ESPAÑA

Zapatero propugna que el terror «no puede segar la esperanza»

El presidente asiste al homenaje a Tomás y Valiente al cumplirse diez años de su asesinato por un etarra

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El presidente del Gobierno aseguró ayer, en un acto de homenaje a Francisco Tomás y Valiente, que el dolor causado por ETA es un poderoso estímulo para acabar con la banda terrorista y que el terror no podrá segar esa esperanza. En el décimo aniversario de su asesinato, el hijo del que fuera presidente del Tribunal Constitucional afirmó que su padre defendería hoy el derecho de las personas a tener «una segunda oportunidad» y el de las sociedades a poder «aspirar a la paz» sin traicionar la coherencia del sistema democrático.

Rodríguez Zapatero acudió a un austero acto en recuerdo del magistrado asesinado, en el transcurso del cual destacó que «el dolor del pasado, el horror del recuerdo, es el poderoso estímulo del futuro» con el que está comprometido su gabinete para apostar por el final del terrorismo.

Optimista una vez más, el jefe del Ejecutivo recordó que el terrorismo etarra ha segado muchas vidas, pero puntualizó que «no podemos segar la esperanza del fin de la violencia y la convivencia libre de los ciudadanos». Una esperanza que, cree, conduce al fin del terror y a un futuro de paz «que la sociedad española se ha ganado a pulso».

Rodríguez Zapatero recordó a Tomás y Valiente como un hombre «decente» al que arrebataron la vida por «la locura del fanatismo». El presidente subrayó que «matar nunca es defender una idea, es sencillamente matar» y recordó la filosofía del magistrado, quien creía que era mejor la tolerancia imperfecta que la intolerancia perfecta.

«No odiéis»

El hijo del profesor asesinado, el periodista Francisco Tomás y Valiente, agradeció en nombre de su familia el monolito que a partir de ahora recordará a su padre a la entrada del Tribunal Constitucional y rememoró algunas de las ideas que tenía el que fuera presidente de esa institución durante tres años. «Se opuso a la guerra sucia contra ETA, escribió contra el terrorismo y denunció la utilización oportunista de los sumarios judiciales para la pelea jurídica; su sentido del Estado le llevó también a renegar de quienes hacen del terrorismo argumento de oposición al Gobierno», subrayó.

El periodista destacó que su padre era «exigente» en el terreno moral y recalcó que «en su idea de Justicia había lugar para que las personas tuvieran una segunda oportunidad y las sociedades pudieran aspirar a la paz, aunque este juego no debía llevar tan lejos para traicionar la coherencia del sistema». Por último, recordó las palabras que su padre dijo a los hijos de Manuel Broseta, catedrático de Valencia asesinado en 1993 por ETA: «No odiéis y que el recuerdo de vuestro padre os haga sonreír».