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¿Por qué unas personas pueden borrar de su memoria algunos sucesos traumáticos, mientras otras los recuerdan toda la vida, sufriendo incluso ansiedad? Un estudio, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, puede haber encontrado la respuesta: existe una proteína específica que influyen en esa tarea. Se trata de la hipocretina/orexina-1 que influye en el establecimiento de la memoria aversiva, esa que guarda experiencias desagradables y poco gratificantes.
“El sistema de hipocretinas/orexinas está implicado en la regulación de estados emocionales”, explican desde el laboratorio de Neurofarmacología del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (CEXS) de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), donde se hizo el estudio. “Por ejemplo, se hallan niveles elevados de esta sustancia en el fluido cerebroespinal de pacientes diagnosticados de pánico de ansiedad”. Con estos resultados se abre la puerta para nuevas terapias para el tratamiento de fobias, estrés post- traumática o miedo.
“Bloqueando la acción de los receptores de la proteína hipocretina/orexina-1 se facilita la desaparición de este tipo de memoria, lo que indica que se ha identificado una buena diana terapéutica para el tratamiento de enfermedades que cursan con una inapropiada retención de experiencias desagradables en la memoria, como el miedo, el estrés post-traumáticaco, incluso para algunos tipos de fobias”.
Los firmantes del artículo son los investigadores África Flores, Victoria Valls- Comamala, Rocío Saravia y Fernando Berrendero, miembros del laboratorio de Neurofarmacología.