chupar una piruleta»
Theo tiene tres años y esta mañana se ha encontrado con una grata sorpresa al llegar a la guardería. Su cuidadora, junto a un técnico de enfermería que a partir de ahora visitará el centro al menos dos días por semana , ha ofrecido a Theo y a todos sus amiguitos una especie de piruleta. Le ha pedido que se siente y que chupe el caramelo durante 90 segundos sin descansar. No es fácil, pero como Theo es ya bastante mayor consigue superar el juego. Todavía no puede entender que a medida que ha ido lamiendo el chupa chup, la solución salina adherida ha ido extrayendo su saliva. Varias gotas de ella han ido cayendo en el depósito de plástico situado bajo el caramelo, en lo que sería el mango del artilugio, y servirán para efectuar un test de coronavirus .
Se trata de un test que las autoridades de la región austriaca de Burgenland están experimentando esta semana. El proyecto piloto se está llevando a cabo en cinco jardines de infancia estatales en Baja Austria. Con el consentimiento de los padres, los niños realizan la prueba dos veces por semana antes de entrar en la sala del grupo y los profesores leen el resultado a los 15 minutos. Se prevé una duración del proyecto piloto de ocho semanas, después de las cuales se llevará a cabo una evaluación. Si funciona, se extenderá a las guarderías y Kindergarten de toda Austria y además de piruletas habrá chupetes para los más pequeños.
«Nos enviaron una carta en la que nos informaban que los niños harán dos de estos test cada semana, pidieron nuestra conformidad y nos pidieron que hablásemos en casa con los niños para explicarles que sería tan sencillo como chupar una piruleta », relata Dominik Krosteschek, «evidentemente, esto es mucho más fácil y agradable para ellos que los test nasales o de garganta, que pueden causar incluso rechazo a ir a la guardería si se aplican con frecuencia».
Las autoridades regionales enviaron a los hogares con niños en guardería un total de 11.000 de estos test para practicar en casa , con el objetivo de que, al llegar las pruebas a las guarderías, los niños estuviesen ya familiarizados con ellas. Ahora están probando esta medida para hacer más llevadera a los pequeños una prueba necesaria en la reapertura total del sistema educativo y de guarderías. «Es pronto para hacer un balance, pero hoy nos han permitido presenciar como el personal médico daba instrucciones a los niños con ayuda de las educadoras, han sido muy amables y los niños han participado sin grandes problemas . Desde luego ha sido mucho más placentero e inocuo que si les hubieran hecho los test con hisopos», dice el padre de Theo.
Las primeras pruebas se llevaron a cabo la semana pasada en una guardería de Viena y, tras los primeros resultados satisfactorios, la provincia de Burgenland es la primera que ha reservado 35.000 unidades de estas pruebas de detección de covid-19. Se trata de unos dispositivos inventados por Manuela Födinger , directora del laboratorio del hospital Kaiser Franz Joseph de Viena.
Födinger había desarrollado anteriormente un método de detección a base de gárgaras que los escolares austriacos han estado utilizando a lo largo de este curso, pero que debía ser realizado en casa, antes de acudir al colegio, y que no estaba indicado para los niños en edad preescolar, por la dificultad del procedimiento. Este nuevo test está dirigido a niños de entre uno y seis años .
Las muestras de saliva recogidas se etiquetan y se envían después al laboratorio para ser evaluadas con el mismo procedimiento que las pruebas PCR habituales. La idea de las autoridades sanitarias es buscar una manera de complementar los tests que algunos niños no son capaces de hacer y sustituir en las franja de edad de hasta seis años las pruebas PCR más típicas.
Aunque los empleados de las guarderías tienen que participar en la prueba, pronto los cuidadores podrán hacerse cargo de las mismas , convirtiendo en una rutina su aplicación, el etiquetado y envío de los test. «En estas edades las rutinas son muy importantes y una vez establecida la rutina será para ellos tan sencillo como lavarse los dientes o aprender a ir al baño», dice Helge, cuidadora del Kindergarten, «naturalmente habrá que prestar más atención a los más pequeños, pero lo veo factible».
El desafío es obtener una cantidad suficiente de saliva de esta paleta para la prueba de PCR. La evaluación de las pruebas lleva más tiempo que con las pruebas rápidas, pero si el resultado es positivo, no es necesario realizar una segunda prueba. «El alto nivel de calidad de estos test , que ha sido verificado en su uso con adultos, es crucial para la ciudad de Viena, porque no queremos transmitir una seguridad falsa», ha justificado el concejal de Salud Sanidad Hacker. El concejal de Educación, el teniente de alcalde Christoph Wiederkehr, también ve una forma de hacer que la asistencia a las guarderías sea aún más segura gracias a la alta precisión de estas pruebas.
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