Qué le pasa a nuestro cuerpo ante unas temperaturas extremas
Los termómetros seguirán marcando altísimos registros más tiempo del previsto
Qué hacer ante un golpe de calor
Estos son los síntomas de sufrir una insolación
Estas serán las temperaturas máximas durante la ola de calor en cada provincia
La Agencia Española de Meteorología ( Aemet ) ha avisado que la ola de calor durará más tiempo del previsto. La entidad estima que el episodio de altas temperaturas se mantendrá, por lo menos, hasta el sábado, y no hasta mediados de semana, como estaba previsto en un principio. Por tanto, ciudades como Córdoba, Sevilla, Zaragoza o Toledo tendrán que hacerse a la idea de convivir durante algunos días más con los termómetros marcando más de 40 grados.
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Conciliar el sueño o hacer deporte se hará más difícil. Los golpes de calor y las insolaciones son algunas de las consecuencias más inmediatas de estos episodios de extremo calor. Además, el cuerpo humano puede sufrir otro tipo de anomalías, especialmente si no se siguen las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
El principal efecto de las olas de calor es el agotamiento. Bien puede ser producido por la ausencia de una hidratación frecuente o por la falta de sueño durante la noche. Para hacer frente a este problema se aconseja beber agua de forma habitual y comer alimentos frescos y no hacer grandes ingestas de comida.
Durante estos días, es muy común que las personas sufran calambres por calor. Se producen por la sudoración extrema del organismo cuando hay una sobreexposición al sol. El cuerpo suda para intentar regular la temperatura corporal , que ronda entre los 36 y 37 grados. Esta reacción del organismo puede consumir buena parte de las sales y fluidos, dando lugar a espasmos y dolores musculares en el abdomen y extremidades.
Con el mercurio disparado, la gente recurre al aire acondicionado . Aunque es la medida más efectiva, en ocasiones puede tener un efecto contraproducente. Porque pasar de estar en la calle a más de 40 grados a entrar en una casa u oficina a menos de 20 es un cambio demasiado brusco para el cuerpo. Ni que decir si se duerme toda la noche con el aire puesto. Estas variaciones desembocan, principalmente, en catarros, mucosidad o dolores de garganta . Es por ello por lo que se sugiere no poner el aire a temperaturas demasiado bajas y que tengan tanta diferencia con el exterior. Por ejemplo, si en la calle hacen 40 grados, la temperatura óptima sería de unos 25.
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En verano también es habitual la aparición de sarpullidos. Se producen debido a la sudoración excesiva en climas muy calurosos y húmedos y se dan sobre todo en aquellas zonas del cuerpo más propensas a sudar, como puede ser el cuello o las axilas.
Es pues durante la actual ola de calor cuando hay que tener especial precaución con el cuerpo y más si cabe con los más vulnerables. Las autoridades sanitarias piden tener especial cuidado con los niños, personas mayores y enfermos crónicos, pero también incide en los deportistas , muy expuestos a sobreesfuerzos.