ANUNCIO. El profesor Peces-Barba se dirige a la sala en que se desarrollaron los debates del encuentro. / EFE
ESPAÑA

Peces-Barba dejará en otoño el comisionado de las víctimas tras 1 4 meses de tensión

El alto funcionario asegura que nadie le ha «echado» y que se marcha para dedicarse a tiempo completo al rectorado de la Universidad Carlos III Se muestra convencido de que no habrá «paz por presos» en el fin de ETA

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Gregorio Peces-Barba abandonará en otoño el Alto Comisionado de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo después de catorce meses de mandato y de tensión con los principales colectivos de damnificados. El catedrático, que hizo público ayer su futuro cese, aseguró que su marcha obedece a su deseo de reintegrarse en la universidad una vez cumplidos sus principales objetivos con las víctimas. En su despedida, se mostró convencido de que el Gobierno no abordará negociación alguna con ETA hasta que la banda deje las armas y de que no habrá canje de «paz por presos».

Peces-Barba reveló que dejará su puesto en septiembre u octubre, al comienzo del próximo curso académico, el penúltimo de su carrera académica. El alto funcionario se esmeró en negar que su futura dimisión haya sido forzada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero o sea fruto de sus enconados enfrentamientos con la mayoritaria Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) que preside José Francisco Alcaraz. «De aquí nadie me echa», dijo.

La marcha de Peces-Barba fue ayer mismo pactada con el presidente del Gobierno. El profesor comunicó a Rodríguez Zapatero su intención de anunciar su retirada. Según el todavía comisionado, el presidente le pidió que aguantara más allá de verano en el puesto, pero él rechazó la oferta. El jefe del Ejecutivo no se mostró sorprendido por la decisión, aunque cuestionó la oportunidad del momento elegido para hacer pública su renuncia, en plena celebración del III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo.

El profesor justificó su salida con motivos estrictamente personales. Explicó que su «compromiso» con Rodríguez Zapatero era estar «el tiempo necesario» para crear y «estabilizar» el comisionado, establecer contacto con todas las asociaciones y preparar la reforma de la Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, un texto que pondrá al día las ayudas económicas a los damnificados y en el que se regulará por primera vez la atención psicológica, sanitaria y social de los afectados del terror. Este proyecto será su última tarea en el comisionado, que entregará antes del 15 de abril al Gobierno para que entre en el Parlamento antes de verano.

Pese a los objetivos cumplidos, Peces-Barba reconoció que abandona el puesto con tristeza. «Me ha impresionado mucho el trabajo con las víctimas y sus problemas a lo largo de estos meses y me sentiré siempre muy vinculado a ellas», dijo. El alto comisionado insistió en que se marcha para dedicarse a la vida académica ante de su jubilación, ya que tiene 68 años y dejará la docencia a los 70.

Catorce meses

Peces-Barba fue nombrado el 17 de diciembre de 2004 por Rodríguez Zapatero, que anunció su decisión el mismo día la presidenta de la asociación de víctimas del 11-M, Pilar Manjón, afeara la gestión de la Administración con los damnificados ante la comisión parlamentaria que investigó aquella masacre. Los catorce meses transcurridos desde entonces no han sido un camino de rosas para el veterano político, quien, según reconocen sus colaboradores, en más de una ocasión se ha lamentado de los ataques continuos «desde la derecha».

Su nombramiento ya fue polémico e inmediatamente contestado por el PP, al que el Gobierno no consultó su designación. Su negativa a participar en un manifestación en enero de 2005 convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo en contra de la excarcelación de presos (y que se convirtió en una marcha contra el Ejecutivo, incluida la agresión a José Bono) encendió el fuego del enfrentamiento con la AVT, que desde entonces no ha hecho más que propagarse.

La noticia de su marcha generó opiniones encontradas entre las asociaciones de víctimas. Las voces más duras llegaron, como era de esperar, desde la AVT. Su presidente, Francisco José Alcaraz, resumió su trayectoria en pocas palabras: «Sólo ha buscado la división entre víctimas». Menos duro, pero también crítico, se mostró Mikel Buesa, presidente de Foro de Ermua, para quien Peces-Barba «no ha sido un buen comisionado», sobre todo por sus «numerosísimos errores». Javier Urquizu, portavoz de COVITE, expresó su «respeto como persona» al catedrático, que «ha hecho algunas cosas buenas y en otros puntos podía haber hecho más».

Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, fue la que más apoyo dio al comisionado y aseguró que «le echaremos de menos. Es una gran pérdida por su trayectoria política y profesional», sentenció.

Por su parte, Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, se limitó a «desearle la mejor de las suertes en sus próximos proyectos» y reconoció que la partida del comisionado le daba «mucha pena a nivel personal».