FERIA DE ABRIL DE SEVILLA
Feria de Abril de Sevilla: Adiós con el corazón, que con el alma no puedo
Este sábado se clausura una edición histórica de la Feria en la que han sobrado varios días. Este viernes volvió a registrarse un vacío insólito
Las nubes no estaban ahí por casualidad. El final de la Feria es gris. Plomizo. Y el debate ya está abierto: ¿compensa el cambio de fecha? Los hosteleros dicen que han hecho un negocio casi redondo y que han tenido un nivel de ocupación histórico. Pero el vacío del real en las horas centrales conduce a otra reflexión: ¿la Feria tiene que ser para los turistas o para los sevillanos? Quien no sepa responderse a esta pregunta no paga cuota mensual de caseta. En todo este conflicto hay un detalle que nadie ha querido poner oficialmente sobre la mesa: montar una caseta cuesta un dineral que pagan sus socios, no las administraciones públicas, y que en muchos casos no están empadronados en Sevilla. «El referéndum fue una mamarrachada porque daba voto a gente que no tiene ninguna implicación con la Feria y, sin embargo, se lo negaba a muchos que nos dejamos aquí una pasta para que esto funcione».
La reflexión la hace el presidente de una caseta de la calle Ignacio Sánchez Mejías mientras ve caer mijitas de los árboles y estornuda sin cesar. Los expertos dicen que el sevillano se tiene que adaptar a la convivencia con el turista porque ése es su principal motor económico. De acuerdo. ¿Y por qué no se adapta el turista al sevillano al menos en sus acontecimientos principales? este viernes había dos monjes tibetanos paseando por el real al mediodía. Llevaban sus hábitos budistas con la misma normalidad con la que los mexicanos que han venido a los toros se pasean bajo los farolillos con sus sombreros charros. Y nadie los excluye. De hecho, este viernes fueron recibidos en la caseta del Ayuntamiento , donde además de Cruzcampo daban botellines de Sol. Eso es Sevilla exactamente. Un botellín de sol. Pero uno de los camareros hizo una aclaración importante: «A mí el único sol que me importa es la banda del Sol». Inmediatamente uno de los invitados le dio otra versión de sevillanía: «Pues a mí el sol que más me gusta es el de los domingos de ramos por la mañana».
Volviendo a lo que hablábamos: «El que quiera, que venga, que aquí estamos encantados, pero que nos dejen en paz como estamos» , afirmaba una señora algo encendida en el debate general. La conclusión parece cada vez más unánime: el cambio de fecha es excesivo. este viernes había incluso una palabra dando vueltas por el real para definir esta edición: «El Feriatlón». «El problema es para el sevillano, llamado por su sangre y tradición a ir todos los días al real mientras quede una caseta abierta», decía con mucha gracia un mensaje que empezó a rular por los teléfonos móviles a media tarde y que remataba así: «Legionarios del farolillo, mercenarios del montaíto, yonkis del ibuprofeno, ¡ánimo, que ya nos queda menos! Estoy orgulloso de vosotros». Ole, ole y ole. Esto ha sido un examen de pura raza hispalense. Qué manera de aguantar.
-Esto está siendo mu duro.
-Quillo, que no estamos cavando zanjas ni echando alquitrán, que estamos de cachondeo.
Los diálogos son monotemáticos. A lo mejor la lluvia mañanera frenó este viernes a gran parte del exilio pleste vierneso y puede que a media tarde la Feria tuviera un ambiente incluso digno. Pero por regla general, aquello era un erial. Sólo resiste el adobo, que todavía aguanta una semanita más. El pescado fresco ya está en el límite. Y si se le echa la raya a la cuenta da un resultado claro: fracaso. Del «Feriatlon» al «Feriódromo». De la insoportable levedad del real a la insostenible barbaridad de las calles aledañas. Ya hay más de seis mil firmas en contra de esta maratón etílica. El peaje de Las Cabezas y la bajada de Huévar lo demuestran. Esto es mucha tela. Así que en cuanto esta noche exploten los fuegos artificiales hay que hacer un ejercicio de contención. Vamos a ir llamando a las cosas por su nombre. Los guiris que se busquen la vida. Esta mentira gorda la pagamos los sevillanos y en nuestra hambre mandamos nosotros. El que quiera Feria a mansalva que apoquine. Y el que quiera forasteros, que monte casetas en su casa. El experimento ha sobrevivido gracias al puente. El año que viene hablamos. Venga, ponga otra de rebujito y que sea lo que Dios quiera. ¿A cómo dice que está la esquela en el ABC? Adiós con el corazón, que con el alma no puedo…
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