Para conservar la salud y el bienestar debe mantenerse un equilibrio hídrico entre el volumen de líquido ingerido y el excretado por el organismo, que en la práctica deportiva aumenta notablemente y hay que reponer.
Además, en nuestro cuerpo no existe un mecanismo eficiente de almacenamiento hídrico corporal, por lo que es necesario el aporte constante de líquidos para mantener los niveles estables.
A más músculo más agua
Aproximadamente el 70% del peso de nuestros músculos es agua (mientras en el tejido graso hablamos de un 20-25%), y en el caso de los deportistas, al poseer mayor masa muscular, aún tienen un porcentaje mayor de agua en el organismo.
Según este experto, cuando realizamos ejercicio, y especialmente cuando hacemos deporte, liberamos la mayor parte de la energía del esfuerzo en forma de calor, y nuestro organismo recurre a la sudoración para evitar que la temperatura corporal aumente y tenga consecuencias negativas. «De esta forma se ‘enfría’ el cuerpo, pero se provoca una importante pérdida de líquidos. Asimismo, en competiciones deportivas de larga duración la consecuencia de una hidratación realizada exclusivamente con agua puede producir hiponatremia o descenso de sodio en sangre, descrita cuando los deportistas ingieren un exceso de líquido sin el aporte suficiente de este electrolito», matiza el experto.
En este sentido, el doctor señala que las bebidas con una composición específica además de hidratar aportan cierta cantidad de hidratos de carbono, ayudan a retrasar la sensación de fatiga y reponer los electrolitos perdidos, sobre todo el sodio, que es el que se elimina en mayor cantidad con el sudor. «Las bebidas con esta composición son recomendables para todas aquellas actividades deportivas de duración superior a una hora», agrega.
En cualquier caso, recuerda que las bebidas para deportistas están formuladas según las pautas recogidas en el Comité Científico de Alimentación Humana de la Unión Europea, que además de establecer una serie de aspectos que estas bebidas deben reunir, no contempla que tengan graduación alcohólica.
Si la práctica de actividad física es especialmente intensa, de larga duración y además se desarrolla en condiciones ambientales de calor y humedad, la pérdida de líquido que conlleva en el organismo puede desencadenar estrés térmico, alteración de la cognición y de la función cardiovascular, aparición de fatiga y un deterioro en el rendimiento físico.
Cuando el ejercicio físico es prolongado es conveniente incluir hidratos de carbono en la bebida, ya que los hechos que más contribuyen a la aparición de fatiga son la disminución en el organismo de hidratos de carbono y la aparición de deshidratación debido a la pérdida de agua y electrolitos a través del sudor.
En este sentido, el experto señala que cualquier líquido que contenga agua constituye un suministro de la misma y bebidas como zumos, infusiones, bebidas refrescantes, y sopas y caldos son fuentes importantes de hidratación.