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Collas marroquíes, de nuevo presentes en el tráfico de hachís de la desembocadura del Guadalquivir
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Agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz abortan la descarga de una narcolancha y detienen a siete personas, seis de ellos franco-marroquíes y uno de Sanlúcar
Las armas fueron encontradas en las cercanías del lugar de alijo escondidas junto a los coches, «municionadas y listas para ser disparadas»
Siete detenidos en el río Guadalquivir con 60 fardos de droga y armas listas para abrir fuego
Durante la madrugada de este martes, en la desembocadura del río Guadalquivir, se ha vuelto a producir otro episodio más en la espiral de delincuencia, violencia y riesgo que se sufre en la provincia de Cádiz a diario por la incesante actividad del narcotráfico. Y en esta ocasión ese 'punto negro' ha sido de nuevo el estuario gaditano, convertido ya en el epicentro de esta lacra, el principal lugar donde están actuando estos grupos criminales. Si los agentes no hubieran intervenido la descarga de toneladas de droga se habría efectuado y sus responsables habrían salido impunes.
Sin embargo, y como ha informado la Guardia Civil, el trabajo de estos agentes y su implicación ha impedido que se produjera tal alijo y, además, sus autores tendrán que dar cuenta de ello ante la justicia al haber sido detenidos.
Fueron agentes de la Comandancia de Cádiz, apoyados por el Grupo de Acción Rápida (GAR), quienes intervinieron de madrugada. Según ha podido saber este periódico, se encontraban por la zona en labores propias de control y seguridad. Fue allí donde se interceptó en tierra a siete de los presuntos responsables en la más absoluta oscuridad. Seis de ellos franco-marroquíes y otro, vecino de Sanlúcar. La narcolancha o narcolanchas implicadas no podían ser interceptadas pero sí a una gran parte de este grupo de traficantes. Y también 62 fardos de hachís que se estima que podrían casi alcanzar las dos toneladas y media de sustancia estupefaciente.
Pero además los guardias civiles pudieron intervenir cinco vehículos y armamento. En las proximidades del lugar de descarga, al parecer en una vivienda próxima, hallaban también tres armas cortas y un fusil AK47, el conocido kalashnikov. No han trascendido más detalles sobre este arma, pero sí que «todas ellas estaban municionadas y listas para hacer fuego», tal y como se ha informado.
Según se ha ampliado, la Guardia Civil desplazada a la zona intervino tras ser alertada por el SIVE. Así, los agentes siguieron el recorrido de la embarcación hasta el posible punto de alijo que se realizó a la altura de Bonanza. Una vez allí vieron los vehículos todoterreno entrar en una finca y se mantuvieron a la espera rodeando el lugar. Ante el importante dispositivo desplegado los traficantes optaron por entregarse y no hacer uso de las armas. La detención se producía a las tres de la madrugada.
Además de la droga, los vehículos y el armamento se han decomisado abundantes pruebas y documentación relativa a los hechos investigados. Todo ello, junto a los sospechosos, se ha trasladado a la Comandancia de Cádiz para la confección de las oportunas diligencias. El operativo sigue en marcha y no se descantan nuevas detenciones.
De esta forma, y de nuevo, se hace patente la conexión de los grupos marroquíes que ya trasladan y descargan ellos mismos la droga hasta el punto de su posterior distribución 'remontando' el río. A menudo cuentan con clanes locales para la logística o se asocian a ellos pero ya también actúan por sí mismos.
Esta situación ha provocado además una 'guerra abierta' entre estas organizaciones en la lucha que mantienen por las zonas de alijo, lo que supone también que lleven encima armas tan mortales como fusiles de asalto y subfusiles para defender sus mercancías de posibles robos o 'vuelcos'.
Pero este potentísimo armamento además lo pueden utilizar contra los agentes como así ha ocurrido en anteriores ocasiones. La última fue en esta misma zona el pasado mayo cuando abortaban otro alijo. Los guardias civiles fueron recibidos con disparos de fusil poniendo en evidente riesgo sus vidas. Aún así se mantuvieron y terminaron el operativo deteniendo a una decena de presuntos implicados.
La actividad y violencia de estos grupos marroquíes por todo el litoral gaditano también se evidenciaba el pasado 9 de febrero en Barbate cuando una lancha arrollaba a la patrullera y dos agentes eran asesinados. El principal sospechoso, Karim El Baqqali, - que confesó ser el piloto- y sus otros tres ocupantes son todos de origen magrebí.