Desconfianza en Francia hacia la laxitud de Sánchez frente al Covid: «Es una irresponsabilidad»
La oposición parlamentaria también acusa al Gobierno de emponzoñar la imagen del turismo nacional y abocar al sector al desastre
Las condiciones para viajar a Francia
Si te vacunas, ¿puedes dar positivo en una PCR?
Malos tiempos para el turismo español, del que depende más de un 12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional en años prepandémicos como 2019, si los países vecinos comienzan a desaconsejar venir para aprovechar la oferta de sol y playa que España pone en bandeja a los ciudadanos extranjeros. Fuera de nuestras fronteras, cunde la imagen del megabrote y la borrachera fácil, pero en estos momentos, lo hace combinada con titulares de falta de contención y dureza frente al coronavirus. Oficializó esta impresión ayer Francia, que demuestra estos días una gran inquietud hacia la evolución de la crisis sanitaria que está viviendo España, y pidió a sus conciudadanos que eviten en lo posible desplazarse al litoral mediterráneo este verano.
«Es un desastre –critican fuentes de la oposición parlamentaria cuando se les pregunta por la gestión de la pandemia en esta quinta ola–. Somos el segundo país en número de contagios y Pedro Sánchez se va de gira báltica, se lava las manos y deja que las autonomías den respuesta como puedan al incremento vertiginoso de casos. Volvemos a hablar de 17 maneras distintas de gestionar la quinta ola. En una crisis global, necesitas de todo menos medidas aisladas».
Otras fuentes del PP recuerdan que la ponencia de alertas del pasado lunes demandó al Ministerio de Sanidad que adoptara medidas expeditivas para atajar la explosión de contagios y que, en su lugar, la ministra Carolina Darias apaciguó los ánimos con una carta enviada a los consejeros regionales del ramo y descartó reactivar un freno a través del toque de queda, el cierre perimetral y por sectores.
Pero desde las fuentes consultadas en las autonomías españolas más turísticas, mazazos como el que ayer asestó Francia pueden suponer la estocada final para un sector que confiaba en recuperar este año el 60% de las visitas de extranjeros que se produjeron en el último año antes de la pandemia, 2019. El año pasado, el sector turístico ya se desplomó ocho puntos en el porcentaje que representa en la tarta del PIB anual, hasta apenas un 4,3%.
«Eviten cruzar los Pirineos»
Al otro lado de los Pirineos, es curioso cómo Gobierno y opinión pública coinciden en la necesidad de «evitar» pasar las vacaciones veraniegas en España. «El mensaje es letal para las perspectivas económicas y de recuperación del sector», dijeron ayer fuentes del Partido Popular a este periódico. Yes que ayer por la mañana los españoles se desayunaron con las declaraciones de Clément Beaune , secretario de Estado de Asuntos Europeos, quien puso énfasis a lo que muchos franceses ya pensaban en voz baja. Desaconsejó a los posibles viajeros y turistas pasar sus vacaciones en España y Portugal, por la evolución dramática, dijo, de la variante Delta (o india) en la península Ibérica. Esta mutación es ya dominante en cuatro autonomías españolas y continúa su escalada de infecciones también en suelo luso.
Haciéndose eco del curso que está siguiendo la pandemia en varios países europeos, Francia incluida, Beaune declaró: «De manera general, la pandemia no se ha terminado. Los riesgos sanitarios siguen siendo altos. Quienes no hayan reservado hoteles o residencias veraniegas es prudente que eviten ir a España o Portugal. Es más sensato quedarse en Francia o visitar otros países ».
El secretario de Estado expresaba así la inquietud que existe en Francia hacia la «irresponsabilidad» de los gobiernos (el estatal de Pedro Sánchez y los autonómicos), así como de una parte de la sociedad más dispuesta a tirarse a la calle alegremente, como se ha reproducido en cabeceras de periódicos y aperturas de informativos en los últimos días.
Francia critica con dureza ahora que no haya medidas de freno al virus tajantes. Según una encuesta hecha pública por BFTV, la primera cadena de información audiovisual permanente, privada, un 61% de los franceses son partidarios de adoptar medidas «restrictivas, más coercitivas» para los no vacunados. En términos prácticos, esos mismos franceses han seguido con cierto recelo la evolución de la crisis en Cataluña, las islas Baleares y otras regiones, donde ha sido necesario tomar medidas apresuradamente, ante la escalada preocupante de la curva epidémica, y donde, según la opinión francesa, se improvisan ahora medidas de contención a medida que se observa cómo crece la curva. Un botón de muestra: el pasado martes, el vespertino ‘Le Monde’ titulaba a toda página: «En España, una nueva ola se propaga a una velocidad espectacular».
La descentralización autonómica en lo que respecta a la sanidad española es razonablemente incomprensible para el francés medio. Cuando la prensa de referencia alude a los viajes de estudios que propagan focos incontrolados, ilustrados con imágenes de barrios con marcha nocturna y playas atestadas, el daño a la imagen de España y su credibilidad es muy grande. La quinta ola se percibe en España con alarma. Y el Gobierno de Emmanuel Macron se encuentra evaluando algunas estadísticas para dar un balance nacional el próximo lunes, cuando el presidente de la República reunirá un consejo de seguridad y defensa para evaluar posibles medidas, más duras, que pudieran tomar a escala estrictamente nacional.
«Aligerar medidas justo en el momento del repunte, como el uso obligatorio de las mascarillas en la calle, se hizo con un solo fin: abrir los telediarios con gente quitándose el cubrebocas, y no con los indultos. Lo que vuelve a hacer Sánchez una vez más es esconder la cabeza debajo del ala . No asume su responsabilidad ante esta nueva ola que afecta, sobre todo, a los más jóvenes», critican fuentes parlamentarista de la oposición.
Puerta de entrada
Curiosamente, el mismo día que Francia oficializa su recelo hacia la laxitud de España,el Reino Unido, el país con más contagios de Europa, no teme el regreso de ciudadanos británicos que pasen una estancia en suelo español, como en Baleares. Por eso, ha adelantado siete días una medida que se reservaba para el próximo 26 de julio y anuncia que desde el 19, quien regrese de España y otros países en su lista ‘ámbar’, vacunado y con pauta completa, estará exento de la cuarentena preceptiva de diez días que se imponía hasta ahora. Se mantiene, eso sí, la exigencia de realizar un test antes de viajar y de una PCR en los primeros dos días tras la vuelta.
El anuncio efectuado por el secretario de Estado para el Transporte, Grant Shapps, ha sido recibido con los brazos abiertos por la industria turística y las líneas aéreas , pues abre las puertas de 140 países a 34 millones de británicos que han recibido ya las dos dosis. No lo ha recibido con aplausos la oposición laborista que acusó al primer ministro de alimentar «un verano de caos y confusión».
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