La vuelta de Raúl fue el momento más emotivo en la aburrida victoria del Real Madrid sobre el Deportivo Alavés, que de forma rápida solventó el partido antes del duelo con el Arsenal de octavos de final de la Liga de Campeones. El Real Madrid finiquitó el trámite por la vía rápida. No quería problemas ante un Alavés sin rumbo por las extrañas decisiones de su presidente. Parecía que los vitorianos habían dado por perdido el partido en el vestuario, acobardados de jugar en el coliseo blanco. En el campo, poco tardaron en constatar la pegada de los pupilos de López Caro, a pesar de que el Madrid no era el mismo que el del martes pasado ante el Zaragoza. Estaba regulando esfuerzos, sabedor de que el encuentro importante es contra el Arsenal.